La educación dejó de ser un mundo para convertirse en una universo. Los avances sociales y tecnológicos, generaron nuevas formas de abordar la formación de los escolares. Este proceso no es nuevo, sino que comenzó a gestarse el siglo pasado, pero durante los últimos años se hizo cada vez más evidente la necesidad de abordajes que no solo traten de educar, desde la perspectiva de ampliar conocimientos de la manera tradicional, sino también de formar personas que respeten al resto de los individuos, que puedan poner en práctica su creatividad en vez de socavarla bajo el mandato de la "voz autorizada".
Existen múltiples "escuelas" que ya tienen, en muchos casos, instituciones que las adoptaron en Argentina, como la Waldorf, la pedagogía Montessori, el método Regio Emilia, el Changemaker o los métodos Doman, Kumon, Amara Berri, por nombrar algunas, aunque el sistema sigue regido por una educación que busca formar ciudadanos con determinadas características en común más que individuos que puedan aportar su riqueza personal.
En diálogo con Infobae, Juan María Segura, experto en educación e innovación, ahondó en algunos de estos conceptos.
-Existen múltiples "escuelas" que abordan la formación desde diferentes perspectiva, pero el "sistema" sigue abrazando la formación clásica, ¿por qué sucede?
-Educación tiene dos acepciones: una es educare y la otra educere. Educare significa formar o educar en una dirección determinada y educere, extraer lo que está en potencial dentro del sujeto de aprendizaje. El diseño del sistema educativo ha sido funcional a los estados naciones en la primera acepción del término, si vas a la antigua ley 1420 permite ver que lo que se quería era formar ciudadanos que estuviesen en capacidad de defender la idea de república emergente que era la Argentina y de ahí en más el sistema solo se ha consolidado y masificado.
-¿Cuál es la diferencia más evidente entre un tipo de formación y otra?
-Los chicos efectivamente se integran a un proyecto político, de polis, de esta nación, pero no está formando librepensadores que reflexionen mucho sobre ello, que es lo que busca educere. Gran parte de los sistemas Montessori, Waldorf y otros, hacen mucho hincapié en el chico como unidad y objeto independiente e irreplicable, al que lo tenés que ayudar a que encuentre su interés, su vocación y reflexione sobre él y que encuentre la mejor manera de desarrollar un proyecto cuando adulto.
-¿Por qué se produce esta tensión?
-Esa tensión tiene que ver con quien tiene el control sistema y hoy sigue descansando en los articuladores de política del gobierno y en la medida en la que esté en ese lugar, porque deberían hacer una escuela distinta a la que han hecho hasta ahora. Cuando ves trabajar a los distintos ministros o al Consejo Federal de Educación está muy presente en todos ellos la idea de formar ciudadanos de una juridicción, un minicipio o de un país.
-¿Es posible un cambio de paradigma?
-Lo único que debería lograrse es habilitar a que haya otros formatos alternativos, para al menos poder observar como son los resultados de aprendizaje en esos lugares donde se pone más en el abordaje pedagógico: más educere que educare. Yo creo que en esos lugares tenés menos deserción, menos apasionamiento por las tareas, más juego, más emoción, más entusiasmo con la idea de la escuela.
-¿Por qué cuando se habla de "innovación educativa" solo se hace referencia a la tecnología?
-En los últimos años hubo una simplificación del término innovación, a tecnificación. Y se puede tecnificar sin innovar. Si ponés un sistema de gestión en una escuela estás tecnificando, pero no innovando en nada. Eventualmente estás habilitando mejor administración, pero no estás haciendo ninguna innovación desde el punto de vista de la calidad de los aprendizajes o pedagógico. Pero también tenés innovación pedagógica, que abordaje sea diferente. Toda la discusión sobre la "gamification", o la clase invertida, tiene que ver con una innovación pedagógica, es mejor crear espacios de reflexión dentro de la escuela y que ese chico se exponga a ese contenido fuera de la escuela, cuando lo puede tener. Podés innovar institucionalmente, podés creer escuelas multigrados, en donde se integren chicos de distinta edad que trabajen juntos asignándole roles diferentes. Aún cuando no varies curricularmente estás creando una institución que tiene consignas diferentes. Se puede innovar en términos de política pública, que puede inducir a que se obtengan otros resultados, como pueden ser validarle al chico aprendizajes que ocurran fuera de la escuela, que hoy esto es impensable.
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