Conocer o desconocer la fecha de muerte: un clásico dilema que se plantea. Algunos prefieren vivir con la certeza de cuándo acabará todo; a otros esa certidumbre se les vuelve insoportable. En cualquier caso, el planteo es hipotético. Hasta hoy, resulta imposible prever cuánto tiempo queda de vida. No obstante, la inteligencia artificial avanza en ese sentido.
Un estudio publicado en los últimos días en la revista Scientific Reports así lo marca. Los investigadores utilizaron un algoritmo de aprendizaje para analizar la tomografía computarizada de tórax de 48 adultos, todos ellos arriba de los 60 años. El dato que desconocía el sistema es que algunos de ellos estaban muertos y otros vivos.
Después de contrastar los datos, el algoritmo fue capaz de predecir las posibilidades de que los pacientes morirían o no dentro de cinco años con un 70% de efectividad; una cifra tan precisa como la opinión de un experto humano.
"Aunque utilizamos una pequeña muestra para este estudio, nuestras investigaciones sugieren que las computadoras aprendieron a reconocer la aparición de enfermedades en imágenes complejas, algo que requiere mucho entrenamiento en el caso de los humanos", sostuvo el doctor Luke Oakden-Rayner, de la Universidad de Adelaida, Australia, que encabezó un equipo internacional de científicos.
A diferencia de cómo trabaja un humano con las tomografías de tórax -un procedimiento que ayuda a medir la salud general de un paciente-, el sistema funciona a través de la comparación. Identifica modificaciones sutiles entre las placas para encontrar anomalías peligrosas.
Por ende, los investigadores aún no están seguros de qué factores aprendió a asociar el sistema con la mayor probabilidad de mortalidad. Lo que sí saben es que con una muestra más amplia, el algoritmo precisará aún más su capacidad de predicción. Por eso, llevan a cabo un estudio similar pero ahora con más de 12 mil participantes.
La aplicación más inmediata de la tecnología de IA sería analizar más datos de las tomografías de tórax de rutina y proporcionar cálculos de riesgo. Sin embargo, son las puertas que abre a mediano y largo plazo las que más entusiasman a los responsables del estudio. "Podría ofrecer una nueva esperanza para la detección temprana de enfermedades graves que requieren intervenciones médicas específicas", dijo Oakden-Rayner.
De acuerdo a los investigadores, un test simple muchas veces brinda información determinante sobre la salud de una persona, incluso detecta enfermedades antes de que aparezcan los primeros signos. Por lo cual, un sistema de inteligencia artificial podría acelerar el proceso y predecir el desarrollo de distintas patologías.
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