Niños olvidados: el drama de los que quieren estudiar y nadie los ayuda

En el Día del Estudiante, resulta imprescindible no olvidarse de los miles de alumnos que, a pesar de sus dificultades, asisten a la escuela para encontrar un futuro mejor. Transporte, dinero, alimentos e internet: las necesidades que todos precisan y pocos obtienen

Guardar
Imagen común de escuelas rurales
Imagen común de escuelas rurales en el país: allí donde los colegios también son centros comunitarios

El teléfono suena y una voz del otro lado explica en forma pausada que no puede ayudar. Ofrece otro número para seguir intentando, pero la suerte continúa siendo la misma. Ahora es Humberto, el hombre que desde su escritorio en una radio local de La Quiaca, Jujuy, ofrece pasar el mensaje al aire, después de las 18, asegurando que esa será la única (y última, quizás) oportunidad de llegar hacia él.

Él es David Quiquinte. Ni se imagina que un periodista de Buenos Aires intenta contactarlo. No tiene internet ni posee un teléfono en su casa. Mucho menos maneja un celular. Desde aquí, sólo quedaba apostarle al destino: David, en su casa a 4 mil metros de altura en la puna jujeña, debía escuchar la radio y anotar rápidamente un teléfono. Luego llamar y anoticiarse. Pero nada de ello pudo ocurrir.

Infobae sí logró comunicarse con el teléfono de Claudia Villagra, docente de la Escuela N° 347 de Corral Blanco, en donde los 3 hijos de Quinquinte recorren 8 kilómetros diarios para poder asistir. Caminan 4 horas todos los días para encontrar en la educación un futuro que les permita creer. También crecer. La suerte parece cambiar. Otro teléfono vuelve a sonar y el hijo de Villagra atiende para explicar: "Mi mamá subió el domingo a la montaña y recién baja el jueves. Hasta el viernes no van a poder comunicarse con ella".

Muchos alumnos deben caminar varios
Muchos alumnos deben caminar varios kilómetros o hacerlos en bicicleta

El intento no fue en vano, ya que retrata una forma de vida. Un sinfín de problemas diarios que atraviesan innumerables familias alrededor del país, buscando lo que debería estar garantizado: la educación para sus hijos. Rutinas que desnudan la vocación, el amor por hacer, el dar para creer que el futuro está en ellos y que ningún palo en la rueda los hará claudicar.

En El Bañado, Tucumán, Ana Laura Hernández, directora de la Escuela N° 217 espera ansiosa que suene su celular. Aguarda ser la voz de tantos y regala alegría al darse cuenta que, muy lejos de sus pagos, serán miles (millones) las personas que también pensarán en ellos. "El principal problema es el traslado. Tenemos combis y camionetas sobre la ruta que traen chicos. Pero también hay otros que deben acercarse hasta esas combis a través de caminatas que superan los 3 ó 4 kilómetros. Y hablamos de chicos de 7 u 8 años".

Corral Blanco, en Jujuy, una
Corral Blanco, en Jujuy, una escuela en el medio de la inmensidad

Hernández valora que los padres hagan el "esfuerzo para darles una educación a sus hijos, pero a veces no alcanza". Bien predispuestos y con ansias de aprender, encuentran la principal barrera en lo económico. "Muchos no tienen para comer", sostiene la directora escolar.

Pero el despertador suena, el sol se asoma y el chico prepara el caballo. Lo invita a recorre 20 kilómetros al galope, mientras un desayuno lo espera en la escuela que le brindará contención, enseñanza y amor. "También tenemos almuerzo, merienda y cena. Hay chicos que llegan el lunes a la mañana y los padres pasan a buscarlos el viernes a la tarde. Se construyó un albergue propio para permitir que los niños que viven más lejos puedan estudiar y quedarse a dormir aquí", dijo Hernández.

En sintonía con lo que ocurre en Tucumán, Sonia Frias, docente de la Escuela Victorina Lenoir de Navarro en Villa Media Agua, San Juan, le explicó a Infobae que "la movilidad de los alumnos dificulta la enseñanza. Y el aprendizaje se ve condicionado por este factor".

Muchas escuelas funcionan como albergue
Muchas escuelas funcionan como albergue de los alumnos para que no se la pasen viajando

Hernández también resalta el respeto que se vive en una escuela rural. "Hace poco un alumno vino a decirme que quería pagar una pelota del colegio que se había perdido por su culpa. Son actitudes que en otros lados no se ven". Son estos hechos los que le permiten a la directora tucumana darse cuenta que enseñar en estos establecimientos es diferente: "Quise probar la experiencia fuera de la ciudad y, a pesar de no contar con los mismos recursos, los niños y sus ganas de estudiar te llenan el alma".

Hernández admite que los problemas de conectividad (falta de fibras ópticas para internet) dificultan la comunicación. "Es fundamental que los niños estudien, es la base de todo. Ellos entienden que si no lo hacen, no hay futuro. Pero también está bueno que lo hagan con las mejores herramientas". Frias, en el preciso instante que atiende nuestra llamada, debe explicar en la dirección, a los padres de un alumno, que su hijo no está concurriendo, y los problemas que esta decisión le ocasiona.

"Existe una ley de obligatoriedad que los alumnos deben conocer. El abandono, muchas veces, no se debe solo al desinterés. La falta de contención, la escasez de dinero y la imposibilidad de trasladarse hasta la institución dificulta todo", ratifica Frias, quien asegura que "muchos alumnos recorren más de 20 kilómetros en bicicletas que les presta el colegio para que puedan venir al colegio".

Muchas escuelas deben luchar para
Muchas escuelas deben luchar para que sus alumnos asistan a clase

Hernández, en tanto, encabeza un viaje de los alumnos de primer, segundo y tercer grado a Buenos Aires, para conocer los monumentos y lugares emblemáticos de la Ciudad. "Necesitamos donaciones para que nos ayuden con los traslados. El viaje es en diciembre y debemos garantizar que los 31 alumnos puedan viajar y conocer Capital Federal". La Fundación Hacer Futuro y Hacer Tucumán están al frente de esta iniciativa.

Son pequeñas historias que grafican los hechos, repetidos sucesivamente en el tiempo y en cualquier punto a lo largo y a lo ancho del país. Son quienes se paran al frente y enseñan el camino. Quienes completan la educación que los padres entregan en casa. Aquellas mujeres y aquellos hombres que ven un futuro. Y aunque el camino se ponga difícil, no hay tiempo para darlo por perdido.

LEA MÁS:

Nuevos métodos de educación: por qué el "sistema" los mira con desconfianza

Educación y trabajo: ¿en qué fallan las universidades?

Jaque estructural: cuáles son las propuestas innovadoras para mejorar la educación

Inclusión y tecnología, los pilares del ambicioso plan para los docentes del futuro

 
Guardar