En 1992, Dina Khalifeh se convirtió en princesa de Jordania tras su boda con el príncipe Mired, con quien formó una sólida familia y se convirtió en madre de tres hijos. Pero la que parecía una historia color de rosa pasó a convertirse en una pesadilla, cuando en 1997 uno de sus niños fue diagnosticado de leucemia, a dos días de cumplir sus primeros dos años de vida.
Devastada y aterrada, se propuso salvar a su hijo pero el drama del cáncer la golpeó tan fuertemente que decidió emprender una lucha inmensa, y que hoy la convierte en una referente mundial.
Después de recibir costosos tratamientos intensivos en el Reino Unido y Estados Unidos, su hijo se recuperó y hoy es un sobreviviente de esa enfermedad. Dina Mired cuenta que, cuando recibió el diagnóstico de leucemia, no tenía otra alternativa más que llevarse a su hijo a otro país para poder suministrarle el tratamiento adecuado, debido a que en 1997 en su país, no existían instituciones que pudieran ayudarlo.
Claro está, la excelente posición económica de su familia le brindó la facilidad para que su hijo pueda acceder a los mejores tratamientos disponibles en ese momento. Sin embargo, y luego de la recuperación del pequeño, la princesa se puso a pensar en aquellas personas sin recursos que parecen recibir una sentencia de muerte, conjuntamente con el diagnóstico de la enfermedad, y justamente por no contar con los recursos económicos necesarios para poder tratarse y sanar.
Y ese fue el principio de una gran historia que hoy la lleva por el mundo y ahora la trajo hasta nuestro país, donde participó del Foro Multidisciplinario sobre Cáncer, organizado por LALCEC (Liga Argentina de Lucha contra el Cáncer), contando su experiencia de vida y su encarnizada batalla contra esa enfermedad.
Durante 15 años, Dina Mired fue directora general de la Fundación Rey Hussein contra el Cáncer (KHCF) y acaba de ser nombrada presidenta electa de la Unión Internacional Contra el Cáncer (UICC) para el período 2018-2020.
La UICC es la organización más grande del mundo dedicada exclusivamente a reducir la carga global del cáncer, promover una mayor equidad e integrar el control de esa enfermedad en la agenda global de salud y desarrollo. Trabaja junto a la Organización Mundial de la Salud (OMS) y se compone de más de mil organizaciones de 162 países, incluyendo LALCEC Argentina.
Dina Mired asumirá pronto como la primera mujer árabe en la presidencia de la UICC y sus objetivos son muy claros. Tiene amplia experiencia en abordar los desafíos que el cáncer presenta y, lo más importante, una gran habilidad para encontrar soluciones prácticas que puedan mejorar la atención y el control de los pacientes en los países de ingresos bajos y medianos.
Para esta princesa jordana, una mujer árabe que tras la recuperación de su hijo podría haberse quedado con su familia en la comodidad de su palacio, la lucha contra el cáncer es su prioridad indiscutida. Con la misma dedicación con la que en 1997 se ocupó de la vida de su hijo, hoy busca cambiar el mundo y que todas las personas, sin importar su condición social o económica, puedan acceder a un tratamiento eficaz para salvar sus vidas… Nada menos que sus vidas.
La incansable lucha de Dina Mired la llevó a dejar la comodidad con la que vive en su país y hoy recorre el mundo para contar su historia, concientizar sobre la importancia de la prevención y alentar a todos los pacientes a no bajar los brazos. Esa misma guerra contra esta temible enfermedad es la que ahora la trajo hasta nuestro país, para seguir alumbrando con la luz de la esperanza.
-¿Cuál es el motivo de su visita a la Argentina, en el marco del Foro Multidisciplinario sobre Cáncer organizado por LALCEC?
-Cuando me invitaron no dudé en venir por dos razones principales: La primera es porque creo que Argentina debería estar en el listado de lugares que todos deberían visitar, y ciertamente, está en el mío, así que por eso quise venir.
Y la segunda es porque creo que este foro es único, porque es muy inclusivo: envía el mensaje que la pelea contra el cáncer es responsabilidad de todos, así que no está solo limitado a los académicos o la comunidad médica sino que es el trabajo de todos. Y eso es muy importante: creo que el modelo de este Foro debería ser replicado en otros lados.
-Acaba de ser nombrada presidenta electa de la Unión Internacional contra el Cáncer (UICC), ¿cuáles son sus objetivos y cuáles son las principales iniciativas que piensa llevar a cabo?
-Como presidenta electa y cuando inicie mi actividad en 2018, lo primero que quiero hacer es apoyar la nueva iniciativa de la UICC llamada "The City Cancer Challenge 2025". Creo mucho en esa nueva iniciativa. Hay dos ciudades de Latinoamérica que se han unido, Asunción (Paraguay) y Cali (Colombia).
Creo que este desafío es muy importante porque, por primera vez, la UICC está yendo más allá de las políticas públicas. Ahora va al corazón de las ciudades, para ayudar a armar estrategias, planear e implementar el control del cáncer en sus países. La UICC puede hacer esto porque tiene más de mil miembros y socios con el conocimiento y la experiencia, y a quienes quieren ayudar en el control del cáncer.
Y todo es gratis. El país solo tiene que estar de acuerdo en tomar el desafío, para ayudarlos e invertir en cuidados para el cáncer. Esta es una iniciativa muy importante y quiero invertir mucho tiempo y esfuerzo para que sea exitosa, porque es una iniciativa que salvará vidas.
-¿Cree que en algún momento se va a encontrar la cura para el cáncer?, ¿Por qué la palabra cáncer es mala palabra y la gente le teme tanto?
-Lo mismo pasaba en Jordania, el cáncer era un tabú y una palabra que daba miedo. De hecho, la gente no quiere decir la palabra cáncer. Cuando abrimos nuestro primer centro, lo llamaron The Hope Center (El centro de la esperanza) sin usar la palabra cáncer, y también nos dimos cuenta que la gente ni siquiera les contaba a sus parientes que tenían cáncer. Ellos tenían miedo de pronunciar la palabra, incluso en un centro para combatirlo.
Así era el estigma del cáncer y el tabú sobre esa enfermedad. Pero luego, cuando piensas en por qué la gente le tiene miedo, es porque (y lo mismo pasaba en Jordania) antes faltaban tratamientos, entonces la gente iba a los hospitales y ya no salían, sino que morían.
Entonces, por supuesto que todos le vamos a tener miedo, si todo lo que pensamos es que vas a ir a un hospital, no vas a tener un buen tratamiento y vas a morir. Pero una vez que empiezas a ofrecer buenos tratamientos, la gente empieza a ver a los sobrevivientes y a personas que viven con cáncer. Y está bien: vives tu vida y eso no quiere decir que el cáncer continúe significando una sentencia de muerte. Entonces, el estigma y el miedo empiezan a disminuir.
Respecto a la segunda pregunta, por supuesto, que creo que un día tendremos la cura del cáncer para todos. Hay avances todo el tiempo. Ciertamente, el campo de la genética y en el nivel molecular del tratamiento del cáncer. La medicina personalizada es un nuevo campo que está creciendo. En el campo de la genética está la llave para encontrar la cura y, también, en la medicina personalizada.
-En 1997, uno de sus tres hijos fue diagnosticado de leucemia: ¿cómo es el antes y el después de una madre que recibe semejante diagnóstico y qué consejo le daría a las madres que hoy están transitando una situación similar?
-En ese año nuestro hijo fue diagnosticado con leucemia, dos días antes de su segundo cumpleaños. Como cualquier madre o familiar, esa es la palabra más terrorífica que puedes escuchar, especialmente en 1997 cuando no escuchabas mucho sobre cáncer. Pensamos, al igual que mucha gente, que era una sentencia de muerte.
Al principio estábamos shockeados, nos preguntábamos qué habíamos hecho en la vida para merecer eso, por qué tenía que tocarle a nuestra familia… Sentíamos miedo, también tristeza, preocupación de perder a nuestro amado niño. Nos preguntábamos cómo íbamos a atravesar eso… Pasamos algunos días llorando y en shock, como es normal, pero luego tienes que entrar en acción: alguien tiene que hacerlo. Tienes un niño que salvar.
Formamos un equipo con los médicos y los enfermeros. Terminamos con eso y dijimos que íbamos a tomar un día a la vez. Creo que ese es el mejor consejo: alguien nos los dio a nosotros y creo que ese es el mejor consejo para un paciente con cáncer.
Sé que hay mucha información en internet y se leen cosas horribles. Así que no lo hagas: escucha a tu médico y toma un día a la vez. Lee y edúcate: eso sí. Lee sobre los efectos colaterales, cómo puedes ayudar a tu hijo, atraviesa los efectos secundarios, aprende cómo frenar las infecciones, pero toma un día a la vez. Y eso es lo que hicimos.
Mi marido y yo éramos un gran equipo, eso es muy importante. La familia y los amigos son un gran soporte, porque mucha gente se divorcia después de un tratamiento de cáncer, porque es mucha presión para una pareja y se necesita tener todo el apoyo que se pueda. Haz lo mejor y cree en Dios. Dale a tu hijo mucho amor, tiene más poder que la quimioterapia. Haz lo mejor que puedas y ten fe en que tu hijo va a sobrevivir a la enfermedad.
La leucemia ahora es curable en más de un noventa por ciento y los niños tienen una gran chance de curarse. Lamentablemente, no es así en todos los tipos de cáncer pero ellos tienen una buena chance para curarse.
-Usted emprendió una aguerrida batalla en contra de fumar, debido a la estrecha relación comprobada que eso tiene con el cáncer. ¿Qué mensaje quiere darle a aquellas personas que aún no logran tomar conciencia de que fumar mata?
-Creo que en el pasado muchas personas fueron víctimas del cáncer por la falta de conocimiento. La gente no tenía mucha idea de sus efectos. Pero ahora, es un hecho que fumar es la tercera causa de todos los tipos de cáncer. No solo de pulmón sino de garganta, esófago, estómago, mama… Y eso, además de las enfermedades del corazón.
La gente que fuma empieza a hacerlo cuando es joven, porque el objetivo de las compañías de tabaco es captar al público joven. Ellos tienen una estrategia: imagina que esas grandes compañías de tabaco tienen billones de dólares, más que algunos países. Y su estrategia es captar a gente joven para que empiecen a fumar y luego sean sus clientes, de por vida. Eso no necesita ningún tipo de márketing, porque después ellos se vuelven sus consumidores.
Saben que si captan a una persona antes de los 26 años, ya lo tienen. Después de los 26, ellos escapan. Entonces, las compañías ponen todos esos billones de dólares en marketing para asegurarse de que los jóvenes fumen.
Lo que pasa ahora en América, Canadá y Australia es que están combatiendo el tabaco de un gran modo, entonces ya perdieron ese mercado. Pero ahora, apuntan a los países en desarrollo en regiones como África, Medio Oriente y Latinoamérica y están poniendo todos sus esfuerzos en nosotros, en nuestros hijos, en nuestra juventud para que fumen y sigan poniendo plata en sus bolsillos.
Yo le digo a la gente joven que, si buscan en Google el salario de un CEO de una compañía internacional de tabaco, verán que ganan 5 millones de dólares o más, según lo que ellos mismos declaran. Pero ellos no fuman: conocen todos los químicos cancerígenos que contienen los cigarrillos y no fuman. Sin embargo, toman el dinero de la salud de nuestra juventud, lo ponen en sus bolsillos y se toman unas fantásticas vacaciones.
Están flacos, hacen ejercicio, se relajan en una playa pero no fuman. Hacen dinero a costa de la salud de nuestra juventud, y la juventud no entiende que no están eligiendo fumar o no: están siendo víctimas del marketing de las compañías de tabaco.
Los gobiernos deberían tomar posición. Tienen que pelear contra las compañías de tabaco porque ellas pagan y creen que estas empresas les dan dinero pero no es así porque están pagando el mismo dinero en la salud, pagando por pacientes con cáncer o con problemas de corazón. Tienen que tomar acción rápidamente y hacerse responsables de un ambiente saludable para sus ciudadanos, porque esa es también su responsabilidad.
Opening of the 2nd day of the @LalcecArgentina #ForoCáncer in #BuenosAires. Honored 2 be part of this important multidisciplinary #forum pic.twitter.com/5ScPPTx85B
— dina mired (@dinamired) August 16, 2017
-La pregunta final que le quiero hacer, ya que no todos los días tenemos la oportunidad de entrevistar a una integrante de la realeza, es ¿cómo es su vida diaria como princesa de Jordania?
Soy miembro de la familia real hachemita jordana y estoy muy orgullosa porque es una familia muy trabajadora. Entendemos que un título equivale a servicio para el país. Así que todos trabajamos, somos muy cercanos a la gente; no prestamos mucha atención al protocolo y eso me pone muy contenta. Tal vez hay más protocolo para el rey y la reina, o para el príncipe heredero, pero el resto sólo somos miembros de la familia real jordana.
Y mi vida diaria es la de una madre que trabaja: tengo a mi familia y mis hijos. Los dos más grandes se graduaron en la universidad y están trabajando. Tengo un hijo adolescente de 16 años, que estoy disfrutando. Pero soy como muchas otras madres ocupadas, madres que trabajan y están ocupadas con su familia. Y también ocupada ahora, con mi puesto de presidenta electa de la UICC.
Estoy muy feliz de decir que tengo una buena vida normal: ese es el estilo de la familia real en Jordania, no es un cuento de hadas como a veces se imaginan. Es un trabajo duro. Tienes que trabajar: sentir el título y ganártelo. Es servicio, y de eso se trata.
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