Se miran desafiantes. Comienzan con algunas rimas, a toda velocidad, como si la sucesión de palabras fluyera como un torrente. Improvisan. El rapeo gana en densidad, se insultan pero con estilo. La tribuna lanza un "ooohh" ante cada frase contundente que cierra sus estrofas.
El fenómeno de las batallas de Freestyle ya está instalado en Argentina. Miles de jóvenes se congregan en las plazas para batirse a duelos. Cada uno de los participantes, cada uno de los microphone controllers -o, más bien, MC- tiene un minuto para decir lo suyo antes de ceder la palabra. El objetivo: humillar al rival.
Se atacan entre ellos. Establecen la comparaciones más burdas con tal de hacer vibrar a la tribuna, siempre con la noción de rima presente. Ritmo y poesía. De ahí viene el RAP (Rhythm And Poetry). Una vez terminada la sesión, los propios espectadores o un jurado autorizado eligen al ganador. Al humillador.
El Freestyle alcanzó tal masividad, insospechada no hace muchos años atrás, que tendrá su gran función en el Gran Rex el próximo 24 de julio. En un certamen que desafiará la rapidez mental y el ingenio, el "Cruce de campeones" tendrá a los principales artistas del país.
El reglamento es sencillo. Dos MC se miden cara a cara hasta que uno comienza a improvisar. El primer MC inicia su ataque y durante un minuto ridiculiza a su rival a través de rimas viles. Su oponente le contesta, tiene el mismo tiempo para contraatacar. Cuando finaliza, cambia el beat y comienza otra vez un ataque por otro minuto. Por último, el MC que empezó, cierra con una improvisación.
Mientras, el jurado formado por tres exponentes respetados en el Freestyle -los raperos Pedro Peligro y Núcleo, y el periodista especializado Juan Ortelli- evalúa cuál de los dos contendientes se destacó en actitud, flow, rima y punchlines -finales contundentes- para declararlo vencedor. Si hay empate, el jurado cruza los brazos y van a una réplica de un minuto más cada uno.
El Freestyle excede las calles y plazas del país. Su éxito se replica también en las redes sociales. Youtube se convirtió en el recinto por excelencia para observar las destrezas del rap argentino. Por caso, la batalla más vista del país, en parejas, entre Klan y Replik vs. Underdann y Trueno, supera las 11 millones de reproducciones.
En el fragor del duelo, un detalle, una mera ocurrencia o acotación puede torcer el rumbo de la batalla. Los raperos se ridiculizaron, se dijeron barbaridades, remarcaron hasta el hartazgo cada mínimo defecto de su contrincante, pero, una vez que termina la sesión, se estrechan la mano y se dan un abrazo.
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