Es dueña de una energía arrasadora y lleva el histrionismo a flor de piel. Cuando tiene que provocar, es la mejor. Cuando quiere poner un límite, no duda. Y cuando baja la guardia se permite ser vulnerable y sin temor a exponerse. Es desafiante, transgresora, fuerte, bella y genera un magnetismo especial. La cámara la ama. Son una pareja perfecta.
A días de comenzar el rodaje de Bruja junto a Erica Rivas, Pablo Rago y Rita Cortese, Leticia Bredice compartió con Infobae su mirada de la profesión, cómo vive la maternidad de Indio (12), su nueva relación, y una insólita experiencia con la magia negra.
El año pasado brilló en Franciscus donde, dirigida por Norma Aleandro, interpretaba a una madre absolutamente desapegada. Hoy encara un personaje totalmente diferente: "Mi rol es una mujer que está en la trata de blancas. Es muy interesante para mí como actriz, y como mujer. Ella quiere que las chicas sean preciosas, que huelan bien, que sean femeninas".
– ¿Hay que quererlos a los personajes?
– La primera semana que leí este rol no la quería nada y estaba muy enojada y muy peleona. Después me di cuenta de que estaba enojada porque estaba aceptando a esa mujer. Cuando me enojo pasa por mi cuerpo, me salen herpes, pero lo asumo: me gustan los roles difíciles. Me parece más desafiante como actriz que el rol de una "damita".
– ¿Y en la vida? ¿A cuál preferís?
– En la vida una piltrafa, no sé quién soy. En la vida me ayudan los demás. La vida del actor es todo el tiempo una esponja para aprender desde la belleza hasta el corazón, lo frívolo, lo profundo. En la vida real doy clases de teatro. Tengo mi forma de actuación que es lo que trato que entiendan los otros cuando traspaso lo que me pasa a mí como actriz y trato de hablar de eso que tiene que ver también con la astrología de un actor.
– En Franciscus interpretabas a una mamá muy distinta de la mamá que sos vos.
– Terrible, sí. Tenía un momento donde decía cosas tremendas de mi hijo y le dije a Norma Aleandro: "Todo esto no lo digo". Y me dijo: "Probá y después te fijás". Lo dije y empecé a tener momentos de mucha limpieza para mí como mujer. Fue de mucha revelación también. Para mí Franciscus fue un regalo del Papa. Estar con Ana María Piccio y Norma es aprender de los que yo quiero aprender. Norma te acompaña a que lo hagas. Esa mujer fea y horrible que decía: "Yo voy con mi hijo al cine y estoy 15 minutos y me quiero ir". Yo no quería, pensaba: "Cómo me van a mirar, qué va a pensar mi hijo". Y cuando me dijo: "Leelo, decilo". Lo hice, una exorciza. De eso se trata esta película, de dos miradas de exorcización femeninas, que es lo que venimos haciendo hace años, y nos es tan difícil porque decís eso y te dicen: "Sí, es verdad, que bueno votan". Una se encuentra con mucha cantidad de masculinos.
– En la película aparece la magia negra ¿Tuviste algún contacto con algo de todo eso?
– Te voy a contar una cosa divertidísima. Un día fui a una mujer que me dijo: "Esto que te pasa se arregla matando a un animal tirándolo en tal lugar de la playa". Yo dije: "Perfecto, la apoyo en lo que sea, cuánta plata es, arreglamos así". Me fui a mi casa pensando: "Se me terminó el problema".
– ¿Problema de qué índole?
– De amor claro. Estaba desesperada. Al otro día fui entregada a cualquier tipo de magia, hay que estar abierto, y la tipa me dijo: "¿Sabés qué? No puedo, porque mi marido me dijo: 'Me cuesta mucho, y me hace muy mal. No soporto que estés todo el tiempo llorando, estar con una mujer que esté pasando por esta situación, la cortás'. Le expliqué, que la plata y que tengo a la chica, pero no quiso saber nada, así que yo te digo que no a vos". Me quedé así, imaginate, qué le iba a decir: "Señora piénselo, matar un bicho más…" Ese fue mi acercamiento a la magia negra.
– ¿Lloraste mucho por amor?
– La mujer es como un hada, una pedigüeña de llanto, que tener un bebé que llora, que lo cuida, tener un hombre que te hace mal, que por ahí hace dos semanas decías: "Ay, este pesado". A mí me parece que la mujer trata todo el tiempo de exorcizar por el amor todos los dolores. La madre que no me abrazaba, el trabajo que no tengo. Y a veces en la pareja aparecen cosas "tremendobilunfindas", que son peleas que no existen, por eso yo con la pareja que tengo me llevo muy bien.
– ¿Hace cuánto estás en pareja?
– Hace un ratito, tengo una pareja joven. Pero tengo decidido como mujer que si yo me llevo mal no tengo más esa pareja.
– ¿Te llevás bien con vos cuando estás sola?
– Sí. Tengo hermanas mujeres también, eso me ayuda. Salgo a caminar, respiro otro aire. No me culpabilizo de nada, no soy una víctima. Soy una persona que no tengo vergüenza de mí misma, me veo en lo bueno y en lo malo. Lloro con mi madre y con mis hermanas. Eso me ayuda mucho a sostener la actriz que quiero ser, quiero tener la emoción, quiero crear también en el otro para que en algún momento deje sacar su artista.
– ¿Con la mamá que sos cómo te llevás?
– La mujer que vea que se lleva bien y que se vea bien también está inventando así que te inventaría. Es un ejercicio de aprendizaje y error, nunca sabés como madre qué puede pasar. Si tuviese un manual que cuenta lo que viene y sea real lo compro, pero no existe. Yo tengo un hijo maravilloso, le puse Indio y de indio no tiene nada, no es un chico peleador. Me gusta cómo soy como madre. Lo que no sé por ejemplo es cocinar, pero todos los chicos van a tener algún tema con la madre actriz, que no sepa cocinar es una obviedad. Pero me gustaría. Es muy importante para las mujeres cocinarles a los hombres. Es muy lindo, es algo prehistórico.
– Ahora, está en plena preadolescencia Indio. ¿Cómo lo vivís?
– Es divina la pregunta porque es varón, y los varones son muy elegantes con la mamá. Es un chico que es muy delicado. Es muy reservado también y si te dice algo es porque es de verdad.
– ¿No te aparecieron miedos?
– Todos. Supongamos que nosotras dos no tenemos hijos y uno tiene que decirle algo a alguien de la maternidad, es: "No tengas hijos". Es aprender a vivir con miedo. Yo pensé cuando parí por qué mi mamá no me dijo de esto. A mí me encanta ser mamá. Venero a la vida en él todo el tiempo, estoy muy contenta.
– ¿Qué te gusta compartir?
– Miro muchos dibujitos, me gusta mucho la ciencia ficción y las historias para chicos me gustó siempre seguirlas, siempre leí Mafalda, siempre leí comics de chica, me gustó. También es algo novedoso el fútbol. Me encanta tener a alguien para que mire los goles que yo miraba de chica de Caniggia y Maradona que me emocionaron. Me encanta que haya alguien que lo tome tan en serio y que le guste tanto como varón.
– Claro, que sea varón es un mundo en sí mismo.
– Exacto y como tengo muchas sobrinas mujeres y conozco el mundo femenino es enormemente distinto. Por eso me gusta tanto que sea varón. Defiende todo el tiempo en mí la masculinidad. El varón es para acompañar, el varón es para ayudar. A los hijos varones hay que criarlos, hay que darles fuerza para que se envalentonen. La hija mujer hay que bajarla todo el tiempo, decirle: "Pará, escuchame". El hijo varón acompaña, es otra raza.
– ¿En lo personal fue más difícil el recorrido por ser mujer?
– Sí, seguro. Igualmente dentro del medio del espectáculo el recorrido no tiene sexualidad, el recorrido es difícil. El recorrido de un actor no es con su sexualidad, si sabe además tener un eje de conducta. Pero sin duda las mujeres siempre cobramos menos. Las mujeres somos las que no podemos tener un lugar… En esta película no me pasa, pero para la mujer es dificilísimo todo, siempre es la loca. Hables o no hables.
– La mujer es la loca y del hombre en esa situación dirían que "tiene carácter, está bien plantado"
– Sí, es el que la guía. Es muy complicado porque ya es un matriarcado o un patriarcado. Pero también está bueno saberse cuidar en lo que es familiar. Sacarse un montón de mochilas de encima y poder ser mujer y bancarse tener ovarios y vivir pensando y diciendo lo que pensás.
– ¿Qué pesa a la hora de elegir un proyecto?
– Siempre es la historia. A veces puede pasar que hacés una historia que decís dónde estoy metido, pero siempre es la historia. Y después suma el equipo. Lo primero que hice fue una película en Venecia y viajé en Primera a los 17 años, entonces en todo siempre me gusta que sean los mejores. Estoy habituada a una cosa de un cancherismo que es medio para cachetear.
– Y la propuesta económica…
– La propuesta económica siempre es menor. Es el tercer mundo, ya son reglas establecidas hasta en Europa y la verdad sería muy ingrato de mi parte decirte eso cuando hay actores que si yo hablo así están pensando por qué no te vas a la c… ¿Sabés cuánto cobras? Me parece muy difícil lograr ser actor, ser un gran actor, ser un actor interesante.
– ¿Qué es lo mejor que te dio la carrera?
– Poder actuar cosas impensadas. Yo actué cosas mucho más difíciles en la ficción que las que viví en mi vida. Seguramente las de mi vida fueron tremendamente difíciles y lo son, pero en la ficción me tocó pasar cosas que no sé cómo lo hice.
– ¿Qué pasa con los personajes cuando termina un proyecto?
– Norma Aleandro me dijo una cosa maravillosa porque yo le pregunté lo mismo, me dijo se olvida totalmente. A mí me pasa que me quedan muchas cosas porque soy como Moria, me gusta pensarme como eran mis personajes, y yo creo que de Verónica San Martín a mí me quedaron muchas cosas. Podría haber hecho ese personaje 9 años porque me gustaba mucho. Igualmente era muy mala, pero bueno.
– Pero era muy divertida.
– Era muy divertida hacerla, gracias, muchas gracias.
– ¿Qué te devuelve la imagen hoy en el espejo?
– Son siempre pensamientos de amor, de ternura, de tranquilidad. No soy mala conmigo. No soy egoísta. Me agradezco por como soy. No pienso todo el tiempo que puedo estar pinchándome porque la verdad es lo que puedo hacer, puedo estar pinchándome todo el tiempo.
– O sea, sos exigente pero no crítica.
– El que no es crítico no es real, el que no se mira y se critica es un tipo que está en una realidad que mejor seguir ahí y pedirse un sandwich de jamón crudo.
– Pero no sos mala.
– Exacto, no soy una mujer mala para nada. Tengo muy buen humor, me gusta mucho lo que tiene que ver con el trabajo, con la forma de cambiar las situaciones, y eso es lo que hago conmigo también, me tiro para adelante. Como te dije antes, soy una activista del bien.
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