Cómo vivir a 100 kilómetros de la Ciudad y no morir en el intento

Como en los 90, cada vez más parejas y familias deciden mudarse a clubes de campo y barrios cerrados para tener más metros cuadrados y espacios verdes. Testimonios de personas que se sumaron a este estilo de vida

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Más parejas y familias deciden mudarse a clubes de campo y barrios cerrados (istock)
Más parejas y familias deciden mudarse a clubes de campo y barrios cerrados (istock)

Por Graciela Gioberchio

Cansados de la inseguridad, el ruido, la contaminación, el sedentarismo y demás flagelos urbanos, sueñan con vivir en contacto con la naturaleza, triplicar los metros cuadrados y sumar parque; sentir la motivación para practicar deportes y ver a los chicos jugar y andar en bicicleta libremente. El fenómeno, que no es nuevo y supo tener su explosión a fines de los 90 con coletazos que llegaron hasta 2005, vuelve a imponer una tendencia en ascenso: más parejas y familias deciden mudarse a clubes de campo y barrios cerrados.

Esa vida alejada y bucólica tiene pros y contras. Implica planificación, cálculos y gastos que permitan resolver las obligaciones laborales, la rutina escolar de los chicos, las compras, las urgencias médicas, las salidas sociales. ¿Es posible mudarse a 100 kilómetros de la ciudad y sobrevivir en el intento? Protagonistas de este éxodo cuentan sus experiencias.

De La Plata a Brandsen

Los que se suman a esta tendencia son en general parejas y familias con hijos chicos (istock)
Los que se suman a esta tendencia son en general parejas y familias con hijos chicos (istock)

Hace un año, Luciana S. -38 años, médica- vendió su departamento en La Plata, compró un lote en un barrio cerrado en el corredor de la Autovía 2 y levantó la casa de sus sueños. Cuenta a Infobae que tanto a ella, a su marido –40 años, abogado- como a sus dos hijos de 6 y 9 años, les cambió literalmente la vida. El resultado de su balance se traduce en más espacio, mucho verde, pileta, deportes, amigos y cero internet y play. "Vivíamos a control remoto y con los chicos hiperconectados a los artefactos tecnológicos. Ahora ellos van y vienen, aprendieron a andar en bicicleta, están activos y sin ansiedad. Respiramos otro clima familiar. Valió la pena", afirma una y otra vez.

Viven en uno de los 4 emprendimientos que Haras del Sur tiene entre los kilómetros 69 y 73 de la Autovía 2, en Brandsen. Allí, en los últimos dos años, se duplicó la cantidad de residentes permanentes que hoy alcanza al 40% de las 1.600 familias propietarias. El resto de las viviendas se ocupan los fines de semana. Según la ubicación, las expensas arrancan en 3.700 pesos en Haras del Sur 3 (el promedio de todo el complejo es de 6.000 pesos) y el m2 de los lotes que, en promedio tienen 1.000 m2, cotiza a 55 dólares.

El Club House de uno de los emprendimientos de Haras del Sur
El Club House de uno de los emprendimientos de Haras del Sur

Cada mañana, la rutina de Luciana es similar a la que vivencian las 100.000 familias que habitan en los casi 900 barrios cerrados y countries que hay en la provincia de Buenos Aires, según cifras de la gobernación bonaerense. Se levantan a las seis de la mañana y antes de las siete salen con dos autos -uno para ella y los chicos, y otro para su marido- en los que viajan no menos de 40 minutos hasta llegar al centro platense donde los dos trabajan y los chicos van a un colegio privado de jornada simple. Como ella puede manejar, los horarios de los turnos del consultorio, dos días a la semana los pasa a buscar y se van al country, previa parada en la verdulería o la carnicería (la compra del súper resultó más práctica y se la envían a domicilio). Otros días los chicos salen más tarde porque tienen gimnasia en la escuela y es cuando aparecen en escena más mochilas, viandas y la ayuda de la abuela.

"Ya nos habituamos a las distancias", asegura Luciana y admite que gasta más en traslados y en expensas (6.000 pesos, casi el doble de lo que pagaba cuando vivía en el departamento) pero compara que ahora tiene "todo en el mismo lugar: la posibilidad de practicar tenis, fútbol, polo y golf sin gastos adicionales, recreación los fines de semana y en vacaciones, spa y club house", enumera en base a la planificación de sus gastos que no incluyen salidas a comer afuera, compras en shoppings y vacaciones. "El verano pasado no tuvimos la necesidad: los chicos iban de pileta en pileta".

Cambian la vida de ciudad por más metros cuadrados, espacio verde y hasta pileta (istock)
Cambian la vida de ciudad por más metros cuadrados, espacio verde y hasta pileta (istock)

Entre tanta actividad física, una tarde su hijo menor se cayó jugando y se lastimó la cabeza. "En el área de primeros auxilios del country lo atendieron rápidamente, y con esas curaciones lo subí al auto. En media hora ya estábamos en el Hospital de Niños de La Plata donde le dieron unos puntos", relata Luciana con la convicción de que la urgencia médica se resolvió en un tiempo prudencial.

En los últimos años, la zona donde vive Luciana tuvo una gran transformación: la disponibilidad de tierras y el precio más accesible en la zona sur que en la norte lograron un boom parecido al que explotó en Pilar en los años 90. La combinación de esos factores reimpulsó a los lotes que rodean a las autopistas Buenos Aires-La Plata y Ricchieri, con rápidos accesos a la Capital Federal y una menor cotización por m2. También prosperó la zona de la Autovía 2, en la periferia de La Plata y Brandsen, y el sudoeste del Gran Buenos Aires con la ampliación de la ruta 58 y la pavimentación de la 52, donde surgió el llamado "corredor verde" que conforman Canning, San Vicente y Ezeiza.

Dejar un tres ambientes den la Ciudad e irse a vivir a una casa con mucho espacio verde, el sueño de muchos porteños (Haras del Sur)
Dejar un tres ambientes den la Ciudad e irse a vivir a una casa con mucho espacio verde, el sueño de muchos porteños (Haras del Sur)

Inversores y desarrolladores coinciden en que esta zona seguirá creciendo en la medida que sume más infraestructura y servicios, básicamente, colegios, sanatorios, locales comerciales y de entretenimiento. "En los barrios cerrados de Hudson, por ejemplo, sólo hay dos colegios bilingües y no tienen vacantes", apuntó Ignacio O'Keffe, de la Inmobiliaria O'Keffe, que comercializa emprendimientos en la zona como Las Golondrinas y Fincas de Hudson, con expensas que parten desde los 3.500 pesos y 70 dólares el m2. "Sin dudas, la existencia de una escuela a pasos de la casa se transformó en uno de los mayores atributos de un desarrollo y es un factor determinante a la hora de decidir la compra. Hay varios proyectos en marcha", explicó.

A eso apuestan en el Grupo Haras del Sur, por ejemplo. "En 2019 comenzará a funcionar el Colegio Haras, para residentes, en los niveles inicial y primario", anunció Flavia Santillán, gerente de marketing de la desarrolladora.

La mayoría de los entrevistados coincide en que este cambio fue un antes y un después, y que mejoró su estilo de vida (istock)
La mayoría de los entrevistados coincide en que este cambio fue un antes y un después, y que mejoró su estilo de vida (istock)

De Villa Crespo a Escobar

Javier W. tiene 39 años y es contador. Hace poco vendió su tres ambientes de Villa Crespo y se fue a vivir con su mujer y su pequeña hija al barrio cerrado El Cantón de Ingeniero Maschwitz, Escobar, en la zona norte del Gran Buenos Aires, donde el m2 arranca en los 30 dólares. Dice que el cambio le brindó algunas ventajas: por su departamento en CABA pagaba 7.000 pesos sin amenities y ahora paga 6.000 y tiene pileta, instalaciones deportivas, seguridad. Y a eso le suma el desenchufe que logra cuando llega a su casa, al final de la jornada. "No voy a negar que el viaje al centro es lo peor, pero sólo lo hago dos o tres veces por semana porque trabajo desde mi casa", suspira y confiesa que hay momentos en los que siente que vive en un hotel 5 estrellas los 365 días del año.

A Javier le jugó a favor el dato de coyuntura que aporta Juan Giacalone, director comercial de Estancia Villa María, un emprendimiento privado ubicado en Ezeiza, en el sur del Gran Buenos Aires. Dice que "las comunicaciones y la descentralización de las oficinas que impulsan muchas empresas generaron que cada vez más gente pueda trabajar desde la casa con una simple conexión a internet, lo cual también influyó para que la residencia permanente creciera en los últimos años". Ya hay varios emprendimientos que en sus instalaciones ofrecen un sector home office para que los propietarios tengan un espacio de trabajo con oficinas y salones para reuniones.

Javier cuenta que ya se acostumbró a responderle a los detractores que siempre hablan del valor de las expensas y del viaje a la Capital. "Es más costosa la expensa de un tres ambientes en Capital que la de un country, y además estás obligado a pagar cochera y cuota del club. Y moverse al Centro es tan agobiante desde Escobar, Pilar como desde Flores o Devoto. De cualquier modo, prefiero viajar una hora y media que aguantar vecinos, portero y administrador; respirar el humo de los colectivos, no ver un cielo diáfano, ni escuchar el canto de los pájaros".

Viajar todos los días a la ciudad es el costado menos deseable de la transición (istock)
Viajar todos los días a la ciudad es el costado menos deseable de la transición (istock)

Francisco Torraco, gerente de la Federación Argentina de Clubes de Campo, cree que si se avanza en la infraestructura de autopistas y medios de transporte público, se facilitaría aún más que otros ciudadanos hagan como Luciana o Javier y decidan mudarse a una urbanización cerrada. "Se necesitan más vías de comunicación y un buen servicio de trenes", propone.

De Ezeiza a Caballito

En los últimos años también hubo casos en los que se tornó inviable mantener los gastos de dos casas en funcionamiento, la permanente y la de fin de semana. Debieron elegir entre instalarse en forma definitiva en la ciudad o en el country. Otros tuvieron que prestar más atención a las necesidades del ciclo de vida de la familia, sobre todo cuando los hijos entran en la edad universitaria. "Por estas razones, en el mercado de las urbanizaciones privadas se está observando además un flujo de ida y vuelta. Y por eso se amplía la oferta de casas de reventa", explica José Rozados, director de la consultora Reporte Inmobiliario.

A la hora de elegir, Germán L. y su esposa Julia M., los dos de 55 años, -tienen tres hijos de entre 16 y 20 años y manejan una franquicia de indumentaria- hicieron bien las cuentas y pusieron todos los elementos positivos y negativos en la balanza. "La edad de los chicos ideal es hasta los 15 años porque disfrutan mucho, es muy provechoso", se sincera Germán. "Pero después se empieza a complicar porque arrancan una vida social más activa con la facultad, horarios variados, actividades, traslados. Cuando el mayor empezó la facultad decidimos dejar Ezeiza, desandar el camino y volver a Caballito, las distancias nos obligaron y no queríamos pasar todo el día en la autopista". Quizás, cuando sus hijos ya se hayan independizado, Germán y Julia decidan volver al country y seguir formando parte de uno de los cambios urbanos más significativos de nuestra época.

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