El lunes cumple 50 años, pero las experiencias vividas equivalen a 75, dice en esta charla. La invitamos a repasar década por década cómo fue su recorrido profesional y personal, hasta llegar a este presente que la encuentra enamorada, brillando en el teatro, a días de sacar su propia pagina web y orgullosa de sus hijos.
No todo fue color de rosas: "Siempre quiero la verdad, eso hizo que quizás entre en zonas bastante oscuras o dolorosas donde hay que trabajar mucho sobre uno. Eso me hizo ser una persona que evolucionó mucho".
Hoy más linda y mejor plantada que nunca festeja a pleno: "Soy de esas personas que les gusta decir que cumple años. Siempre me agrego un año más y Susana Giménez me carga. Desde que tengo uso de razón hasta el día de hoy me ha pasado una seguidilla de cosas que ha hecho esta persona que soy hoy".
— ¿Es el momento más feliz de tu vida?
— ¿La felicidad cómo se mide? Los nacimientos de mis hijos son los momentos más felices de mi vida. Con las personas que elegí en su momento casarme fueron momentos felices de mi vida. Hacer mi primera casa fue un momento feliz en mi vida. Sí, es un momento muy importante porque estoy con dos hijos hermosos que son fundamentalmente buenas personas. Estamos felices con Los puentes de Madison. Hice una apertura muy grande como actriz. Ese personaje es el encuentro de todas las mujeres que yo amo y valoro en mi vida. Y finalmente estoy con un hombre que adoro con toda mi alma, que me fuma mucho, que es una persona que se ha bancado muchísimas cosas para estar al lado mío. Fabián nos trajo tranquilidad, trajo paz a nuestro hogar, nos trajo seguridad a los tres. Sabemos con quién hablamos, con quién estamos, yo sé con quién duermo, con quién me levanto
— En el programa de la obra, que escribiste vos misma, dice que todas las mujeres en algún momento sentimos que vamos a morir de amor ¿te pasó?
— Sí, claro. Casi me muero de amor. Los que están cerca mío hace muchos años lo saben perfectamente.
— ¿Con Fabián empezaste a pasarla mejor?
— Mucho mejor. Hubo momentos terribles, de encuentros y desencuentros conmigo misma. Ese el trabajo más importante que uno tiene que hacer, discutir con uno está buenísimo.
— ¿Cómo se superan esas tristezas?
— No con un clavo saca a otro clavo, lo fundamental es trabajar mucho. Primero reconocer las equivocaciones de uno. Después entender que el otro se equivocó y aceptar que no era una buena fusión. Hoy puedo decir que estoy con un hombre que me siento cuidada, que me siento protegida, que sacó una parte femenina mía que la tenía súper escondida.
Inicios: época de esfuerzo y cosecha
Su carrera comenzó a los 12 años en una publicidad y nunca paró. Explotó en el modelaje y viajó a España con su hija recién nacida para hacer publicidades en varios países europeos. El regreso a la Argentina fue triunfal. Su cara maravillosa, y el característico pelo corto marcaron la diferencia. La convocan las principales revistas y marcas y se convierte en la cara más famosa del staff de Pancho Dotto.
El recorrido sigue y en 1990 tras una emblemática publicidad de By Deep, canal 13 la contrata para La Banda del Golden Rocket. Allí conoce a Adrian Suar con quien más adelante formó una larga pareja. En 1994 llega el momento de Nano, junto a Gustavo Bermúdez y su primer Martín Fierro. Los éxitos y las propuestas no paraban de llegar.
— Empezaste de muy chica ¿cómo fue la adolescencia y el periodo de los 20 a los 30?
— Vertiginosos, fueron años revolucionarios. Siempre les digo a mis hijos que empecé menos diez. Antes de los 20 yo ya sabía lo que tenía que hacer, ya me había dado cuenta que el lugar donde estaba parada no era el lugar donde yo quería estar, quería más, quería trabajar. Quería sentir que sola podía con todo. Que no necesitaba de nadie. Eso hizo que a los 20 años quizás dudara en casarme, pero nunca en tener a mi hija. Era el momento donde me habían llamado para trabajar en España, yo quedé embarazada de Flor y mi duda no fue sacarme a Flor, al contrario: "Yo quiero tener a esta hija, sí, pero ¿me quiero casar?" Hice las dos cosas y obvio que el primer instinto en el corazón es lo que es, porque después a los casi dos años me separé.
— Fue la época del crecimiento económico y profesional
— Hubo todo un crecimiento económico muy fuerte y eso trajo una estabilidad en mi familia más allá de que mi madre trabajaba. Yo vivía con mi abuelo y mi hermano. En ese momento estábamos alquilando una casa, mi mamá había perdido casi la suya, había que recuperarla y sentía que lo que ganaba era para poder pisar fuerte todos.
— ¿Te acordás qué hiciste con el primer sueldo?
— Sí, perfecto. A mí mamá le encantaba llenar los carritos del supermercado entonces lo primero que hice fue comprarle un montón de cosas. Después a mi abuelo, que es el referente más importante que tuve en mi vida; era un hombre muy coqueto, fui y le compré muchísima ropa y él estaba feliz.
— ¿Y para vos no compraste nada?
— La pregunta es buenísima porque soy una persona que siempre piensa más en el otro. Dar para mí es muy importante. Me doy mis gustos, pero siempre pienso primero en el otro, en lo que necesita el otro.
Los 30: El momento de pensar y parar un poco
Aunque ella la recuerda como una década "más tranquila en lo laboral y dedicada a lo familiar", fue el momento en el que protagonizó Carola Casini, el film Alma mía, la telenovela Provocame junto Chayanne y Romina Yan y muchas ficciones más como Mil millones, Mujeres Asesinas y Amas de casa desesperadas. Además del retorno a la conducción junto a Julian Weich en Fort Bayard.
— Los 30 te encuentran con Flor ya nena y enamorada de nuevo.
— Ya nena de 10 años, con un Toto que venía. Enamorada de nuevo con muchas separaciones en el medio, vamos, venimos, vamos, venimos, hasta que bueno, un día estuvo la propuesta del casamiento. Pleno crecimiento de Adrián en ese momento con su productora, con todo lo que hacía, y nos casamos.
— Y vos siendo muy importante en su crecimiento.
— Yo lo acompañaba, era parte de mi vida. A los 20 me casé por primera vez, a los 30 por segunda vez y ahí yo quería tener otro hijo. Estaba tan obsesionada que me costaba muchísimo quedar embarazada y cuando me relajé, que estábamos terminando Carola Casini un día me levanto a la mañana, me hago el estudio y estoy embarazada. Lo único que pedía es que fuera varón y cuando me lo confirmaron me morí de amor. Toto es un hombrecito que tiene las más lindas virtudes que te puedas imaginar. Mis dos hijos son así. Realmente tengo orgullo de ellos, son personas increíblemente bellas.
—¿Cómo sigue este recorrido entre tus 30 y tus 40?
— Fue una época de parar un poco, de dedicarme más a ser una ama de casa. Había tenido una década tan vertiginosa que parar un poco y verme como mujer, mamá. No quiere decir que dejé de ser mamá trabajando porque tuve una mamá que me acompañó a todos lados con mi hija. Era momento de levantar cosecha y Flor me acompañó. En cambio Toto entró en una etapa más tranquila en lo laboral, pero no en lo emocional porque ahí empecé con un panic attack que venía arrastrando y no me daba cuenta. Eso fue una transición bastante fuerte que duró mucho tiempo. Empecé a hacer yoga, empecé a trabajar mucho mi interior, empecé a hacer psicoanálisis. Me vino toda esta bomba inmensa que era como un alien que tenía adentro que me angustiaba y que no me dejaba a veces salir a la calle. Fue una época de aprendizaje. Y los 40 creo que ahí ya empecé a estacionarme mucho.
Los 40: Resurgir y disfrutar
Los cuarenta vinieron con crisis pero trajeron nuevas sonrisas, un nuevo amor, más sano, más compañero. Y un nuevo casamiento. En lo laboral la vuelta al teatro con Closer, la conducción para toda latinoamérica de ¿Qué piensan los hombres? Y el lanzamiento de Ara Intimates. La ficción estuvo marcada por los papeles destacados en Guapas y en Los Ricos No piden permiso – papel por el que está ternada para los Martín Fierro.
— ¿Cuándo te separas?
— A los 40 y a los 40 conozco a Fabián.
— ¿Hubo crisis a los 40?
— Sí pero más una crisis de tomar decisiones de vida, de lo que ya no quiero más, de estar segura: "Esto no quiero más para mi vida, esto sí quiero para mi vida". Elegir qué vida quiero hacer. Era mucho más madura la decisión. Con mucha angustia alrededor, con muchas mentiras alrededor, con muchas cosas que yo tenía que ir descifrando en esa maleza qué era lo verdadero y qué no.
— De los 40 a los 50 podemos decir que fue el resurgir después de esa sensación de: "Me muero de amor".
— Sí. Pero el me muero de amor estuve tres años sufriéndolo. No específicamente con alguien, es como que se te apaga el alma. Dejás de tener aire. Dejás de estar lúcida. Dejás de verte, te empezás a desdibujar. Es como entrar en una oscuridad.
— Y cuando salís de ahí empieza el disfrute.
— Y cuando salí de ahí salí con una fuerza inmensa a comerme el mundo, sí. Pero estuve tres años metida adentro de mi casa trabajando mucho sobre mí.
— ¿En algún momento pesó la responsabilidad de ser una de las mujeres más deseadas de la argentina?
— Quizás pesa más en las relaciones laborales, no en mi relación afectiva o en la relación donde yo me muevo.
— ¿No necesitás todo el tiempo gustar?
— No, me da mucha vergüenza eso a mí. Siempre traté de mostrarme lo más auténtica posible.
— ¿Te arrepentís de cosas en el camino?
— No porque soy todo eso que me pasó, en todos los niveles que lo sufrí y en todas las intensidades que lo viví. Si estoy acá parada hoy tengo que agradecer al público. Han intentado en varias oportunidades evitar que trabaje y yo creo que el público ha hecho muchas cosas para que yo siga adelante.
— ¿Quién intentó evitar que trabajes?
— En distintas situaciones han evitado que yo trabaje y sin embargo yo sobreviví.
— ¿Cómo fue en estos 50 años tu vínculo con el cuerpo?
— Vengo de una época que el cuerpo era una parte de la totalidad de cada mujer. Era cuerpo, alma y cabeza. Después todo fue cambiando y lo más importante era el cuerpo. Yo vivía una carrera de modelo muy relajada, no tuve que hacer dietas.
— ¿Hoy te cuidás mucho?
— El año pasado dejé de fumar, eso hizo que explotara un poco y justo estaba haciendo Los ricos no piden permiso, y estaba con ocho kilos de más. En febrero hice un click y dije: "Quiero ordenar mi cuerpo". Sentía que se me había metido una señora que no conocía adentro mío, tuve un compañero que bancó todo este proceso mío. Empecé una dieta muy estricta. Yo soy así, digo se terminó esto y se terminó. No soy vegana pero no como más gluten, no como más lácteos. Es una dieta que tiene que ver con lo que mi cuerpo necesita, me la hizo una nutricionista que hace medicina china y fue transformando mi cuerpo. Hoy no te das idea la energía que tengo. Mi marido dice: "Cortemos con la dieta ya", porque a las 2 de la mañana me siento en la cama y empiezo: "Tenemos que hablar", "¿Ahora?"", "Sí, tenemos que hablar ahora, porque yo creo…".
— ¿Y el sexo hoy cómo te encuentra?
— Para mí es muy importante, no es la totalidad, pero es muy importante.
— ¿Querés tener más hijos?
— Y, yo creo que ya no se puede más. Me encantaría. Pueden pasar muchísimas cosas, porque de hecho tengo amigas que fueron mamás ahora a los 50 años y son decisiones muy fuertes que hay que hacer. Pero yo soy mamá de dos hijos hermosos, me hubiese encantado darle a Fabi un hijo pero ahora cumplimos 10 años juntos, fue una etapa muy fuerte. Yo me tuve que recuperar, de hecho quedé embaraza y lo perdí al poquito tiempo.
— ¿Qué soñás para la próxima década?
— Yo los cargo y les digo que me voy a ir a Bután a hacer un retiro espiritual. Para esta próxima década lo que me gustaría es dedicarme más a la parte espiritual.
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