El maridaje no es una ciencia cierta, pero sí es cierto que en la combinación de platos y vinos hay secretos para ofrecer más placer a los comensales. Existen asociaciones estrictamente gastronómicas, pero también están las culturales.
Sin dudas en la Argentina, el locro es uno de los platos más tradicionales. Sin embargo, no es servido tan seguido más allá de su estacionalidad. Principalmente se lo asocia a las fechas patrias y la región del NOA.
Por lo tanto, para acompañarlo y disfrutarlo como se debe se puede pensar en vinos bien argentinos elaborados en dicha zona. Hay vinos más nacionalistas que otros; el Malbec es el más emblemático, el más producido y el que más se vende, aquí y en el mundo. Y no es casualidad que sea el vino que más y mejor se elabora en todas las zonas vitivinícolas del país. Otro es el Torrontés, un blanco de uvas autóctonas y con un perfil muy original, que se desarrolla ampliamente en Salta y sus alrededores (La Rioja y Catamarca).
Por último, hay un viejo vino que se está revalorizando de la mano de buenos exponentes a base de uva criolla, aunque cada uno es dueño de sus propias elecciones a la hora de sentarse a la mesa.
La mayoría seguramente elegiría un vino tinto, por la época otoñal y por la consistencia del locro. Un guiso tradicional de texturas densas (por la base del zapallo), con diversos ingredientes (maíz, porotos y carnes varias, entre otros).
La contundencia propia del locro necesita de vinos con cuerpo, pero a la vez que tengan un paso ágil por boca. Entonces, la clave estará en la acidez y en los taninos incipientes. Un Malbec, joven y salteño, sería una muy buena elección, por argentinidad y regionalidad, pero también porque suelen ser frescos, carnosos, con un carácter frutal y especiado, rico y amable, que va muy bien con las texturas y densidad de este guiso tan criollo.
Justamente, una alternativa más novedosa pero a la vez más tradicional sería acompañar el locro con un vino a base de uva criolla. Esta cepa autóctona responsable de la mayoría de los vinos de mesa está siendo protagonista de vinos más elaborados, con buena frescura y la gracia de un tinto liviano pero con carácter propio, y con una gracia rústica que remite a los vinos de antes.
Los que gustan del locro más especiado y más picante, necesitan un vino más refrescante aún. Un Torrontés salteño sería la mejor opción. Mejor si tiene un paso por madera y cierta madurez, porque suelen ser más untuosos y persistentes que los sus pares jóvenes del año. Su frescura y carácter (frutal y floral) van muy bien con las sensaciones diversas de este plato regional, equilibra las sensaciones picantes, despeja el paladar y lo prepara para nuevas cucharadas.
5 VINOS RECOMENDADOS PARA "LOCREAR"
Mugrón Negro 2014
El Esteco, Cafayate, Salta ($800)
Este Malbec con toque de Tannat (5 %), es elaborado por cinco enólogos amigos referentes del NOA, y demuestra el gran momento vínico que viven los Valles
Calchaquíes. Se trata de una producción muy limitada (896 botellas), con una crianza de 12 meses en barricas de roble francés de primer uso. Es un tinto importante, con la tipicidad del Malbec de la zona, jugoso y especiado. De buen volumen y paso tenaz, final fresco y consistente, con mucha más vida por delante.
Puntos: 91
El Esteco Old Vines Torrontés 2015
El Esteco, Cafayate, Salta ($435)
El enólogo Alejandro y el agrónomo Francisco Tellechea han encontrado un viejo parral plantado en 1945. Con uvas seleccionadas de las mejores plantas añosas, lograron un blanco fresco y untuoso, de buen volumen y con la tipicidad fuera de discusión. Con un carácter bastante elegante para ser Torrontés, de trago profundo y equilibrado.
Puntos: 91
Collovati Torrontés Riojano 2016
Javier Collovati, Sanyogasta, La Rioja ($200)
El carácter de este varietal en su cuna es diferente, y Javier es uno de los que mejor lo sabe expresar. A partir de viñedos propios de su familia elabora un blanco con personalidad y cuerpo. De muy buena nariz, intensa y punzante, con cuerpo y paladar franco, fresco y amable. Es floral y graso, casi untuoso pero a la vez mordiente, con carácter propio. Típico y moderado, más frutal con algo salvaje. Ideal para platos especiados.
Puntos: 90
Cara Sur Criolla 2014
Bodega Cara Sur, Barreal, Valle de Calingasta, San Juan ($380)
Si bien es una de las uvas más plantadas en nuestro país, este es el primer vino que se animó a ostentar con orgullo varietal, su nombre en la etiqueta. Una apuesta jugada de un grupo de jóvenes comandados por Francisco "Pancho" Bugallo y Sebastián Zuccardi. Dicen que el lugar es de ensueño, y que está detenido en el tiempo, como los parrales de 80 años de donde provienen la uvas para este Cara Sur. De aromas vibrantes y paladar fresco, bien fluido y tenso. Con carácter frutal, agarre y un dejo salvaje que lo distingue en la mesa.
Puntos: 89
Tordos Blend 2016
Tordos Wines, Valles Calchaquíes, Salta ($270)
Vino muy joven pero a la vez muy tomable, difícil de creer de un tinto salteño en el que se combinen Malbec (70%) con Tannat, Cabernet Franc y Petit Verdot. Pero la frescura juega un papel fundamental, como también sus taninos incipientes. Las uvas provienen de diferentes valles de la zona, y cada una aporta algo a su elocuente expresión, entre frutal y herbal. De trago ágil y vivaz, con gracia y profundidad. Está listo para ser disfrutado, aunque tiene aptitudes de sobra para la guarda.
Puntos: 88
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