La psicología del tiempo, una de las ramas de la ciencia que estudia los procesos mentales, es el campo donde se profundiza el análisis de la influencia que tiene el tiempo en el comportamiento humano.
El tiempo, percibido a través de los sistemas cognitivos, tiene un papel fundamental y determinante en la toma cotidiana de decisiones. Según explicó a Infobae la psicóloga y escritora Celia Antonini existen personas enfocadas en el pasado, el presente o el futuro que de manera inconsciente toman decisiones utilizando esa orientación temporal.
"La psicología del tiempo sostiene que la actitud personal con respecto al tiempo es aprendida y que en general nos relacionamos con el tiempo de una manera inconsciente y subjetiva", indicó la experta. "Si nos hacemos más conscientes sobre la concepción que tenemos hacia el tiempo podemos mejorar nuestra perspectiva y tomar mejores decisiones en nuestra vida".
En el libro La paradoja del tiempo de los psicólogos Philip Zimbardo y John Boyd, los autores hacen una descripción exhaustiva del comportamiento que tienen quienes se orientan al pasado, al presente y al futuro respectivamente. "Las personas que están más orientadas hacia el futuro son personas reflexivas que pueden postergar los deseos que tienen en el momento en pos de sus responsabilidades o metas", sintetizó Antonini.
"En general las personas orientadas al presente tienden a emprender más conductas sexuales de riesgo, a consumir más alcohol y otras sustancias que las personas orientadas al futuro", ejemplifican los autores de La paradoja del tiempo. "También es menos probable que hagan ejercicio, que coman bien y que realicen actividades preventivas para mantener la salud como limpiarse los dientes con hilo dental o someterse habitualmente exámenes médicos".
Finalmente, según los autores "la situación es más compleja para las personas que se centran en el pasado". Zimbardo y Boyd explican que "estas actitudes tan divergentes hacia el pasado desempeñan un papel muy importante en las decisiones cotidianas porque se convierten en un marco de referencia vinculantes en la mente de quienes tienen una visión del pasado positiva o negativa".
Según concluyó la psicóloga, el equilibrio perfecto estaría en poder "tomar el pasado no como un sillón sino como un trampolín, en tomar cosas del presente, poder disfrutar y no perder la perspectiva de mañana".
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