Dos presidentes. Se reencontraron tras varias décadas y diversos caminos transitados. Los une el mismo cargo, en diferentes países, con la particularidad de que ambos llevan poco tiempo de su mandato. Si bien Mauricio Macri superó los 500 días como presidente argentino y Donald Trump solo lleva tres meses en la Casa Blanca, el primer encuentro entre ambos mandatarios expresa una relación que excede las funciones políticas.
"Un gran amigo al que no veía desde hace 25 años", expresó Trump ante la mirada y los múltiples flashes que se llevaban su sonrisa y la de Macri, junto a sus esposas. Es notable distinguir las expresiones de ambos -más allá de lo que transmiten verbalmente- para conocer sus posturas y ahondar en los gestos que pertenecen a la comunicación no verbal (CNV).
Trump y Macri manifiestan constantemente sus emociones, juicios de valor e intenciones a través de sus expresiones. De esto se trata: los gestos, el apretón de manos y la aceptación o el rechazo que se ven reflejados en el humor, carácter y estados de ánimo de los mandatarios. En otras palabras: la aceptación o el rechazo; la sinceridad o el engaño constante.
La mano en la espalda es una situación repetida en cumbres políticas. Es una forma de poseer, de dominar el espacio físico del otro. Alejandro Sangenis, consultor en comunicación y programación neurolingüística y comunicación no verbal, reconoció esta conducta en ambos dirigentes: "Primero fue Macri quien intentó mostrar presencia poniendo la mano sobre la espalda para hacer pasar a Trump. Pero luego Trump le devolvió el favor poniéndole la mano en la espalda para dejarlo pasar primero". Recordó la misma actitud en su encuentro con el papa Francisco y la asoció también a Franco Macri, su padre, como si se tratara de un gesto heredado.
"La mano en la espalda significa predominancia sobre el otro. Es un gesto inconsciente de poder, un claro ejemplo del lenguaje no verbal que prevalece en cada reunión entre mandatarios. Es una especie de lucha de egos", calificó el experto en diálogo con Infobae. Sangenis advirtió, a su vez, sutiles esfuerzos por generar un espacio de empatía: "Noté también sonrisas de las llamadas 'afiliatorias', para intentar generar empatía entre ambos. Y en algunos momentos estuvieron en espejo, en iguales posiciones, que refleja a su vez empatía inconsciente".
Destacó también gesticulación típica del presidente de los Estados Unidos. "Trump volvió a utilizar sus gestos que se denominan 'batuta'. Suele acompañar con el signo 'okey' cada una de sus afirmaciones. Es una forma para marcar el ritmo y darles énfasis a sus declaraciones", agregó Sangenis.
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