Cada vez más las personas con síndrome de Down toman la iniciativa de su desarrollo. Creando y viviendo sus propios proyectos de vida, ganan una mayor participación activa en la sociedad. El respaldo de las familias y el apoyo profesional psicopedagógico son fundamentales para su accionar autónomo. Y también es de suma importancia la conciencia pública.
A las personas con un cromosoma extra en el par 21 se las suele asociar rasgos propios y exclusivos en su forma de ser y de actuar. Peculiaridades comunes que las diferencian de los demás, calificativos que constituyen estereotipos: se las califica de afectuosas, obedientes, tozudas, amables, sociables.
Sin embargo, las características no siempre están claramente demostradas y en muchos casos carecen de fundamento. La Fundación Iberoamericana Down 21 recogió datos científicos, estudio de especialistas que reunieron algunas de las capacidades que imperan entre los que tienen la condición.
En principio, por lo general estos niños pueden hacer la mayoría de las cosas que hace cualquier otro, como caminar, hablar, vestirse e ir solo al baño, aunque generalmente comienzan a aprenderlas algún tiempo más tarde.
En resumen, se indicó que son trabajadores constantes y tenaces, puntuales y responsables, que acostumbran a realizar las tareas con cuidado y perfección. Además poseen una menor capacidad para inhibirse, como manifestaciones de afecto, en ocasiones excesivamente efusivas; el perfil personal se orienta a la persistencia de las conductas y resistencia al cambio (les cuesta cambiar de actividad o iniciar nuevas tareas); tienen una baja capacidad de respuesta y de reacción frente al ambiente, a los acontecimientos externos.
Por ultimo, destacaron la escasa iniciativa, para cuyo caso es esencial la estimulación temprana, que incluye una serie de actividades que los padres y los profesionales pueden desarrollar para intentar que el niño alcance el máximo de su potencial, en lo social e intelectual. Si se apunta a la incentivo de realizar este tipo de actividades podrán desenvolverse al igual que los niños no afectados.
La serie online que refleja las vivencias cotidianas
Para adentrarse en el mundo en el que se originaron estos conceptos, un buen modo es mirar "Par de tres", una ficción que se estrenó la semana pasada, con motivo del día Día Mundial del Síndrome de Down. Creada por la productora Strike Contenidos y auspiciada por la Asociación Síndrome de Down de la República Argentina (ASDRA) tiene en su esencia el objetivo de reflejar diferentes situaciones de la vida cotidiana de muchas personas con la condición, hechos que acomplejan su plena inclusión. Retoma circunstancias reales de manera simple para generar una reflexión sobre las actitudes.
En seis capítulos -de entre cinco y once minutos de duración- que componen el relato se centra en la historia de dos familias, la de Toto y la de Sofía. Estos dos vecinos del barrio viven realidades caracterizadas por la injerencia familiar: ella es sobreprotegida por su mamá debido a la discriminación que viven, mientras que él atraviesa con dificultad la falta de atención de su papá, que trabaja todo el día.
Las desaventuras de los personajes ponen en manifiesto el desconocimiento general, además de plantearse otras posiciones, como el rechazo y la sobreprotección, que se encuentran diariamente para acceder a ciertos ámbitos.
Para formar un combo atractivo, de manera amena y didáctica, en la transcurrir de los episodios se conocen algunos datos sobre el síndrome de Down para eliminar barreras y construir una sociedad inclusiva. El elenco está formado por la actriz Cornella Fortunato, de 23 años y con síndrome de Down, quien interpreta a la protagonista, junto a las participaciones especiales del periodista Claudio Rígoli y el actor Damián de Santo. Todos los capítulos están en el canal de You Tube de la productora.
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