Los resultados preliminares de la prueba nacional de evaluación Aprender además de agitar y reinstalar -gratamente- el debate alrededor de la calidad educativa en la Argentina, en pleno escenario de conflictividad docente, también evidenció especificidades propias -más luces que sombras- que la convirtieron, en un dispositivo de medición eficaz y sobre todo necesario.
Hay consenso acabado entre los expertos en educación del mundo acerca de que los dispositivos de medición de aprendizajes son herramientas valiosas para lograr la calidad educativa; en la idea de que permiten construir, diseñar e impulsar políticas educativas con información veraz y confiable.
Al respecto, Elena Duro, secretaria de Evaluación Educativa de la Nación y profesora en Ciencias de la Educación presentó ayer el Primer Informe de Resultados de APRENDER 2016, con información más técnica y ampliatoria de la que brindaron el día martes, primero el presidente Mauricio Macri y luego el ministro de Educación, Esteban Bullrich.
Entre los atributos propios de Aprender 2016, lo primero que se desprende es la alta tasa de respuesta a la prueba en todo el país, cercana al 73% – siendo un 61% de escuelas estatales y un 39% de escuelas privadas -. Además de haber agregado a la prueba un cuarto nivel de desempeño (Ciencias Sociales, que se sumó a Matemáticas, Lengua y Ciencias Naturales) como en general contemplan el resto de las pruebas internacionales.
Elena Duro puntualizó a Infobae otro atributo que le agregó a esta prueba un diferencial, "si bien no es momento de hacer hipótesis, ni análisis causales de estos primeros resultados, fue muy importante cómo se involucraron los docentes y los directivos de las escuelas". De allí parte el éxito de la alta tasa de respuesta.
Esta prueba estandarizada que "midió" los aprendizajes de los estudiantes de primario (6to grado) y secundario (5to y 6to año) se basó en los lineamientos de los Operativos Nacionales de Evaluación (ONE) 2010 y 2013, garantizando de esta manera la comparabilidad en el tiempo de sus resultados.
Entre los resultados más dramáticos de Aprender surge que el 46,4% de los alumnos de 5° y 6° año del secundario no comprende un texto básico, mientras que el 70,2% no puede resolver cuentas o problemas matemáticos muy sencillos. En el área de Naturales, el 36,3% tuvo el rendimiento más bajo, mientras que en Sociales fue del 41,1 por ciento.
A las pruebas estandarizadas siempre se las criticó por su supuesta descontextualización. "Por eso en Aprender 2016 trabajamos sobre la geo-referenciación de las escuelas", señaló Duro.
Sobre los datos desagregados provincia por provincia, Duro ratificó que por ahora prefieren ampararse en el secreto estadístico; hasta que en los próximos días se los hagan conocer a los referentes y autoridades provinciales. "Queremos que los datos jurisdiccionales -provincia por provincia- primero los conozcan los ministros de Educación de cada territorio; luego junto con ellos diseñaremos las estrategias de difusión de los datos. Porque justamente los datos necesitan ser contextualizados con los que conocen el territorio y las problemáticas".
A partir de abril próximo, Duro anunció que acercarán una carpeta de resultados y análisis a cada una de las escuelas que participaron en Aprender 2016 con el objetivo de trabajar sobre las debilidades y fortalezas de cada grupo escolar.
Índice de vulnerabilidad
Siendo muy pertinente el análisis de cómo incide el rango de vulnerabilidad en el rendimiento escolar; la prueba Aprender diseñó un índice propio de vulnerabilidad para hacer los cortes socio-económicos para el procesamiento y análisis de los resultados.
Este índice, precisó Elena Duro, se diferencia de acuerdo al ciclo en cuestión. El índice para "medir" el nivel socio-económico para Secundario consideró el nivel educativo de ambos padres, el nivel de hacinamiento, la percepción de la Asignación Universal por Hijo u otro programa social similar, el acceso a internet y tecnología del hogar.
Para "medir" el nivel socio-económico para Primario consideró el nivel
educativo de ambos padres, el nivel de hacinamiento, el acceso a internet y tecnología en el hogar.
Los resultados preliminares de Aprender 2016 reflejan una mejora en el ciclo primario frente a un deterioro más manifiesto del ciclo secundario. Pero advirtió Duro a Infobae: "Atentos a 6to. grado. Allí se evidencian fragilidades en Matemáticas y Lengua por debajo del nivel básico y hay que trabajar para que no sean la base de problemas mayores en el secundario".
El objetivo de Aprender no es detectar la causa del problema; eso vendrá luego con estudio, análisis y la confrontación de los datos con otros saberes, para luego sistematizar la información acerca de futuras políticas educativas.
"Los datos que arrojó la prueba Aprender también afirman la profunda inequidad del sistema educativo -entre los sectores más vulnerables y los menos-; y entre la gestión estatal y privada- y la necesidad de un cambio para fortalecer la escuela pública", reforzó Duro.
Pero también hay contrastes, los sectores más vulnerables dentro de la gestión estatal también han alcanzado niveles de aprendizajes satisfactorios importantes.
El creciente ausentismo de los alumnos en el ciclo secundario sumado al ausentismo docente es un combo explosivo para la calidad educativa y es otro "problema" que arrojó de manera contundente la prueba Aprender.
Duro se refirió a otro problema: la repitencia. "Lo primero que muestra es que esta 'estrategia pedagógica' no sirve más y representa una pérdida para el conjunto del sistema educativo. Y sobre todo para los sectores más vulnerables. Señala también la urgencia de repensar y rediseñar el modelo del secundario. También por supuesto es necesario poner la mirada en la calidad del nivel inicial".
Los resultados de las pruebas Aprender 2016 sirvieron de disparador y antesala perfecta para que el gobierno del presidente Macri tome la iniciativa en materia educativa. Ya avanzó con la presentación pública del Plan Maestr@ que contemplará muchos de los problemas y urgencias que dejó sobre la mesa Aprender. Y sobre todo que tenga vigencia en el tiempo y no se agote en la coyuntura de un gobierno.
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