Desde 2015, en Rusia se recrudecieron las cifras de suicidios adolescentes. Distintos medios relacionan la triste epidemia con el llamado desafío de "la ballena azul", por el que más de 130 jóvenes se quitaron la vida. Se trata de un juego macabro que se viralizó a través de la red social Vkontakte (VK) -el Facebook ruso- y que consiste en diversas pruebas hasta concluir en el suicidio del participante.
El alerta se encendió y llegó a la policía rusa en los últimos días, cuando ocurrieron cuatro suicidios casi en simultáneo. Dos amigas de 15 y 16 años, Yulia Konstantinova y Veronika Volkova, se lanzaron desde un edificio de 14 pisos, y antes dejaron en sus redes sociales un mensaje aterrador junto a la foto de una ballena azul: "Fin". Veronika, por su parte, escribió: "Se perdió el sentido… fin".
A las dos sucesos se les sumaron otros dos. Una adolescente de 15 años se tiró desde un quinto piso y otra de 14 murió arrollada por un tren. "Le prestaremos especial atención a estudiar sus contactos en las redes sociales", sostuvo la policía en una declaración posterior.
El reto de la ballena azul le debe su nombre a que la especie marina, por voluntad propia, se acerca a las costas para morir. De acuerdo a The Siberian Times, en los grupos de la red social rusa los administradores proponen distintas pruebas ingenuas como ver en forma continua más de 24 horas de películas de terror, pasando a otras más tétricas y preocupantes como la autolesión: el "dibujo" de una ballena con un cuchillo y distintos retos que llevan al colapso psicológico. La prueba final, después de 50 días, es suicidarse.
Uno de los administradores de los grupos suicidas fue hallado y detenido. Philip Budeikin, de solo 21 años, es responsable de haber creado 8 colectivos mortales entre 2013 y 2016. De sus participantes, 15 de ellos se suicidaron y otros 5 fueron rescatados a último momento. Pese a la detención del aparente líder, las autoridades temen que el desafío continúe su expansión.
Un director de un colegio denunció haber recibido una llamada anónima en la que se consignaba que una estudiante se había unido a uno de los grupos y que tenía entre sus planes suicidarse. La policía identificó a la adolescente que aseguró que ella no había seguido las pautas, pero que otras participantes sí lo habían hecho.
A su vez, una investigación realizada el año pasado por el diario Novaya Gazeta señalaba: "Hemos contado 130 suicidios que tuvieron lugar entre noviembre de 2015 y abril de 2016. Casi todos ellos pertenecían a los mismos grupos de Internet y vivían en familias buenas y felices".
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