Estudios afirman que un mal descanso y la pérdida de disfrute sexual tanto en mujeres como en hombres se encuentran estrechamente vinculados. Por otro lado, la disminución del goce sexual no es el único factor que afecta durante el sexo, también intervienen en el rendimiento y la periodicidad del encuentro.
Dormir poco provoca consecuencias varias a nivel emocional, lo que acarrea limitaciones en diversas áreas de la vida cotidiana. Por otro lado también afecta a la regulación del estado de ánimo y produce fatiga, lo que afecta estrechamente al acto sexual. Profesionales recomiendan como mínimo ocho horas de sueño por las noches para evitar complicaciones a la hora de la sexualidad.
La ciencia lo confirma
Una investigación inglesa publicada en The Journal of Sexual Medicine basada en exámenes clínicos y entrevistas afirmó que dormir pocas horas disminuye la excitación sexual. Por consecuencia, a partir de un análisis exhaustivo del genito-sensorial de la zona del clítoris y la vagina denotó pruebas de función sensorial reducida.
Kling, Juliana M, coordinadora del estudio aseguró que "un mal descanso como también casos de insomnio se asociaron a su vez con una disminución del la función sexual. Esto determina la importancia de dormir no solo para asegurar una vida saludable sino también para mejorar el rendimiento en el sexo".
Muchos científicos se preocuparon en determinar si el sueño tiene relación con la deficiencia de deseo. Un estudio publicado en Pubmed (US National Library of Medicine National Institutes of Health) realizó un análisis en 171 mujeres estadounidense libres de antidepresivos donde estudiaron su comportamiento nocturno durante 14 días y la actividad sexual a través de encuentros.
Los datos finales reflejaron que aquellas mujeres que tuvieron un correcto descanso incrementaron la libido un 14% como también aseguraron tener una mejor excitación.
"Futuros estudios podrían determinar si los trastornos del sueño pueden ser un factor de riesgo para la disfunción sexual", afirmó David Kalmbach, investigador de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Michigan y autor principal del estudio.
Un mal descanso no solo afecta al género femenino, en el caso de los hombres también disminuye los niveles de testosterona, hormona que se encarga de la producción de espermatozoides como también de mantener el deseo sexual activo. La testosterona también tiene una función crítica en el desarrollo de la masa muscular y en la fuerza de los huesos.
Otro estudio, en este caso de la Universidad de Chicago, analizó en laboratorios el descanso de 10 hombres jóvenes (en promedio 24 años de edad) durante una semana completa y confirmó que aquellos que dormían menos de cinco horas por noche disminuyeron entre un 10% y un 15% sus niveles de testosterona. Los sujetos analizados denotaron niveles más bajos de esta hormona por la tarde, en el horario de 14 a 22.
"Los niveles bajos de testosterona se asocian con una reducción de bienestar y vigor, que también puede ocurrir como consecuencia de la pérdida de sueño", dijo Van Cauter, profesor de medicina y director del estudio.
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