Ostende: la experiencia de ver cine frente al mar bajo la luna llena

En clásico hotel de la ciudad balnearia alberga el ciclo Cinemar. Infobae compartió la experiencia de vivir grandes películas con el mar y la Luna como compañía

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La costa de Pinamar se
La costa de Pinamar se convierte en un cine diferente

La película empezó antes de la película. Detrás de la pequeña pantalla de proyección, donde estaba por comenzar el film, el mar, de un gris anaranjado por la luz del ocaso, explotaba en olas inclinadas hacia el sur. Era una cadencia extraña que se explicó a sí misma de repente, cuando la Luna, una bola inmensa y roja, apareció sobre el horizonte e imprimió una estela ocre como una cicatriz.

Un cuadro dentro de otro cuadro. Y los más de 200 veraneantes que estaban sentados sobre la arena frente a la pantalla, esperando ver la (verdadera) película, se levantaron impulsados por una fuerza de gravedad inversa. Caminaron hipnotizados hasta la orilla e intentaron con sus celulares lo imposible: no hay dispositivo que registre la experiencia.

Eso lo saben en el Viejo Hotel Ostende. Tanto, que la luna llena sobre el agua no fue casualidad. Cada verano este mítico lugar, donde alguna vez durmió Antoine de Saint-Exupéry, autor de El Principito, se convierte en un refugio para los veraneantes sensibles de estas costas. Lejos de los stands de automotrices y el bochinche de los paradores de moda, el fenómeno astronómico fue anoche la escenografía perfecta del ciclo Cinemar: o la posibilidad de ver una película con el mar (y la Luna) de fondo.

El ciclo Cinemar da la
El ciclo Cinemar da la posibilidad de ver una película con el mar (y la Luna) de fondo

Otros años fueron obras de Mariano Llinás, la dupla Daniel Cohn y Gastón Duprat o de Alfred Hichtcock. Anoche, en cambio, la directora del hotel y curadora de la muestra, Roxana Salpeter eligió proyectar para toda la familia: Cadena de Regalos, un documental hecho por una pareja de argentinos que recorrió 32 países y retrató la sensibilidad de los niños de casi todos los continentes. El film es simple. Sus directores, los artistas plásticos Mey Clerici e Iván Kerner, salieron a dar la vuelta al mundo con el objetivo de brindar talleres de dibujo gratuitos a chicos de todo el planeta: desde tribus en Africa a refugiados birmanos en Tailandia. No filmaron la experiencia, sino que buscaron algo más, el poder de reflexión siempre asombroso de los niños y el gesto solidario y global, porque en la película cada chico le hace un regalo al siguiente, que lo recibe y a la vez hace lo mismo con el que, en la línea argumental, viene después.

Cielo, nena boliviana de 5 años, le hizo un dibujo a María, de Perú. Antes de "mandárselo", dejó una frase en la pantalla que hizo reír a los grandes y chicos que observaban el documental sentados en la arena: "Mi sueño es ser Alicia en el País de las Maravillas, no Bob Esponja". Cristofer (6), de Ecuador, contó que a él le gustaría "ser como los pajaritos, que vuelan".

La propuesta atrae a público
La propuesta atrae a público de todas las edades

Clerici y Kerner estuvieron dos años viajando por el mundo y conocieron a unos 10 mil chicos. De todos ellos, fueron eligiendo a los más histriónicos o sensibles. Por ejemplo, a Duc, de Vietnam, lo escogieron para entrevistarlo cuando se les acercó en el taller y les preguntó si "Dios es hombre o mujer".

Salpeter conoció el proyecto de los artistas gracias a alguien que lo compartió en Facebook. Entusiasmada con la idea, dejó de lado este año el cine clásico para mostrar entre los veraneantes de Ostende cómo viven, piensan y sienten niños de otras culturas. "Este año quise dejar la ficción y el preciosismo del cine independiente para dar algo que tiene otro fin, el de plantear la solidaridad y la transversalidad", explicó a Infobae la directora del Viejo Hotel Ostende.

El evento es organizado por
El evento es organizado por el Viejo Hotel Ostende

Rufino, de 9 años, vino a veranear a Pinamar con su familia desde Pehuajó. Sus padres vieron el afiche en la avenida Bunge y se acercaron la playa de Ostende. Como no todo es Disney, el nene no soltó la vista en la hora y media que duró el documental. Después, mientras su papá le compraba un choripan en la parrilla improvisada entre las carpas del balneario, contó: "Me gustó mucho ver chicos de otros países. Me gustaría que fueran mis amigos".

Hace 12 años que el Viejo Hotel Ostende elige las noches de luna llena para abrir su playa y ofrecer esta experiencia poética y natural. No es la única oferta cultural de este hostal centenario. Los días 26 y 27 de enero el lugar será la sede argentina de La noche de las ideas, un evento organizado en simultáneo en 40 países y que reúne a intelectuales, científicos, escritores, artistas, poetas, narradores y músicos para reflexionar desde múltiples perspectivas un tema en común.

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