Sus palabras sonaron fuerte en el Salón de Detroit 2017. Mike Duggan, alcalde de la ciudad estadounidense, irrumpió ante más de 200 personas con una sorpresiva frase: "Los Millennials no están preparados para manejar. Solo se preocupan por contestar los mensajes de texto en sus celulares".
Cada palabra expresada por Duggan viene a instalar nuevamente el debate: ¿existe tal cultura del retroceso o estos "síntomas" anteceden los cambios del futuro? La cantidad de accidentes de tránsito por la distracción que genera el uso del celular al volante no es una novedad. Pero sí una preocupación. Duggan lo sostuvo en la charla "Ciudades del mañana", junto a Mark Thompson (CEO de The New York Times), entre otros.
La realidad estadounidense marca que en los últimos años, la compra de automóviles realizadas por jóvenes menores a los 30 años disminuyó en más de un 30%. En Argentina, según los datos de la Secretaría de Transporte de la Ciudad de Buenos Aires, el número de personas que sacó el registro entre los 18 y 30 años se mantiene estable.
La tecnología que le ganó a la tecnología
Pareciera que el auto en sí dejó de ser un atractivo para un gran grupo de jóvenes. La cantidad de redes sociales presenta una distracción al alcance de la mano, en donde esta pequeña y gran tecnología encapsulada en un smartphone le gana notablemente a la concentración que requiere el manejo de un vehículo.
El último informe de la Organización Iberoamericana de la Juventud (OIJ) sostuvo que en América Latina hay más de 157 millones de Millennials, comprendiendo alrededor del 26% total de la población. Quizá el creciente número explica cómo los paradigmas han ido cambiando con el correr de los años.
El mal uso del celular y la adicción que la tecnología provoca en ellos se engloban dentro de los hábitos de la Generación Y, que ya inciden en los sistemas educativos del mundo y fuerzan la búsqueda hacia modelos innovadores e invitan a definir una "nueva escuela".
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