Leah Somerville, una reconocida neuróloga de la Universidad de Harvard, realiza frecuentemente audiencias frente a jueces, que acuden a escucharla hablar sobre cómo se desarrolla el cerebro. Para ellos, aunque no parezca, es un tema particularmente importante, porque la madurez del cerebro es una cuestión de la que dependen muchas aplicaciones jurídicas. Por ejemplo, ¿qué edad debe tener alguien para ser condenado? ¿Cuándo puede empezar a votar una persona? ¿Puede un joven de 18 años dar su consentimiento para una operación compleja?
Científicos como la doctora Somerville han aprendido mucho en los últimos años en estos temas. Pero el cuadro complejo que está emergiendo carece de las definiciones que los políticos quisieran encontrar. "A menudo, la primera pregunta que recibo al final de una presentación es, 'Bueno, todo muy bonito, pero ¿cuando está terminado el cerebro? ¿Cuándo se termina de desarrollar?'", contó Somerville. "Y yo les doy una respuesta muy insatisfactoria".
La especialista expuso este enigma en detalle en un comentario publicado en la revista Neuron. Sucede que el cerebro humano alcanza su volumen "adulto" a los 10 años, pero las neuronas que lo componen siguen cambiando durante años, el desarrollo continúa. Las conexiones entre las neuronas vecinas se reacomodan, a medida que nuevos vínculos emergen entre las áreas más ampliamente separadas del cerebro.
Eventualmente, esta reorganización se ralentiza, una señal de que el cerebro está madurando. Pero sucede a diferentes ritmos en diferentes partes del cerebro y a distintas edades. El "emprolijamiento" en el lóbulo occipital, en la parte posterior del cerebro, disminuye a los 20 años. En el lóbulo frontal, en la parte frontal del cerebro, se están formando nuevos vínculos a los 30 años, o incluso más. "Esto desafía la noción de lo que un cerebro 'terminado' realmente significa", dijo Somerville.
Pero el desarrollo de estas redes sigue siendo misterioso, y aún no está claro cómo influyen en el comportamiento. Algunos niños, según han descubierto algunos investigadores, tienen redes neuronales como si fueran adultos. Pero todavía son sólo niños.
La investigación de la doctora Somerville se enfoca en cómo los cambios en el cerebro maduro afectan el pensamiento de las persona. A los adolescentes les va tan bien como a los adultos en las pruebas de cognición, por ejemplo. Pero si están sintiendo fuertes emociones, esas puntuaciones pueden desplomarse. El problema parece ser que los adolescentes todavía no han desarrollado un sistema cerebral fuerte que mantenga sus emociones bajo control. Y ese sistema puede tomar un tiempo sorprendentemente largo para madurar.
Laurence Steinberg, psicólogo de la Universidad de Temple, estuvo de acuerdo con la doctora Somerville en que la maduración del cerebro está demostrando ser un proceso largo y complicado sin "hitos" obvios. No obstante, indicó que, en su opinión, los estudios recientes contienen algunas lecciones importantes para los encargados de formular políticas.
Steinberg ha propuesto, por ejemplo, que la edad para votar se reduzca a 16 años en todos los países. "Los jóvenes de 16 son igual de buenos en razonamiento lógico que los ancianos", dijo. La doctora Somerville, por otro lado, dijo ser reacia a ofrecer sugerencias de políticas específicas basadas en su investigación sobre el cerebro. "Todavía estoy en la etapa de aprendizaje, por lo que dudaría en llamar a cualquier cosa en particular", dijo. Pero sí cree que es importante para los científicos avanzar para obtener una imagen más completa de cómo el cerebro madura.
No basta con comparar a las personas con categorías sencillas, como por ejemplo etiquetar a las personas menores de 18 años como niños y a las personas mayores como adultos. "Nada mágico ocurre a esa edad", dijo Somerville.
Como demuestran los datos científicos más recientes, el cerebro es un sistema muy complejo y su "maduración" no se da igual en todas las personas. A continuación, un test para conocer tu propia edad del cerebro. ¿Tenés la mente de un adulto o de un niño?