El envejecimiento trae aparejado consigo la vulnerabilidad de ser más propenso a contraer enfermedades, achicando la posibilidad los años de vida. A lo largo de décadas se realizaron muchas investigaciones con el fin de hallar el secreto para extender el tiempo. Ahora, la respuesta parece estar más cerca de encontrarse, al menos para las mujeres. De acuerdo a un nuevo estudio de la Universidad de Harvard la clave está en el optimismo, una conducta psicológica puede influir en los desenlaces fisiológicos.
Especialistas de la Escuela de Salud Pública de Harvard revelaron que las mujeres optimistas son menos propensas a morir de una variedad de patologías letales, que pueden ser desde el cáncer hasta la insuficiencia cardíaca y las enfermedades infecciosas. Las féminas con mejor actitud ante la vida tienen menos chances de presentar diversas afecciones en la vejez, disminuyendo el riesgo de mortalidad.
La investigación se basó en el análisis de datos recopilados de 70.000 mujeres que participaron de un estudio a largo plazo de seguimiento de la salud de la mujer. A través de encuestas realizadas entre 2004 y 2012 se indagó los niveles de optimismo y otros factores (como la raza, la hipertensión arterial, la dieta y la actividad física) que podrían desempeñar un papel en cómo esa expectativa general de que ocurran cosas buenas puede afectar el riesgo de mortalidad de las voluntarias. Al cabo del periodo de prueba, de la totalidad de casos estudiados, 4.566 fallecieron por algún tipo de enfermedad.
Los resultados, publicados en la American Journal of Epidemiology, arrojaron que las mujeres con mayores niveles de optimismo tenían un riesgo casi un 30% menor de morir por alguna de las enfermedades analizadas en el estudio en comparación con las menos optimistas.
Las más positivas tenían un riesgo 16% menor de morir de cáncer; casi un 40% menor en lo relacionado con enfermedades del corazón, ACV o enfermedad respiratoria; y un riesgo 52% más bajo de morir por alguna infección. Todas estadísticas fueron independientes de la situación financiera, social o familiar, o si tenían antecedentes familiares de diabetes, alta presión sanguínea, colesterol o depresión.
"La mayoría de los esfuerzos médicos actuales se centran en reducir los factores de riesgo de las enfermedades más comunes. Este trabajo se une a otras evidencias científicas que muestran que trabajar en la mejora de la resistencia psicológica ante las adversidades puede ser una medida efectiva para luchar contra ellas", dijo Eric Kim, autor principal del estudio.
Tres prácticas fáciles de realizar
El optimismo tendría un efecto biológico positivo en el cuerpo humano, como también en el factor psicológico. Para aquellas que en general no suelen ser positivas, revertir esto puede aprenderse a partir de unos sencillos pasos. Kim recomendó las tres técnicas básicas que deberían ser implementadas por la mayoría de la población.
–Pensar la mejor versión propia posible, en especial para áreas clave de la vida, como lo son la familia, el matrimonio y la carrera laboral. Por ejemplo, imaginar cómo lo que se sentiría tras alcanzar algún objetivo personal deseado, luego de trabajar muy duro en ello.
–Escribir tres cosas por día por las que están agradecidos. Intentarlo por una semana y evaluar cómo se siente.
–Anotar durante al menos dos semanas aquellos actos de caridad o positivos hacia otras personas.
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