Tenía solo 3 años cuando comenzó a hablar sobre la muerte. Sus padres se preocuparon. Hasta entonces, era un niño feliz, extrovertido, siempre con una sonrisa en la cara. Un cambio abrupto se había producido para que Avery se viera sumido en una depresión juvenil, en una profunda tristeza. Decidieron alejar de su alcance elemento cortantes. Temían que su hijo pudiera utilizar cuchillos o clavos para lastimarse.
A Avery lo habían anotado como un varón cuando nació en Kansas y, de hecho, tenía genitales masculinos, pero dentro de sí se sentía raro. Odiaba ir al preescolar. Su ímpetu se había desvanecido. Cuando cumplió 6 años, le comentó a sus padres, como su edad le permitió, las sensaciones que lo acechaban. Sentía, pensaba y se consideraba una niña. Sus padres, siempre comprensivos, creyeron que una consulta psicológica era necesaria.
—¿Puedes responderme algo sobre ti? -preguntó la terapeuta clínica Caroline Gibbs, directora del Instituto Transgénero de Missouri, según recapituló el periódico local Kansas City-. ¿Eres un chico o una chica?
— Soy una chica -respondió Avery-.
— ¿Qué te hace creer que eres una chica?
— Simplemente lo soy.
— ¿Es por lo que te ponés para jugar?
— No, simplemente lo soy.
— Si tus padres dicen "mi hijo" y "él", ¿cómo te hace sentir?
— Soy realmente "ella" porque soy una chica. Soy una hija.
Tras la consulta, los padres no lo dudaron. Apoyaron a Avery, ahora una niña transgénero. La psicóloga Sonia Almada, especialista en infancia y adolescencia y directora de Aralma, explicó a Infobae: "El concepto de género hace referencia a los rasgos y las funciones psicológicas y socioculturales que se le atribuyen a cada sexo y por ello son modificables, porque es una construcción social. En cambio, el sexo se refiere al orden fisiológico".
Sin embargo, la transición fue pausada. Al principio Debi y Tom, sus padres, solo permitían que Avery se vistiera como niña los fines de semana. Su idea no era reprimir los deseos de su hija, sino que el proceso fuera lo menos traumático posible. El conflicto se presentó cuando llegó una fiesta de cumpleaños el fin de semana. Avery se rebeló. Se puso un vestido y salió al festejo sin miedo a las miradas ajenas.
Ya a partir del lunes siguiente, Avery se presentó en el colegio con la indumentaria femenina. "Cuando me empecé a vestir como niña, mis amigos no tenían problema con eso, pero sus padres sí", comentó. Los adultos, con sus prejuicios tradicionales a cargo, no permitían que sus hijos se relacionaran con Avery.
Poco a poco su placard se superpobló de ropa de niña. "Me preguntaba si estaba haciendo lo correcto -contó su madre-, pero viviendo como un niño Avery era miserable y yo estaba preocupada de que las cosas empeoraran así que mi marido y yo compramos más ropa femenina". Su figura de niño ya había quedado en el pasado definitivamente. La imagen que brindaba su cuerpo era de niña.
"La imagen del cuerpo que el niño se hace de sí no nace por sí sola -sostuvo Almada-, lleva las marcas del vínculo con la madre, el padre y su familia, y está ligada al cuerpo-deseo del Otro". De acuerdo a la especialista, los niños "no dudan" de su identidad de género ya que su personalidad se encuentra en construcción hasta finalizada la adolescencia.
Su madre, orgullosa de la madurez mostrada por su hija, pensó que podía ser una buena idea narrar su transición en primera persona a través de Youtube. Ser inspiración para niños o niñas que atraviesan situaciones similares. Sin quererlo, su voz se alzó como una referencia ineludible en el universo transgénero. Tanto es así que la prestigiosa revista National Geographic tendrá en su portada a Avery en una edición dedicada exclusivamente a indagar en la realidad trans.
¿Por qué Avery y no cualquier otro joven transgénero como tapa? Susan Goldberg, editora en jefe de la publicación, reflexionó: "Pensábamos que Avery era tan fuerte, tan orgullosa y confiada en sus decisiones que era una buena persona para simbolizar las nuevas discusiones sobre género. Parece resumir la complejidad de la cuestión".
We devoted our entire January 2017 Special Issue to an exploration of gender—get it now on iOS: https://t.co/Gp06vqjZBg #GenderRevolution pic.twitter.com/vtWWukVEtg
— National Geographic (@NatGeo) 16 de diciembre de 2016
Los medios de comunicación influyen en la opinión pública. Juegan un rol clave en la visibilización y naturalización de "nuevas las nuevas posiciones del ser", sostuvo Almada. "Esta publicación tendrá una fuerte repercusión global y quizá abra la posibilidad a nuevas familias, con sus hijos e hijas, a explorar estas cuestiones si las están viviendo. A discutirlas y reflexionar", continuó.
Más allá del reconocimiento público, su vida cambió para siempre. La sonrisa se le volvió a dibujar en la cara. Los pensamientos suicidas quedaron atrás. Hoy es una niña feliz. Continúa jugando con su hermano mayor. Sus amigos del colegio la aceptan tal cual es. La alegría de poder elegir. "Cada uno puede ser lo que quiera ser", dice Avery, con solo 9 años.
LEA MÁS:
La revolucionaria portada de National Geographic con una niña transgénero
Seis mujeres trans que rompen los estereotipos en América Latina