Se acerca el verano y para la mayoría llega la temporada de vacaciones y los viajes para disfrutar unos días de descanso, ya sea eligiendo como destino la visita a familiares lejanos, la euforia de las playas, la tranquilidad de las montañas o alguna otra opción. Es un tiempo por demás esperado para salir de la rutina diaria y despejar la mente.
Desde reconectar a la familia o mejorar la carrera, en el caso de los vuelos laborales, viajar genera una larga lista de beneficios, incluso cuando no se trata solo por lujo o placer, sino también por cubrir necesidades a largo plazo.
Viajar aumenta la esperanza de vida, además de aportar fortaleza al sistema inmunológico. Sin embargo, un mal casi inherente de esta época es el estrés y se aparece para cambiar las cosas, al menos algunas. Y también emerge en vacaciones.
Por más que cueste creerlo, existe una gran cantidad de personas para quienes las vacaciones en vez de ser un momento para relajarse y olvidarse de preocupaciones, pasan a ser todo lo contrario, ya que no logran desconectarse de su actividad laboral cotidiana.
"El estrés no se toma vacaciones, ya que es común observar hoy en día a personas que se estresan más en el receso vacacional que en la abrumadora rutina laboral del año", explicó la psicóloga Gabriela Martínez Castro, directora del Centro de Estudios Especializados en Trastornos de Ansiedad (Ceeta).
Esta situación puede llevar a generar peleas y discusiones con el entorno social, generalmente en el familiar, cuando se está de vacaciones, lo cual hace deponer rápidamente el merecido descanso.
"Hoy día, es más que frecuente encontrar en nuestras consultas a pacientes que explican que su problema comenzó durante sus vacaciones, que están nerviosos, angustiados y sobresaltados, todo les preocupa, transpiran mucho, tienen taquicardia y problemas para dormir. En ciertos casos, acompañan el relato de una crisis de pánico, como corolario", agregó la especialista, quien dio sus recomendaciones para transitar el período felizmente.
Consejos para no estresarse en vacaciones y disfrutar
-Lograr colocarse límites a uno mismo y a los otros (no ceder frente a las demandas laborales que no respetan el tiempo vacacional).
-Buscar actividades placenteras que generen satisfacción personal, y puedan funcionar como "vehículo de descarga" tensional: actividades físicas, sociales, o hasta mentales como juegos de ingenio.
-Mantener una alimentación balanceada, combinándola con el placer de ingerir alimentos diferentes y de sabor agradable, ya que tienden a disminuir los niveles de ansiedad.
-Delegar en otros, desestimando la falsa creencia de que "nadie lo hará mejor ni más rápido que yo".
-No pretender generar cambios radicales en la personalidad, "a partir de ahora, voy a dejar de ser una persona ansiosa y me transformaré en buda".
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