Las estadísticas lo avalan. El avión es el medio de transporte más seguro del mundo. Por más que existe un miedo natural a las alturas, los números son indiscutidos. De hecho, 2015 fue el año de mayor seguridad aeronáutica, con una tasa de accidente de uno cada 5 millones de vuelos. Sin embargo, en cada vuelo, decenas -o cientos- de vidas dependen de la voluntad de una sola persona. El piloto.
La Universidad de Harvard realizó una encuesta internacional en la que evaluó la salud mental de pilotos alrededor del mundo. Los resultados, publicados en la revista Enviromental Health, arrojan un dato alarmante. Más de 4.000 vuelos comerciales en un día promedio son comandados por pilotos que experimentaron pensamientos suicidas o depresión.
Los pilotos de todas las aerolíneas se someten a pruebas de salud mental en forma periódica. A aquellos que son diagnosticados con depresión aguda, se los califica automáticamente como no aptos para volar, aunque, de acuerdo al profesor Joseph Allen, líder de la investigación encubren los síntomas: "Encontramos que muchos pilotos que actualmente están volando manejan síntomas depresivos, y es posible que no busquen tratamiento debido al miedo a impactos negativos en sus carreras".
El estudio se originó a partir de la tragedia sufrida en 2015 en la aerolínea Germanwings. El 24 de marzo de ese año, el copiloto Andreas Lubitz accionó adrede el botón que inició un descenso precipitado e hizo que la nave se estrellara contra los Alpes franceses. El saldo fue de 150 muertos y, a partir de ese momento, la salud mental de la tripulación pasó a estar en el centro del debate.
Casi 3.500 pilotos respondieron a la encuesta anónima que suministró Harvard, aunque de ellos más de 1.100 se negaron a responder preguntas relacionadas con la salud mental. En el análisis de los datos, se encontró que el 4,1% había pensado matarse al menos una vez en la quincena anterior y el 12,6% cumplía con parámetros que se podrían englobar dentro de la depresión.
Un mayor porcentaje de pilotos hombres remarcó que "casi todos los días" experimentaban pérdida de interés, se sentían como un fracaso y pensaban que estarían mejor muertos. Aunque, en general, las mujeres piloto son más propensas a ser diagnosticadas con depresión. Y de la mano de la depresión se concluyó que existe un empleo más alto de medicación para lograr conciliar el sueño.
Los autores de la investigación denunciaron un "velo de secreto" acerca de los problemas de ánimo de los tripulante de la cabina. A su vez, destacaron la importancia de que resultados de este tipo por primera vez sean públicos. Casi siempre las compañías aéreas mantienen en privado los datos de salud mental de sus empleados.
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