Luego de que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) excluyera a la República Argentina de los rankings de las pruebas del Programa Internacional de Evaluación de Estudiantes (PISA, según sus siglas en inglés) la polémica quedó instalada: ¿hubo manipulación de la muestra para alterar los resultados o solo fue un grave error?
En base a las dudas y pocas respuestas que envuelven a un tema que incide directamente en la educación nacional, Infobae dialogó con Agustina Blanco (académica y directora ejecutiva de Educar2050), Mariano Narodowski (ex ministro de Educación de la Ciudad de Buenos Aires entre 2007 y 2009) y Silvina Gvirtz (pedagoga y actual secretaria de Ciencia, Tecnología y Políticas Educativas en el municipio de La Matanza), para conocer la opinión de tres expertos y lograr entender si se trató de una impericia o de un error adrede.
Blanco, directora ejecutiva de EducAr 2050, fue criteriosa y a la vez precisa en sus opiniones a Infobae: "Es una pena que en vez de estar hablando sobre qué pasó con nuestro sistema educativo en los últimos tres años, y tomando decisiones estratégicas para las futuras generaciones; hoy estemos hablando por qué la OCDE decidió en cierto modo descalificar a la Argentina de las pruebas PISA 2015".
Hay que recalcar que la OCDE y su director Andreas Schleicher expresaron que no tienen evidencias que permitan hablar de intencionalidad, ni manipulación de datos (por parte de la gestión del gobierno anterior).
"Nuestro país merece después de este episodio una seria investigación sobre el tema. De qué es lo que realmente ocurrió y llegar al fondo de esta cuestión", sentenció Blanco.
Hoy la situación refleja que lo que hubo fue un error técnico en la construcción de la muestra. Mientras Argentina debió presentar en la muestra -que estaba basada en el censo de escuelas del 2013- más de 13 mil instituciones escolares, se presentaron apenas más de 10 mil del total país.
"Esa omisión es lo que afecta tanto la comparabilidad con nosotros mismos, con años previos en donde Argentina participó de esta evaluación como la representatividad de la cantidad de jóvenes argentinos de 15 años que deben ser representados como criterio mismo de estándares para la OCDE".
La explicación técnica del descenso de la muestra radica en que Argentina cambió su sistema secundario: lo que antes era el Polimodal y el EGB, con la ley Nacional de Educación del 2006 comenzó gradualmente a revertirse para volver a uno de los dos sistemas que cada provincia elige: o seis grados primaria y seis secundaria; o siete primaria y cinco secundaria. Varias provincias del país eligieron 6 y 6 años.
Blanco relacionó este cambio en el nivel secundario con el error muestral en PISA 2015 : "Es verdad que este cambio de algún modo iba a afectar cómo construir esta nueva muestra PISA 2015. Pero esto se debería haber atajado a tiempo, se debería haber consensuado con la OCDE, para poder presentar la muestra que correspondía para seguir siendo comparables con tus propios resultados previos".
Comparabilidad y representatividad son los dos criterios -fallidos para la Argentina- más importantes que dejó esta prueba PISA 2015. ¿Cómo nos coloca frente a los países miembros y asociados y a los desafíos pendientes?
Para Blanco es "un mal ejemplo". "La verdad cuando uno se postula de manera voluntaria a ser partícipe de una evaluación del calibre, que es la evaluación de PISA -reconocida internacionalmente por ser tan rigurosa en términos de metodología, de estadística- no hacer una muestra bajo los criterios que se conocían previamente; o no haber acordado ciertas cuestiones que podrían haber ocurrido… Ni hablar de lo que implica a nivel regional y lo que hoy los otros países deben estar pensando: qué falta de seriedad de nuestro país".
Además, para la especialista la exclusión puede tener efectos aún más concretos en la programación de políticas educativas: "Lo que más me preocupa y más me duele… es que nosotros somos los que ahora perdimos esta enorme oportunidad. PISA no es solamente conocer lo más cuestionado que es el ranking. Lo que tiene PISA es que dispara resultados muy válidos, muy cuidados de una prueba que mide competencias, que es hacia dónde la educación del siglo XXI debe ir".
"Nos perdemos la oportunidad no sólo de los resultados y de compararnos con nosotros mismos, sino de poder ser parte de una comparación a nivel regional. También de la cantidad de publicaciones de primera calidad que surgen a raíz de estos datos que vienen de consultoras de primera línea, de think tanks o de institutos que se dedican a la investigación".
Por su parte, Mariano Narodowski le aseguró a Infobae que "esta noticia es un retroceso político y educacional. Argentina estaba en las pruebas PISA desde sus inicios y los resultados siempre fueron importantes para el rendimiento educativo y académico. Teníamos la información, nos ubicaba en un contexto mundial y aparte PISA te brinda los datos sobre otras cuestiones del sistema educativo".
Para Narodowski, pertenecer en cada ranking es fundamental para los académicos, ya que "todas las investigaciones que se hacen con los datos que ofrece PISA, ya no se podrán hacer. El Estado argentino debería dar una explicación clara de por qué pasó lo que pasó".
"La prueba sí se tomó teniendo ese marco muestral y ahí se enciende la alarma de PISA, que advierte que Argentina 'creció' más de lo que debería haber crecido y ahí decide excluirlo", agregó el académico e investigador argentino.
Narodowski espera la respuesta oficial de OCDE y se corre de aquellos que creen que es un papelón, "porque papelón nos pone en el lugar moral de que nos mandamos una macana y tenemos que pedir perdón. Hay que analizar seriamente lo que pasó", concluyó el ex ministro.
Finalmente, Silvina Gvirtz afirmó que le da "mucha pena" lo sucedido y dijo que "es un error grave que no debería repetirse. Fue impericia, sin manipulación intencional de la muestra, pero error al fin". Además advirtió que "esto no invalida la prueba en sí, porque hay cosas que nos pueden permitir diseñar políticas a futuro".
La pedagoga recordó que PISA publicó los resultados porque entendió que no había una muestra manipulada especialmente. Sin embargo, la muestra no alcanza para establecer comparaciones con el 2012 y por tanto no se permite ponerla en el ranking.
Gvirtz pidió "incorporar jornadas completas de 8 horas de clases por día, la entrega de libros y material para que puedan estudiar y regularizar la entrega de computadoras del programa Conectar Igualdad que este año no se llegó ni al 50% del total".
En este sentido, sostuvo que "hay que diseñar políticas educativas que salgan de la mera evaluación. Tenemos que tener políticas que lleven a los chicos a aprender mejor y a los docentes a enseñar mejor", dijo Gvirtz, para quien "la educación requiere de inversión sostenida en el tiempo".
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