Con 25 años decidió embarcarse en un viaje que casi termina con su vida. Junto a algunos de sus amigos emprendió vuelo hacia una aventura de cuatro días frenéticos. Más que frenéticos, casi letales. Snowboard, fiestas, alcohol, mujeres, drogas, excesos -demasiados- y un pacto inquebrantable: no dormir.
Su salud le pasó factura. Sufrió un doble ataque al corazón. Su vida pendió de un hilo en el que tras algunos vaivenes, logró mantener el equilibrio. Se salvó. "Si estás familiarizado con su estilo de vida, es un poco temerario -contó su representante Steve Honig-. Su cuerpo estaba absolutamente sobrecargado después de cuatro días de excesos y los infartos tan solo fueron el lógico detonante".
Hoy Dan Bilzerian tiene 35 años. La salud dejó de ser una de sus preocupaciones y, pese a que morigeró ese ritmo inhumano, su vida continúa plagada de exageraciones y abusos. Siempre rodeado de mujeres voluptuosas -jamás vestidas-, exhibiendo fajos de dólares, en alguno de sus alucinantes yates o autos deportivos. Las fotos se suceden, una detrás de otra. Dan Bilzerian ya es una marca registrada de Internet.
Ostentación, despilfarro, petulancia y gestos cargados de provocación, a la par de una dosis repulsiva de misoginia y cosificación. Supuesto jugador profesional de poker, empresario dueño de múltiples compañías, con pasado militar y un paso fugaz por un puñado de películas de Hollywood de poca monta. Casi indefinible. Un combo explosivo por demás confuso. Aunque hay un mote que lo consolidó: "El rey de Instagram".
Casi 20 millones de seguidores y 1.155 publicaciones -que mañana seguramente serán 1.156-. Bilzerian comparte su vida de sueño americano con estricta constancia a sus fieles seguidores, casi religiosos. Además de las mujeres con las que posa, el multimillonario es un fanático de las armas, al punto de contar con un arsenal de los más variados modelos y calibres. Esa pasión la heredó de su formación militar.
Testing out my @silencerco silencers on an MP5k, 308, MP5SD, SCAR H, and 12 gauge shotgun.
Un vídeo publicado por Dan Bilzerian (@danbilzerian) el
Bilzerian se alistó en la armada. Más específicamente en la SEAL, la fuerza especializada en la batalla marítima. Cuando tenía el 99% del entrenamiento realizado, a solo dos días de graduarse y recibir la condecoración, se enfrentó a uno de sus superiores. "Lo llamé maricón- admitió-. ¿Qué es lo peor que podía hacer, tirarme al océano?". El oficial, no podía ser de otra manera, lo expulsó del ejército y desde ese momento jamás volvió a pisar un campo militar.
Después de su carrera frustrada en el ejército, optó por inscribirse en la Universidad de Florida, en una especialización en Negocios y Criminología. "Todo ha ido genial desde la universidad", se entusiasma. La leyenda -o más bien Bilzerian- cuenta que después de su segundo año universitario estaba en quiebra, desesperado, había perdido todo su dinero en el juego.
La solución fue quizás la menos recomendable: jugar aún más. Vendió parte de su armamento; mucho más modesto que su arsenal actual. Consiguió unos 10 mil dólares y voló a Las Vegas a la búsqueda de multiplicarlos. Lo logró. Volvió con 187 mil dólares. "Después regresé a la universidad jugando mucho mejor al poker", dice. Ese viaje de urgencia -el trampolín hacia una exitosa carrera profesional en los casinos del mundo- que luego lo convertirían en el multimillonario de hoy. El basamento fundamental de su posterior fortuna. Presuntamente.
¿Cómo hizo el dinero en realidad?
"Un campeón de poker que vale cien millones de dólares", lo definió en 2013 Daily Mail. La versión oficial, la que cuenta orgulloso Bilzerian, es que su fortuna proviene de su talento en el juego. Según sus propias palabras, en un año logró 50 millones en ganancias y, aunque en verdad obtuvo dinero gracias a los naipes -más que nada en mesas rodeados de celebridades y millonarios- su riqueza se explica por herencia familiar. Un legado plagado de irregularidades.
Hey look at me, I’m with girls
Una foto publicada por Dan Bilzerian (@danbilzerian) el
El rey de Instagram figura a cargo de una red corporativa, que incluye empresas y negocios diversos, exclusivamente pergeñados con la idea de proteger los activos que había generado su padre, Paul, exfuncionario público y estafador compulsivo del estado. En 1993, el progenitor había sido multado por la Comisión de Bolsa y Valores por 62 millones de dólares con motivo de fraude. Hasta 2014, no había pagado ni siquiera un 7% de esa deuda.
Paul Bilzerian aprovechaba su posición y se dedicaba a subir exponencialmente los precios de las compañías en las que había invertido. Tales maniobras le permitieron obtener ganancias inconmensurables y también implicaron su puerta de ingreso a prisión. En 1989, acusado de fraude, permaneció 13 meses en una cárcel federal.
Pese a los escándalos judiciales, la familia Bilzerian logró conservar una gran porción de su riqueza. Aunque el dinero, para Dan, dejó de ser sinónimo de felicidad, si es que alguna vez lo fue. "Ya no puedo comprar placer con dinero. Es por eso, en mi opinión, que muchos dicen que la riqueza te hace infeliz. Cuando sos pobre, comprarte algo te alegra, es cierto. Eso a mí no me pasa", comentó. Parte de su provocación. Parte del personaje que construyó.
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