De bomberos voluntarios a solidarios: la historia de "Bomba Volunta"

Es una ONG que funciona como nexo entre las personas que quieren ayudar y aquellas que necesitan ayuda. Bettina Bulgheroni entrevistó con su Puente de Esperanza al fundador del movimiento solidario para conocer cómo nació este grupo de voluntarios

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"Es tan fácil hacer una pequeña acción…-Gabriel Delestar casi que se martiriza al decirlo-. Cambia el mundo, cambian las sociedades, cambian las historias, cambian las personas". La propuesta es simple, hacer pequeñas cosas que generen un gran impacto. Lo dijo el fundador: "Ayudar no es darle a otra persona lo que te sobra. Ayudar es dar a otra persona lo que necesita". Y su lugar para hacerlo es "Bomba Volunta", una asociación civil que, desde su lugar en el mundo, transforma mucho.

"Bomba" viene de bombero y "volunta" de voluntario. El movimiento solidario nació de la más genuina razón humana: conectar gente que necesita ayuda con gente que quiere ayudar. La iniciativa empezó en forma de programa de radio que obraba como vehículo para relacionar a estos dos mundos, pero la respuesta fue superadora y el proyecto, que comenzó con la intención de que durara un mes, debió extenderse a medio año. Un programa de radio quedó chico ante la demanda social, y la explosión de "Bomba Volunta" derivó en una ONG que actúa como puente solidario.

En marzo de 2016 se constituyó este grupo voluntario sin fines de lucro, afiliación política ni religiosa. Comparten la creencia de que la suma de voluntades es un agente de cambio poderoso, transformador. Su foco, su búsqueda es la educación, principal fuente de revolución. La organización realiza acciones en comedores comunitarios, jardines y escuelas primarias del Gran Buenos Aires.

"Bomba Volunta" define de una manera metódica cuál es su misión, cuál su visión y cuál su objetivo. Pretende ser un faro que sirva como nexo entre personas mediante acciones comprometidas con la realidad social con la premisa madre de promover la continuidad de la acción voluntaria comunitaria, priorizar la educación y facilitar la dinámica y el funcionamiento de grupos de voluntarios y particulares.

Su metodología se organiza a partir de campañas y proyectos planificados con antelación. Con una frecuencia bimensual, se realizan seis campañas solidarias por año. En época de pascuas, donaron 110 roscas. En el amanecer del invierno, entregaron más de tres mil prendas en el marco del programa "Frío Cero". En el día del niño, 1.500 niños recibieron un juguete nuevo cada uno. Delestar sabe que con poco se puede hacer mucho, por eso invita a seguir profundizando su propuesta de cambio: "No pedimos dinero sino voluntarios y tiempo, que es lo más valioso del ser humano. Que venga alguien a donar su tiempo es algo impagable". De bomberos voluntarios a bomberos solidarios.

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