Entre 300 y 350 llamados llamados por día. Entre 5.000 y 5.500 llamados por mes. En octubre, un pico de solicitudes, se registraron 8.700 consultas. Los números alarman, conmueven, paralizan. La violencia de género está instalada en la sociedad desde hace décadas -siglos, más bien- pero la problemática encuentra en la actualidad una visibilización inédita. Afortunadamente.
La línea 144 ofrece asesoramiento, contención e información en casos de violencia de género. Se creó en 2013 y empezó a funcionar en septiembre de ese año a partir de la promulgación de la ley 26.485 que, en uno de sus artículos, especificaba la necesidad de la creación de un call center telefónico de alcance nacional, gratuito y que trabajara todos los días las 24 horas para brindar atención inmediata a la víctima.
El equipo de atención cuenta con 104 operadores que se dividen en 8 turnos los días de semana -en los cuales hay picos de llamados- y en 4 los fines de semana, con el objetivo de abarcar las 24 horas. Son todos psicólogos, trabajadores sociales o abogados. "Nos focalizamos en la interdisciplina. Entonces, por ejemplo, la abogada conoce de herramientas de contención psicológica y la psicóloga conoce el marco jurídico", explicó a Infobae la directora Nacional de Protección Integral y Articulación de Acciones Directas, Nicole Neiman.
Con la intención de mostrar cuál es el procedimiento ante cada llamado, se le permitió a Infobae filmar uno de ellos. El caso al azar que se registró provenía de Mendoza; una mujer llamaba para solicitar ayuda por su hija, víctima de violencia de género en el plano laboral. Por obvias razones de confidencialidad, solo se escucha la voz de la operadora -de espaldas a la cámara- y se omiten todos los datos personales de la denuncia.
"No dejaba de llorar, pobre", lamentó la operadora una vez que colgó el teléfono. La llamada completa duró 14 minutos y 16 segundos, y ese es uno de los puntos destacables de la línea 144: los profesionales le dedican el tiempo necesario a cada llamado. No hay un límite, sino que depende de la situación particular.
"Puede llamar la propia mujer, algún familiar, amigo o vecino para solicitar ayuda. Cuando llama una víctima, lo primero es generar empatía con ella. Se le pregunta por el motivo de su llamado. De acuerdo al relato, se identifica si hay situación de riesgo baja, media o alta. En caso de un riesgo alto, se intentan brindar todos los recursos y articular según la localidad donde viva, una acción. Si requiere el envío de un móvil policial, se le consulta por si puede solicitarlo. Si no puede, nosotros lo llamamos", explicó Neiman.
El 3 de junio de 2015 fue la fecha bisagra para el crecimiento de la línea 144. La primera marcha de #NiUnaMenos rompió un paradigma patriarcal instaurado ancestralmente. La mujer salió a la calle a clamar por sus derechos. Por su integridad. "Las últimas movilizaciones masivas influyeron muchísimo en la desnaturalización de ciertos comportamientos violentas que antes se consideraban como parte de la pareja. La sociedad es la que marca la agenda y visibiliza problématicas", senaló Neiman.
A partir de 2016, se incorporó un área de seguimiento de la línea durante las 24 horas. El 98% de los llamados que recibe la línea 144 son por la modalidad de violencia doméstica, es decir, dentro del hogar. El 90% de las consultas se ocasionan por violencia psicológica y el 70% por violencia física. "Cuando se llega a la violencia física es porque antes indudablemente hubo violencia psicológica", aclaró la directora.
En los pasillos del Consejo Nacional de las Mujeres definen a la 144 como la línea del antes, el durante y el después. "Antes, porque nosotros ofrecemos el recurso para visibilizar la situación de violencia. Durante, porque acompañamos a la víctima en ese proceso traumático para lograr empoderarse. Y después porque la mujer, luego de recibir la contención, tiene que poder salir adelante y vivir una vida sin violencia".
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