Pensar que el bullying es una cuestión de chicos y no una evidencia y una forma de violencia escolar es seguir invisibilizando el tema (Istock)
Nada cambia, si nada cambia. Frase popular que muy bien puede aplicarse a la lógica más profunda para comprender cómo opera, silencioso y dañino, el acoso escolar o bullying en la vida de los niños y jóvenes en la Argentina y el mundo.
Una problemática que ya es conocida y que este tiempo sociohistórico, sumado a las nuevas tecnologías, no hacen otra cosa que amplificar y dar nuevos formatos, nuevos cobijos. Así, las redes sociales sintetizan hoy los dos extremos: las buenas intenciones de la democratización de la información y también la forma más popular y cruel de acoso escolar que ya logró nombre propio: ciberbullying.
Entre los expertos el consenso es unánime acerca de que lo más errado de encarar el bullying y sus diferentes formas es pensar que se trata de un conflicto de chicos. Es la peor forma para hacer desvanecer a la víctima.
Y como apuntó a Infobae Alejandro Castro Santander, psicopedagogo y catedrático argentino en convivencia familiar y escolar; y autor de varios libros sobre el tema de referencia en Iberoamérica: "Lo único que se logró es victimizar a la escuela y trabajar desde el control. Lo que hay que entender es que hoy la violencia social atraviesa también a la escuela".
Varios estudios en América Latina coincidieron que en muchas escuelas de la región todavía no se asume con responsabilidad el diagnóstico de que lo que está ocurriendo en "el aula" se llama acoso moral y psicológico contra un alumno.
Definiciones para comprender
La palabra bullying define claramente el acoso o violencia sistemática en un contexto escolar. Y el ámbito -la escuela- es justamente el valor agregado que hace que el tema sea dramático y relevante. Este tipo de acoso remite a toda forma de maltrato físico, verbal o psicológico que se produce entre alumnos, de forma reiterada y silenciosa en un lapso de tiempo determinado.
Y lo peor es que deja huellas en el tiempo, casi siempre a espaldas de los adultos porque los chicos que lo sufren rara vez lo manifiestan. O peor, lo hacen cuando la agresión ya lleva largo tiempo.
En las estadísticas globales sobre bullying existe el consenso entre maestros y padres de que ambos son los últimos en enterarse del problema. Esto hace que aumente la invisibilidad del tema y sea difícil de prevenir.
La problemática del ciberbullying escaló en el mundo y también en la Argentina, tanto que la propia estrella teen Tini Stoessel protagonizó hace pocos días una campaña nacional de concientización "Hoy el Bullying no da respiro" realizada por el Consejo Publicitario Argentino con un mensaje potente para frenar el ciberbullying avalado por las ONG's más prestigiosas que estudian el tema.
La propia Stoessel expresó: "Lo que más me gusta de cantar es poder expresarme y decir todo lo que siento a través de mis canciones. Hoy muchos chicos guardan en silencio el bullying que sufren día a día en el colegio o por internet. Si sos uno de los chicos que sufren bullying hablá con tus padres o un adulto de confianza, y si no te animás a hablar escribirlo puede ser una buena forma".
Método KiVa, el caso Finlandés que funcionó
Finlandia, siempre empujando a la vanguardia educativa, desarrolló e implementó hace casi 10 años y en el 90% de las escuelas del país un programa al que llamaron KiVa, un acrónimo de dos palabras en idioma finlandés Kiusaamista Vastaan, que quiere decir "contra el acoso escolar".
El programa KiVa Koulu para enfrentar el acoso entre escolares (bullying) demostró excelentes resultados en las escuelas de Finlandia.
El equipo de la Universidad de Turku acumuló investigación de más de 25 años sobre el fenómeno de la violencia escolar, y puso en el centro a la prevención a través de procesos formativos, ya que consideran que no se debe trabajar de manera aislada sino cooperativa, con los mismos estudiantes, para lograr el bienestar escolar.
Castro Santander es director general del Observatorio de la Convivencia Escolar (Universidad Católica de Cuyo) y miembro de la Cátedra UNESCO de Juventud, Educación y Sociedad de Brasil e integrante del Consejo de Directores del Observatorio Internacional de Violencia Escolar (Universidad de Niza Sophia-Antipolis, Francia). Sobre KiVa se refirió enfático: "Si bien KiVa -financiado por el gobierno- funciona excelente en Finlandia, para el caso argentino debemos aprender que antes tenemos que trabajar como sociedad, con base en el respeto y apostando en la educación, recién ahí comenzaremos a ver resultados. Mientras tanto en nuestro país seguiremos en esta 'siestita educativa'. Sin buena convivencia en las escuelas y el aula no puede haber calidad educativa".
Incluso la líder del proyecto Christina Salmivalli disertó en el 2011 en Mendoza en la 5ta. Conferencia Mundial sobre Violencia en la Escuela y Políticas Públicas. "Ella y su equipo no sienten que estén haciendo nada raro; sino lo que se debe hacer fruto de la experiencia que tenemos sobre bullying, desde hace más de 40 años".
"Desde la investigación nos vemos, o demasiado alejados del discurso de algunos conferencistas que hablan desde el consultorio y repiten lo que leen en internet, o ninguneados desde las políticas educativas que creen todavía que la calidad sigue pasando por el mismo lado que en el siglo XIX", agregó el psicopedagogo argentino.
A diferencia de otros modelos que se centran exclusivamente en la víctima y el acosador, KiVa intenta cambiar las normas que rigen el grupo. Dentro del grupo están los otros, esas personas que no acosan, que observan, que son testigos y que se ríen. A través de esa comunicación no verbal transmiten el mensaje de que lo que pasa es divertido o está bien, aunque tengan una opinión diferente. No hay que cambiar la actitud de la víctima, para que sea más extrovertida o menos tímida, sino influir en los testigos.
Cifras de América Latina
América Latina lentamente también empieza a recoger sus propios indicadores sobre violencia escolar en todas sus formas como bullying, ciberbullying y grooming.
La especialista en educación Mary Guinn Delaney, asesora regional de la OREALC/UNESCO, presentó en 2015 un análisis de las percepciones de violencia de los estudiantes y la relación con sus logros de aprendizaje, a partir de datos del Tercer Estudio Regional Comparativo y Explicativo (TERCE). Delaney explicó que el estudio de factores asociados al logro de aprendizaje del TERCE, aplicó cuestionarios a los alumnos, considerando seis preguntas referidas a posibles conductas de violencia y bullying y si estas acontecen o no en la escuela.
Indicó que al revisar las respuestas afirmativas, se pudo evidenciar que en los países que participaron del estudio TERCE -son 15 de las Américas: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay- la mayoría de los estudiantes declaran que han sufrido las burlas de sus compañeros, aseguró Delaney.
Por otro lado, aunque entre los diversos grupos de estudiantes no hay diferencias según sexo, nivel de escolaridad de los padres, dependencia o ruralidad de la escuela, sí se evidencia que los educandos pertenecientes a una etnia indígena tienden a percibir muchas más conductas de violencia por parte de sus pares.
Respecto a los tipos de violencia en el ámbito escolar, Delaney afirmó que en la mayoría de los países de la región prevalece la de tipo psicológica. "El tema afecta tanto a niñas como a niños por igual, con mucho mayor impacto en países como Argentina, Brasil, Colombia, Ecuador, Panamá, Perú y República Dominicana. Esto presenta un desafío en cuanto a crear entornos escolares con más armonía entre compañeros, y una forma de hacerlo es a través del tipo de relaciones que generan los docentes".
Cada vez que Castro Santander conoce un nuevo caso de bullying en la Argentina sabe de antemano que no siempre se puede ser profeta en su tierra: "Tanto Argentina como México, Colombia, Chile, Perú, Venezuela y Brasil son países que no presentan realidades muy distintas frente a la convivencia escolar en general y a la violencia en particular; pero lo que sí cambia de acuerdo al contexto del país es la implementación de las políticas públicas".
Concluyó a Infobae Castro Santander: "Para que un programa de convivencia escolar como KiVa en Finlandia o Zero en Noruega funcione en la Argentina debemos primero reconocer que nuestros resultados educativos son muy pobres; que los cambios no deben ser superficiales sino de raíz, y aceptar que en estos momentos el elemento que más incide en la calidad educativa, junto con la calidad de los docentes, es la calidad de la convivencia, del bienestar escolar que se respira diariamente".
La iniciativa del Consejo Publicitario Argentino www.sinohacesnadasosparte.org integra a padres, alumnos y docentes.