Nada es para siempre: algunos objetos de uso cotidiano tienen vencimiento. Dentro del imaginario popular, hay conocimientos tradicionales que certifican que muchos elementos poseen una fecha de caducidad. La leche, los remedios, los cosméticos, los alimentos perecen. La gente lo sabe. La vida útil de una serie de instrumentos se limita a un período de tiempo equis. Una vez superado este lapso, su uso es desaconsejable. La fecha de vencimiento es el comienzo a partir del cual, según el fabricante, el producto ya no es seguro para la salud del consumidor.
El hábito está implantado en la sociedad. Chequear el vencimiento de algunos productos es una acción estimulada, contagiada y divulgada por diferentes actores de la comunidad, desde consumidores, autoridades y corporaciones. Sin embargo, hay otros artefactos de uso cotidiano que no han adoptado este compromiso informativo. Su uso tiene limitaciones desconocidas. Las razones pueden ser higiénicas, medicinales, prácticas o técnicas.
Especias
El anís, la canela, el cilantro, el comino, el pimentón, algunas especias típicas para la condimentación de alimentos pueden perecer. Su extensión se limita a un período de uno a tres años. El paso del tiempo produce una pérdida irreparable en el sabor y el aroma. Con el recipiente abierto, no mantienen su utilidad por más de seis días.
Esponja
A las dos semanas de uso ya la esponja común puede ser nido para la rápida reproducción de hongos y moho. Para evitar que las bacterias dominen la escena, se puede conservar en agua hirviendo: un remedio que elimina cualquier agente invasivo. También las esponjas de ducha tiene fecha de vencimiento: a los seis meses también empiezan a crecerle hongos, por eso es necesario cambiarlas de modo regular.
Cepillo de dientes
Los cepillos de dientes tienen una vida sana tangible. Cuando las cerdas se desgastan, su propósito principal pierde validez. Pero también debería ser reemplazado cuando el usuario se contagió una enfermedad como gripe o un simple resfriado porque se potencia el riesgo a contraer la misma enfermedad. Lo recomendable es, entonces, cambiar de cepillo de dientes cada tres meses.
Perfume
Las colonias y los perfumes también tienen fecha de caducidad. Su razón es la utilización de aceites esenciales que reducen drásticamente su utilidad. Si el recipiente se mantiene cerrado, su vencimiento se estira hacia los tres años, pero una vez que está abierto la vida útil se limita a dos.
Corpiño
El paso del tiempo atenta contra la eficiencia de los elásticos que componen la prenda. Al perder elasticidad por el uso, adoptan una forma corrompida, se vuelven más grandes e incómodos. Las recomendaciones de los especialistas es renovar los corpiños cada dos años.
Toalla
Las toallas húmedas son el ambiente ideal para incentivar el crecimiento de las bacterias. Lavarlas no es un método que solucione su período de uso eficiente. Es aconsejable, entonces, cambiar las toallas con un plazo de tiempo comprendido entre uno y tres años.
Chupete
Independientemente de su tiempo de uso y de su apariencia, los chupetes de látex deben ser reemplazados. El material con el que está realizado se rompe con facilidad, con la peligrosidad de albergar gérmenes entre sus capas irregulares. Su vida útil se extiende hasta las cinco semanas.
Repelente de mosquitos
Luego de dos años de uso, el líquido que ahuyenta a los mosquitos ha perdido todas sus cualidades. Lo recomendable es utilizar el repelente de manera estacionaria y renovarlo con una periodicidad anual.
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