Todas las personas mienten varias veces al día, muchas veces incluso con buenas intenciones, para no lastimar a alguien o para evitar enredos sociales. Las típicas "mentiras blancas". Sin embargo, a veces no son tan inocentes, y faltar a la verdad puede provocar temibles y dañosas consecuencias. Pero, ¿es posible detectarlas?
LaRae Quy, una ex agente del FBI de 59 años que trabajó durante 23 años en el sector de contrainteligencia de la fuerza, reveló cuáles son las claves para detectar una mentira, desde la manera en que la persona camina, su reacción ante una sonrisa y otras señales. De tal modo, Quy enseña cómo poner en práctica en la vida real todo el entrenamiento que ella recibió para interrogatorios de sospechosos.
La agente ofreció su propia guía para reconocer mentirosos y aseguró que "las señales siempre están a la vista. Lo único que hay que hacer es saber cómo reconocerlas. No necesitás ser un interrogador de primera línea para darte cuenta de lo que está pasando dentro de la cabeza de una persona". Los trucos de Quy sirven para la vida en pareja, y se aplican de igual manera al mundo de los negocios.
Punto de partida
Lo primero que hay que hacer es establecer un punto de referencia sobre la conducta de determinado individuo. Hay que aprender los manierismos y los tics de cada persona para no confundir un gesto habitual en ella con una señal de que está mintiendo. Ciertas muecas, cambios de posición, cruces de brazos o tocarse el cuello pueden ser hábitos regulares en ciertas personas y señales de mentira en otros. "Estas mismas acciones que en algunos son inocuas pueden ser indicadores de mentira, enojo y nervios en otros".
Detectar desviaciones
Luego de establecer un punto de referencia, es más fácil detectar cambios en el comportamiento, alteraciones del curso regular. Por ejemplo, una actitud sospechosa puede ser que la persona mire detenidamente al piso cuando en general suele mantener la mirada en los ojos del interlocutor.
Acumulaciones de gestos
Otro tip que ofrece Quy es monitorear los gestos que aparecen en conjunto. Para ejemplificar, utiliza una situación del ámbito de los negocios: "Por ejemplo, tu proveedor empieza no sólo a aclararse la garganta, sino que también se rasca la cabeza y no para de mover los pies. En estos casos, hay que actuar con precaución y estar alerta".
Interacciones
Otro detalle que hay que observar es cómo el individuo en cuestión interactúa con los demás en una determinada situación. ¿Ocurren las mismas desviaciones que durante el diálogo con el interrogador? Si su actitud cambia, es muy probable que el sospechoso esté faltando a la verdad.
Prestar atención a los propios gestos
Observar las reacciones del individuo ante las propias gesticulaciones también es importante, explicó la ex agente. "Las neuronas espejo son como monitores incorporados en el cerebro que reflejan el estado mental de las otras personas. Estamos programados para leer el lenguaje corporal del otro", aseguró.
Focalizarse en palabras específicas
Concentrarse en palabras determinadas es una habilidad muy ventajosa, que la experta utilizó durante su tiempo en la agencia. Explicó que la utilización de palabras de acción como "decidir" ofrecen una clara perspectiva de cómo funciona el cerebro de una persona.
El andar
No todo se trata del lenguaje. Observar cómo camina alguien también es de suma relevancia. La especialista afirmó que "la gente que se desplaza arrastrando los pies o que mantienen la cabeza gacha en su andar carece de confianza en sí misma", por lo que hay que acercarse a este tipo de persona de una manera más directa y al punto.
Su personalidad
Por último, una particularidad muy importante para detectar las mentiras es aprender a leer la personalidad de una persona a través del tiempo, para entender cuáles son sus pasiones y motivaciones y cómo se manejan en situaciones de presión y estrés. Conocer características intrínsecas de la persona llevan a que uno pueda detectar cuándo están tramando algo o faltan a la verdad.
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