"Depositás en esta cuenta 2 mil pesos y terminás con 8 veces más. O sea, te vas con 16 mil". Bajo esta premisa ingenua -pero esperanzadora- la Flor de la Abundancia se esparce en los últimos días principalmente a través de grupos de WhatsApp, creados solo con el objetivo de perpetrar la operación financiera.
La modalidad de estafa fue inventada hace un siglo por Carlo Ponzi, un inmigrante italiano que vivía en Estados Unidos. En la década del 80 y 90 en Argentina, bajo diversos nombres, el esquema de fraude piramidal se estableció en forma esporádica. En la actualidad, gracias a la hipercomunicación imperante, cualquiera puede recibir una invitación de un familiar, amigo, conocido -o hasta desconocido- para comenzar a participar de juegos que prometen una ganancia extraordinaria, pero que no son más que un engaño.
¿En qué consiste la Flor de la Abundancia?
La modalidad consta de 4 niveles con sus respectivas funciones, lo que da por resultado un grupo de 15 personas:
–Nivel 4: lleva el nombre de "Fuego" y son ocho personas que pretenden ingresar en la mandala. Para ello, deben depositar en la cuenta de alguien -conocido o no- una suma de dinero. Habitualmente, la cifra oscila entre los 2 mil y 3 mil pesos.
–Nivel 3: bajo el nombre de "Aire", son cuatro personas que ya depositaron la suma inicial y ahora deben atraer dos nuevos interesados para escalar al siguiente nivel.
–Nivel 2: tras el mote de "Tierra", dos personas que se encuentran a la espera de que el individuo del escalafón superior cobre para ocupar su lugar.
-Nivel 1: por último, el eslabón "Agua" es la persona que recibe las donaciones de los primeros ocho interesados. Cobra el 800% de su inversión inicial. Entonces, si depositó 2 mil pesos, se lleva 16 mil.
¿Dónde está la trampa?
Una vez que los integrantes del nivel "Fuego" realizaron su aporte de dinero, la persona del nivel "Agua" recibe el monto total y la flor se completa. En ese momento, el ganador se retira del círculo, y la mandala se parte a la mitad con las dos personas que aguardaban a la expectativa. El truco está en que el esquema necesita de nuevos "donantes" de manera permanente para no resquebrajarse.
"Atrás no hay ningún tipo de sustento ni un negocio que lo avale. Es un sistema de ilusión que empieza y colapsa rápidamente porque depende del aporte continuo de nuevos contribuyentes. Llega un momento que el círculo se va cerrando", explicó Mariano Otálora, director de la Escuela Argentina de Finanzas Personales.
Cada vez que una persona gana, otras siete pierden y quedan a la espera de ascender a la máxima posición. La necesidad constante de nuevos ingresantes lleva a un colapso inexorable porque, en algún momento, se terminan las opciones y el sistema demanda interesados infinitos. Por ejemplo, si la mandala se reprodujera 10 veces, habría tan solo 10 ganadores y 70 perdedores.
"Hace mucho tiempo hay estafas de este tipo, pero antes no nos enterábamos porque se buscaban grupos selectos y se apostaba a la confidencialidad. Les pedían que no lo comentaran porque sino quedaban afuera. Ahora, con las redes sociales, es muy difícil sostener ese hermetismo", señaló Otálora.
La modalidad aterrizó en el país en Mendoza y apuntó, en primer lugar, a un target femenino. "Generalmente buscan a personas vulnerables y crédulas, con un nivel socioeconómico bajo. Por eso, en un principio el foco estaba puesto en mujeres que eran el sostén del hogar", sostuvo Otálora. Luego, se esparció y llegó a todos los estratos. Según el especialista, "siempre hay algún vivo y mucho desconocimiento detrás".
Pese a su apariencia lúdica, los esquemas financieros piramidales constituyen un delito. "Está prohibido en varios países del mundo y son fáciles de probar porque no tienen ningún respaldo físico. En primer lugar, es un delito tributario porque es un negocio que no está registrado y después está el fraude financiero", añadió.
El caso que conmovió a La Rioja
Una vecina de Chamical, una pequeña localidad en La Rioja, se hizo con $7 millones a partir de la estafa conocida como "la flor de la abundancia" o "telar", de acuerdo a la denuncia que publicó el portal local El Federal.
La estafa comenzó en agosto de 2015, cuando la acusada Julieta Magalí Ruiz, empezó a convocar a sus vecinos a que paguen $18 mil para ingresar a la organización. Luego les pedía que juntaran a otras ocho personas que quisieran poner ese monto y les daríaa $146 mil. Pero en una ciudad chica, la "avivada" tenía un límite. Y esta semana explotó.
El 8 de octubre tenían que cobrar 64 personas, pero pocos lograron hacerlo. El resto, enojados, fueron a buscar a la organizadora. Apenas lograron que los reciba su abogado, Matías Moyano, quien les hizo una insólita propuesta: "No se puede hacer nada, traigan más gente que quiera poner plata y esto se soluciona".
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