Todo el mundo ha oído hablar del deseo sexual, pero pocos saben de qué se trata específicamente el deseo de sueño: el placer que representa la necesidad biológica de mantener por unas horas los ojos cerrados y estar en paz. Al igual que con el deseo sexual, el deseo de dormir es más fuerte en algunas personas que en otras, en función de su personalidad, sus genes y su reloj biológico interno, ya que cada cuerpo y cerebro se ejecuta según los ritmos circadianos individuales.
"Durante mis más de 15 años como médico del sueño he visto cientos de pacientes luchando con problemas de sueño y sus efectos en sus vidas como resultado directo de lo que yo llamo crono-desalineación o interrupción de nuestros relojes biológicos personales", señaló el doctor Michael Breus, médico especialista en trastornos del sueño.
Aunque por 50 mil años se mantuvo inalterable el ritmo biológico humano, algunos elementos de la vida moderna de los últimos 100 años, como la luz artificial, la comunicación instantánea o la cafeína, los alteraron. La buena noticia, es que no es difícil volverlo a poner en orden. Según los expertos sólo se trata de constancia y de adoptar hábitos saludables, pero Breus destacó que la verdadera clave está en conocer el propio reloj biológico. Para facilitar ese conocimiento, dividió la actitud del sueño de los humanos en cuatro categorías o "cronotipos" y les designó a cada una el nombre de un animal según los rasgos de sueños que comparten. Diez preguntas para descubrir qué características comparten animales y humanos al dormir: