Las oficinas, los comercios, y los espacios laborales en general son lugares en donde, además de trabajar, la gente se conoce y muchas veces se pueden generar relaciones sentimentales, con lo bueno y lo malo que eso puede implicar. Allí se suelen generar oportunidades para conocer personas, conocidos, amigos y, por supuesto, parejas.
Según el psicólogo de la Universidad de Buenos Aires (UBA) Sebastián Girona, trabajar en pareja tiene varias ventajas: "Muchas parejas que trabajan juntos destacan que, a la hora de hablar del trabajo, el otro ya sabe de lo que se le habla porque conoce personalmente del tema y las características del trabajo y puede comprender mejor lo que el otro le cuenta".
El especialista aseguró también que si surge un eventual conflicto dentro del espacio laboral, aquel que trabaja con su pareja tendría un aliado seguro frente a dicho problema. "También, uno de los integrantes de la pareja le puede advertir al otro algo peligroso que éste no percibió y así ayudarle a abrir los ojos".
Pero, obviamente, no todo es color de rosas. "Si uno de los dos es celoso, trabajar con la pareja podría representar la posibilidad de 'tener bajo control' al otro. Esto también puede ser un arma de doble filo porque se pueden presentar situaciones que despierten los celos y así generarse conflictos", explicó el psicólogo.
Lo cierto es que no hay límites claros entre el trabajo y la vida personal. "La oficina o el negocio 'se mete' en la casa y la casa 'se mete' en la oficina o el negocio. A diferencia de las parejas que tienen diferentes trabajos, tienen que lidiar con la tarea extra de mantener cada cosa en su lugar". Al mismo tiempo, la pareja tiene una sobre exposición mucho mayor de lo que tienen las parejas habitualmente. Comparten 'demasiado' tiempo juntos. Los extremos suelen ser negativos.
"No tienen tiempo para extrañarse y eso conlleva el alto riesgo de saturarse. Al mismo tiempo, uno de los dos se puede sentir condicionado por la presencia del otro y no poder ser 'él mismo' en el trabajo", aseguró Girona. Además, "el trabajo muchas veces puede ser estresante y ese estrés se comparte directamente en la pareja. En otros casos de parejas que no trabajan juntos, el otro puede ayudar a hacer más llevadero"ese estrés, ya que no tiene el peso de compartirlo".
Entonces, ¿Habría más ventajas que desventajas? "Más allá de que existan parejas que trabajen juntas y no lo cambiarían por nada, lo cierto es que, en general, trabajar con la persona que queremos puede llegar a representar más cosas negativas que positivas, especialmente para aquellos que comparten trabajo directamente, por ejemplo, en la misma oficina, en el mismo negocio (a veces se comparte trabajo pero en distintos sectores)", destacó el psicólogo.
El paso del tiempo puede ser otro factor que agrave la situación y lo que al principio podía ser positivo, como verse todos los días y compartir mucho tiempo juntos, se puede transformar en algo negativo. Es importante tener en cuenta que esto no se puede cambiar de un día para el otro, pero hay cosas que se pueden hacer para llevar la situación de la mejor manera posible.
El especialista recomienda: acordar con la pareja no hablar excesivamente del trabajo en casa y viceversa; encontrar espacios individuales dentro del trabajo, como almorzar con un grupo de amigas donde no vaya él, en el caso de la mujer; y, fuera del trabajo, poder realizar actividades por separado que pueden darle a la pareja el oxígeno que le falta y equilibrar la sobre exposición.
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