La piscina de natación suele ser un lugar en el que se celebra el encuentro con uno mismo, donde se da espacio a la libertad y a una desconexión absoluta del afuera. Sin embargo, una vez que se saca la cabeza fuera del agua, puede convertirse en un sitio de miradas prejuiciosas, discriminación, comparaciones. Y ese es uno de los grandes temores que atraviesan muchos de las personas transgénero que la visitan.
De tal manera, la necesidad de encontrar un espacio de tranquilidad dio lugar en Reino Unido a la creación de un grupo de natación transgénero y de personas de "género no-binario" (TAGS, por su nombre en inglés: Transgender And Gender-Nonconforming Swimming group), con el principal objetivo de eliminar la sensación de temor de todos sus integrantes por lo menos en un ámbito: la natación.
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— Tendencias (@InfobaeTrends) 24 de junio de 2016
Todos los viernes, en la piscina de Glass Mill en Lewisham, Londres, personas trans y personas de "género no-binario" del sureste de Inglaterra se reúnen para nadar. El objetivo del grupo es ofrecer un lugar donde las personas trans pueden ejercitarse, socializar y sentirse seguros.
Algunos nadadores se unen a TAGS en el comienzo de su transición, mientras que otros incluso nunca interactuaron con otras personas trans, al menos por fuera de internet.
La fundadora de TAGS, Roberta Francis, describe este grupo como "un lugar seguro para socializar y nadar", pero en verdad es mucho más. TAGS es un lugar donde los miembros de la comunidad trans pueden hacer amigos, obtener apoyo, fomentar su confianza y sentirse parte de una comunidad. Francis, formada originalmente como maestra de escuela primaria, se vio forzada a dejar de enseñar después de su transición porque no podía conseguir trabajo en ninguna parte siendo una mujer trans.
El caso de la docente es uno más de los problemas que atraviesan sus pares, de cara a la aceptación laboral: de acuerdo con datos del gobierno británico, el 88 por ciento de los empleados transexuales son objeto de discriminación o acoso en su lugar de trabajo. Incluso, un informe reciente del Comité de la Mujer y de Igualdad del gobierno del Reino Unido descubrió que las personas trans se enfrentan a "altos niveles de transfobia" diariamente. Además, de acuerdo a documentos policiales, los crímenes de odio contra las personas trans aumentan de manera drástica año tras año.
Ante su condición de desempleada y su tiempo libre "obligado" Francis hizo algo constructivo. Desde 2014, ya creó varios grupos de natación en Birmingham, al norte de Londres, y está en el proceso de creación de otro en Liverpool. Encontrar un espacio para el grupo no era el problema en Gran Bretaña, ya que las personas trans están protegidas por la Ley de Igualdad y deben tener acceso a todos los bienes y servicios públicos. El verdadero desafío era alentar a las personas trans a encontrar la confianza de acercarse a un espacio público.
El vestuario, escenario del gran problema
"Para una persona trans, ir a una piscina es algo muy grande", explicó Francis al portal de noticias Mashable. "Cuando van a nadar, se preguntan a qué vestuario deberían ir, si serán aceptados en ese vestuario, cómo se ven, entre otras cosas".
Para la mayoría de la gente, entrar en un cuarto de baño o vestuario correspondiente a su género no representa un problema. Sin embargo, los ejemplos de unos cambios de leyes en dos estados de EEUU, generaron un manto de preocupación y pudor en el mundo trans.
En marzo, el gobierno de Carolina del Norte aprobó una ley que obliga a los ciudadanos transexuales a usar los baños que correspondan según su sexo al nacer y no según el género con el que se identifican. La ley de Mississippi tiene una condición similar, ya que impide que el gobierno procese a las empresas que se niegan a servir a personas de la comunidad LGBT. "Hasta hace un par de años era muy difícil para las personas trans incluso estar en público. Incluso ahora todavía es difícil", señaló Francis.
Por ello, TAGS va mucho más allá de la natación. "TAGS no se trata sólo de ir a una piscina, es un lugar donde se crean comunidades", opinó Francis. Este espíritu de comunidad es una parte integral de TAGS. Cada viernes, mientras que los miembros se congregan en la cafetería de la piscina, el personal de la piscina alista el espacio para el grupo y prepara el espacio para que sea totalmente privado y autónomo. Una vez que la piscina y los vestuarios ya no están ocupadas, el grupo puede sentirse libre.
En las piscina de TAGS hay tres vestuarios y los nadadores pueden utilizar el que corresponda con su identidad de género, sea mujer, hombre, o no binario. Una vez en la piscina, los individuos se alternan entre los ejercicios de natación y los momentos de charla en grupos, o de a pares. Con el tiempo, TAGS se convirtió no sólo en un lugar donde un grupo se reúne a nadar sino una comunidad de amigos cercanos.
"Nunca en mi vida me sentí tan apoyada por un grupo de personas como lo hago aquí", señaló Megan Zoe Faulkner, una miembro del grupo que resalta que su vida antes de su auto-aceptación era "excepcionalmente limitada". "Realmente había renunciado a la vida. Me di cuenta hace unos tres años que tenía que empezar a vivir como un ser humano genuino, y vivir mi vida como debería ser. Pero, realmente no sabía cómo", contó. "TAGS me animó. En ese momento de mi vida, realmente no había conocido a ningún otro grupo trans, ni un ambiente donde todo el mundo fuera tan relajado y maravilloso".
Desde que se unió al grupo, Faulkner hizo amigos y recibió apoyo y asesoramiento. En los casi dos años transcurridos desde el inicio del grupo, Faulkner se convirtió en secretaria del grupo y asiste regularmente a las sesiones de natación y yoga. "Aquí estamos ayudando a la gente que nunca ha conocido a otras personas trans, personas que no han sido capaces de nadar durante 10 años sólo porque están demasiado preocupados por el abuso que podrían sufrir", indicó.
Para Faulkner, TAGS ha sido crucial en su proceso de auto-descubrimiento y la ayudó a crecer como persona y ayudar a otros miembros. "Es activismo. Es un tipo diferente de activismo a hacer una marcha pero lo que estamos haciendo es cambiar muchas vidas".
Sin embargo no todo es perfecto, porque a pesar del activismo del grupo, su papel todavía gira en torno a separar a las personas trans de personas que no son trans en lugar de integrarlas. Así y todo, eliminar la transfobia de algunos espacios públicos es un gran paso hacia un objetivo más grande a largo plazo, que TAGS no puede alcanzar por sí solo. La idea de sus creadoras es trabajar en torno a la transfobia en pequeña escala para proporcionar un espacio cerrado que está libre de ella y, desde ese ámbito, empezar a conquistar otros terrenos.
Para Faulkner, formar parte de TAGS significa luchar contra el binario de género del hombre y de la mujer y así lograr una mejor aceptación entre todos. "Encasillarnos dentro estas diminutas categorías nos hace mucho daño y tiene que ser combatido. Lo veo como parte de la lucha por los derechos humanos para todas las personas", concluyó. "Estamos mostrando cómo somos todos los días y es cada vez más imposible que la gente no nos escuche".