Cada persona tiene su horario favorito para crear, estudiar o trabajar. Algunos bien temprano, otros a la madrugada. Muchos son más productivos en sus casas y otros dentro del ámbito laboral. Y esto tiene una explicación.
La ciencia probó que madrugar es el mejor recurso para potenciar el rendimiento. Para ser más específicos, existen dos horas a las que se le puede sacar más provecho en relación al resto del día.
El ensayo fue publicado en la revista Science. Su autor, Jeffrey J. McDonnell de la Universidad de Saskatchewan en Canadá, explicó que las primeras horas del día -luego de despertarse- favorecen a la productividad. También se las considera las más efectivas y creativas. McDonnell cambió su rutina matinal y comenzó a finalizar todos sus trabajos apenas se despertaba. A la noche planeaba, a la mañana ponía sus manos en acción.
Luego, reunió a 200 alumnos de la universidad a los cuales dividió en dos grupos de 100 personas cada uno. Al primero, le encomendó realizar todas sus tareas estudiantiles en las primeras dos horas del día, luego de despertarse. Al segundo, la misma labor, con la pequeña diferencia de que debían llevarlas a cabo tras sus clases diarias. El profesor McDonell descubrió que la primera tanda logró ser más eficiente y precisa que los otros 100.
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"Como hacían los griegos, dedicar parte del tiempo a pensar es fundamental. Si el trabajo requiere horas de reflexión, hacerlo en las primeras horas del día, antes de que nada o nadie moleste, es importante. Para cuando los e-mails o notificaciones se acumulen en el celular, ya estarán resueltas algunas de las situaciones cotidianas", dijo McDonnell.
Hace algunos años, el psicólogo Dan Ariely, catedrático de la Universidad de Duke –Estados Unidos– y especialista en psicología del comportamiento, declaró: "Las dos horas siguientes luego de despertarnos por completo son las mejores".
Dentro del informe, el profesor McDonnell aseguró que el principal error de las personas es acumular tareas que no van a poder afrontar. "Eso sólo invita a la frustración", sostuvo. Priorizar tareas y dedicarse a las más importantes parece ser el secreto. ¿Cuándo? A la mañana, claro.
Las dos primeras horas del día suelen destinarse a posponer la alarma, ducharse, sentarse a tomar un desayuno eterno o leer las últimas noticias en Twitter o Facebook. "Al igual que hacer ejercicio físico por la mañana es el mejor secreto para activarse, ejercitar la mente desde primera hora es la mejor arma para acabar mejor el día", explicó el psicólogo Ariely.
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Cómo aprovechar las dos primeras horas
- Planificar la noche anterior lo que se hará al llegar al trabajo
- Dedicar esas horas a las tareas más complejas, que requieran una mayor concentración
- Evita las distracciones: el mejor momento para charlar con tus compañeros o tener reuniones es la última hora de la mañana o la tarde
- No enredarse en tareas rutinarias. Mirar el correo, pero sólo aquellos mensajes que sean importantes. Las cosas que no sean prioritarias se pueden hacer más adelante.
- Evitar las redes sociales. Pasadas las dos primeras horas, a modo de descanso, se puede hacer una recorrida, pero apenas amanece supone un desperdicio del tiempo.