Cerró Tarquino. A metros de la Avenida Alvear, en Rodríguez Peña 1967, el restaurante de Dante Liporace -chef de Mauricio Macri en la Casa Rosada- ganó un envidiado prestigio a base de exclusivos menús y la recomendación de clientes y visitantes de todo el mundo que experimentaron los ricos platos que ofrecía el lugar. Allí, el menú podría rondar entre los $1.200 y $1.500.
En las últimas horas, el chef favorito del presidente Macri anunció en su cuenta de Facebook el cierre definitivo de este sitio gastronómico. "Después de 6 años, cierra Tarquino. Un proyecto que abrí con dos amigos donde compartíamos una idea y concepto hotelero/gastronómico, hubo cambios en la sociedad -por distintos motivos – y ya los conceptos dejaron de compartirse y mi idea de gastronomía no es compatible con la idea de los socios actuales".
20 definiciones de @dlipo77 , el nuevo chef de la Casa Rosada https://t.co/6EQY5iWR6L Por @PaulinoAM590 pic.twitter.com/Ub2zuCxITx
— infobae (@infobae) 4 de mayo de 2016
Además agregó: "Tarquino fue mi casa, lo amé, mucho, pero al final ya no podía sentir lo mismo y para un chef eso es fundamental. Ya estoy trabajando en mi nuevo proyecto, que será 100 x 100 Dante Liporace".
En este emprendimiento, los socios de Liporace eran Alejandro Bengolea, nieto de Amalita Fortabat -ya fallecido- y Mario Quintana, ahora en la Jefatura de Gabinete. El cierre, tal como lo explicó el chef, se debió a que se había agotado la relación entre el chef y la viuda de Bengolea.
Tarquino contaba con una propuesta de cocina argentina moderna. En 2015, la revista británica Restaurant lo posicionó en el puesto 48° de los mejores lugares para comer en toda Latinoamérica. Secuencia de la vaca, una degustación de 10 platos de la cabeza al rabo del animal, se hizo mundialmente conocida, llegando a conseguir una reseña exclusiva de The New York Times.
El diario estadounidense destacó "la decoración ecléctica en un restaurante de 40 asientos con una experiencia atípica por delante: paredes de imitación de piel de la barra delantera crean un ambiente acogedor, y un árbol de ficus con 75 años de edad se proyecta a través de un techo de cristal en la sala principal".
Respecto al menú: "está la comida inusual. Un trozo de pan caliente envuelto en un pañuelo y acompañado de un lado de la inmersión de la médula ósea, el jugo proporciona la primera evidencia de la inventiva de Liporace. Lo que aparece en el menú como una pizza de queso provolone es en realidad una sacudida sabrosa de espuma contenida en un vaso de martini, que abarca trozos de jamón, una esfera de oliva, tomate y migas hechas de harina de garbanzo".
Liporace es un discípulo directo del prestigioso y creativo chef catalán Ferran Adrià. Este año, el cocinero argentino desembarcó en la Casa Rosada y se hizo responsable de los platos que elabora la cocina para un comedor que recibe a 800 empleados y también el exclusivo menú que come el presidente y sus funcionarios.