Fue uno de los más grandes secretos del mundo arqueológico del nuevo milenio. Durante 30 años, el grupo conocido como Leon Levy Expedition, un equipo de arqueólogos de algunas de las universidades más prestigiosas del mundo, estuvieron tras los rastros del pueblo filisteo en el sur de Israel.
Si bien la presencia de científicos de la Universidad de Harvard, Boston College, Wheaton College y la Universidad de Troy en la zona fue hecha pública para que pudieran realizar su trabajo, su objetivo final se mantuvo bajo siete llaves durante los últimos tres años, cuando encontraron el primer cementerio de esta protocivilización. La razón principal de tanto silencio fue el temor, fundado, de que la furia de protestantes ultra ortodoxos arruinase uno de los hallazgos más importantes de los orígenes del hombre.
En el pasado, este grupo se mostró fervientemente en contra de este tipo de excavaciones y realizaron manifestaciones y protestas en los sitios donde habían sido encontrados restos humanos, ya que alegaban que podían ser de judíos, y perturbar o alterar sus tumbas violaba prohibiciones de índoles religiosas.
Durante el fin de semana, finalmente, los arqueólogos hicieron grandes anuncios: encontraron restos humanos enterrados hace casi 3 mil años, que podrían revelar el pasado y los orígenes de uno de los pueblos antiguos más enigmáticos de la historia: los filisteos, los enemigos de los israelitas según el relato bíblico.
El descubrimiento de un gran cementerio fuera de los muros de la antigua ciudad de Ascalón -uno de los mayores centros urbanos de los filisteos entre los siglos XII y XII a.C. a más de 50 kilómetros de Tel Aviv- es el mayor hallazgo de su tipo en la región.
El descubrimiento marcó la finalización de tres décadas de excavaciones del grupo arqueológico Leon Levy Expedition
Los filisteos, caracterizados como los enemigos de los antiguos israelitas, fueron un pueblo extranjero que había migrado hacia el oeste y se había instalado en cinco ciudades de Filistea, ubicada en lo que hoy es el sur de Israel y la Franja de Gaza. Quizás el más famoso filisteo de la historia sea Goliat, el guerrero liquidado por el joven rey David. Le sigue en notoriedad Dalila, quien despojó a Sansón de su fuerza cortándole el cabello. El legado de los filisteos permanece en el nombre "Palestina", el término que los romanos le dieron a la región en el siglo II.
A través de los años, los arqueólogos encontraron miles de artefactos pertenecientes a los filisteos, pero muy pocos cuerpos. El descubrimiento de este cementerio, que contiene 211 individuos pertenecientes al período comprendido entre los siglos XI y VIII a.C., les proveerá a los científicos una oportunidad de responder preguntas relevantes y críticas sobre los orígenes de este pueblo y su cultura.
En la Biblia, los filisteos son caracterizados como los principales enemigos de los antiguos israelitas
Hasta que se produjo este hecho, los fracasos en la búsqueda de cuerpos sepultados en los más grandes centros urbanos filisteos hizo que los investigadores no tuvieran idea sobre sus rituales mortuorios, y, por lo tanto, sobre sus orígenes, según reconoció ante National Geographic el profesor de arqueología de Harvard, Lawrence Stager, líder del equipo que realizó este asombroso descubrimiento desde 1985.
"La búsqueda de tumbas se tornó tan desesperada que los arqueólogos que estudian a los filisteos comenzaron a bromear que habían sido enterrados en el mar como los vikingos, y que por eso no podían encontrarlos", explicó Assaf Yasur-Landau, arqueólogo de la Universidad de Haifa, en Israel.
La mayoría de los expertos apuntan a que la tierra de donde habían provenido los filisteos se encontraba cerca del mar Egeo, pero hasta el descubrimiento del cementerio de Ascalón, no había restos humanos de sitios filisteos para que los investigadores pudieran estudiar. El equipo Leon Levy Expedition excavó en esta ciudad desde 1985, pero fue recién hace unos años que un empleado retirado de la Autoridad de Antigüedades de Israel les contó que recordaba haber descubierto tumbas en las afueras del muro norte de la ciudad durante una inspección en la década del '80.
Los restos de los pocos niños que se encontraron en el cementerio habían sido enterrados de manera deliberada bajo una "manta" de fragmentos de cerámica rota. La investigación del sitio duró hasta el pasado 8 de julio. Además de los restos humanos, se hallaron crematorios, y joyas y cerámicas enterradas junto a sus dueños, como era tradición en varios pueblos antiguos.
Un equipo internacional se encuentra actualmente realizando investigaciones de ADN, análisis isotópicos y estudios de distancia biológica para determinar el origen de la población del cementerio de Ascalón, y su relación con otros grupos en la región. Como la mayoría de los cementerios datan de por lo menos dos siglos después del arribo de los filisteos al lugar -y que puede haber involucrado generaciones enteras de intercambio entre culturas- revelaciones directas de sus orígenes pueden llegar a ser complicadas. Sin embargo, este gran avance es uno de los testimonios más importantes de este pueblo y un aporte valiosísimo para la historia de la humanidad.