"El siglo XX estuvo exclusivamente dedicado a entrenar el cuerpo de las personas", dijo Elsa Punset, filósofa y escritora española, que nació en Londres, se crió en Haití y Estados Unidos pero vivió gran parte de su vida en Madrid. De allí, finalmente es la nacionalidad que adoptó. Con su tonada inconfundible visitó Infobae para asegurar que "durante el siglo XXI, aquellos que se dedican a la enseñanza e investigación deben potenciar el cerebro de las personas".
Cada individuo puede entrenar su cerebro y mejorar la salud física y mental. “El tema es trabajar las emociones al igual que lo hacemos con el físico. Es la misma dinámica que ir al gimnasio: lleva su tiempo, pero sin duda generará beneficios en el organismo de las personas a corto y largo plazo”, explicó Punset.
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— infobae (@infobae) 10 de mayo de 2016
La autora de ‘El libro de las pequeñas revoluciones’, aseguró que “las personas pueden cambiar y eso se da por la capacidad de modificar la forma de relacionarnos con los demás y de enfrentarnos al mundo. Si siempre haces y dices lo mismo nada cambiará. Los hábitos emocionales se pueden modificar. Desprenderse de ellos provocará un impacto positivo en el cerebro”.
Mahatma Gandhi dijo: “Cuida tus hábitos porque se convierten en tu destino”
Todos nacemos psicólogos
“Los humanos nacemos con este cóctel de emociones que son -por cierto- el lenguaje universal que tenemos. Nos contagiamos físicamente y al estar acostumbrados podemos entender cómo otra persona siente el miedo, la tristeza, la soledad o la alegría”, dijo la escritora.
El gran científico inglés Charles Darwin concluyó que “las emociones son universales y nacemos todos con los mismo sentimientos básicos. Ese es nuestro único lenguaje universal, el único que compartimos. Sin emociones no podríamos convivir”.
“Cada emoción deja una huella imborrable en las personas”
La importancia pasa por reflexionar y librarse de determinados hábitos que no son útiles, y abrir nuevas puertas -muchas veces- es la clave para vivir mejor.
“Siempre hemos pensado que las emociones eran algo sobre lo que no teníamos ningún tipo de poder y no tenía importancia en nuestras vidas, por eso no le dedicamos el tiempo suficiente”, sostuvo Punset.
La española aseguró que “el cerebro es capaz de adaptarse, pero una vez que se fija no tiende a cambiar ese hábito. Por eso todos los seres humanos repetimos los mismos errores constantemente”.