Una de las participantes de Cuestión de Peso, Belén, conmovió a todos al contar su dura historia. La joven, que se está sometiendo a un tratamiento para bajar de peso no ve desde hace casi un año a su hijo de tres y rompió en llanto en medio del programa.
La participante había tenido unos días duros y algo le había contado a sus compañeros: "Llevo muchos nervios de arrastre. Yo tuve muchos problemas de chica, estuve en un instituto de menores. Pasar de estar con mi familia hasta los ocho años a ir a un instituto fue muy duro. A los 17 me escapé, me pasaron muchas cosas y yo me desahogo con la comida y me genera bronca", les dijo.
Luego, al regresar al piso, continuó: "Estoy poniendo mucho de mí, mi meta es bajar de peso, poder trabajar y tener a mi hijo en mi casa conmigo. Hace once años que no puedo ver a mi nene y es una tortura mi vida".
Belén dijo que tenía problemas con la familia del padre de su hijo y explicó que si bien tiene un régimen de visitas, ella no quiere ir a ver al nene a la casa de la familia de su ex: "Ellos no me dejan disfrutar de él, hacen que me peleé con el padre".
"Mi hijo estuvo conmigo hasta el año y medio, cuando cumplió los dos años lo iba a ver, llamé por teléfono, le había comprado una pista de autos enorme, hermosa y no pude", contó la participante entre lágrimas.
Ella estaba viviendo en un hogar de madres solteras con su hijo y cuando el bebé cumplió un año y medio, ella empezó a trabajar en una casa con cama adentro. Ahora Santiago vive con la familia de su papá, pero ella no quiere verlo ahí.
"Quiero vincularme. Pero cada vez que voy a esa casa y estoy queriendo jugar con él, la abuela se lo llevaba. Escuchar que tu hijo le diga mamá a su abuela es lo peor que hay en la vida, para cualquier mujer, que diga eso delante de ti, él es choquito y no entiende. La última vez que hablé con alguien fue cuando él cumplió tres años, el 7 de diciembre, que la abuela atendió el teléfono y me dijo 'el nene está bien' y me cortó", relató.
Ella vivía con su ex y cuando su hijo tenía dos meses se separaron, en ese momento, sin techo, ella se fue a vivir a un hogar: "Él nunca me dio nada. Su familia me negaba hablar con él. Él lo sabe y toda su familia le llenó la cabeza, le decían que yo era trola, falsa y que lo quería por su billetera".
Los médicos del programa le ofrecieron ayudarla y le propusieron que hablara con el asistente social que trabaja en la clínica.