Más de 135 mil personas disfrutaron de la potencia rockera de Ciro y Los Persas en Mar del Plata

Una multitud acompañó al ex líder de Los Piojos en el cierre del Movistar Fri Music. Fue en el Paseo Hermitage en donde también tocaron Manu Martínez, La Que Faltaba y El Plan de la Mariposa

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Los acordes del Himno Nacional Argentino se hicieron eco en la multitud que agitaba debajo del escenario. Arriba, Andrés Ciro Martínez los soplaba en su armónica, en un gesto característico suyo con el que habitualmente cierra sus largos, intensos y eléctricos shows. Habían pasado poco más de tres horas del inicio y ya era hora de volver a casa.

Con entrada libre y gratuita, fueron más de 135 mil las personas que coparon el Paseo Hermitage para ver a Ciro y Los Persas: el anfiteatro montado sobre las playas del centro de Mar del Plata fue el lugar para esta última función del Movistar Fri Music de verano, jornada en la que también participaron Manu Martínez -hija de Ciro-, La Que Faltaba -liderados por otro ex Los Piojos, el bajista Micky Rodríguez- y El Plan de la Mariposa.

En tanto, otros 1.350.000 millones de usuarios siguieron la música a través de la fanpage de Movistar Argentina. En suma, una enorme cantidad de pares de ojos y oídos como testigos cada una de las canciones firmadas e interpretadas por Ciro y su banda.

Micky Rodríguez tocó con su
Micky Rodríguez tocó con su banda La Que Faltaba. Después subió como invitado al show de Ciro para tocar “Tan solo” y cantar la propia “Fijate”.

"Mar del Plata tiene una alegría particular que se la da el mar. Un show como este, de las vacaciones de verano, te da la posibilidad de tocar en un solo lugar para gente de todo el país, para públicos que quizás hace años no visitás. A eso se le suma el público local: esta es una ciudad que me gusta mucho, tengo familiares y es estimulante tocar para ellos", le dijo Ciro a Infobae horas antes del concierto. "Además está buenísimo tocar para mucha gente que nunca te escuchó o no te conoce".

El Plan de la Mariposa
El Plan de la Mariposa fue la banda que tocó antes de Ciro y Los Persas. “Es una propuesta muy original y está bueno que mucha gente los conozca en esta oportunidad”, dijo Ciro sobre ellos.

Como en cada una de sus presentaciones, el repertorio producido junto a Los Persas -integrados por Broder Bastos, Juan Abalos, Lulo Isod, Julieta Rada, Nicolás Raffetta, Rodrigo Pérez- se fundió con los clásicos piojosos, ya desde el arranque del recital: a la primera, Banda de garage (de Los Persas), le siguió Taxi Boy (Los Piojos).

Al frente del grupo, Ciro desplegó sus dotes tanto musicales como escénicos: su gestualidad acompañando su interpretación vocal e instrumental -además de su icónica armónica, apela a las guitarras y a la percusión de panderetas y maracas-, lo posicionan como un frontman enérgico y único en el firmamento del rock argentino.

Manu Martínez, hija de Ciro,
Manu Martínez, hija de Ciro, abrió la jornada presentando un show “de canciones muy emotivas, con un estilo personal totalmente alejado al mío”, tal como las definió su padre ante Infobae.

La banda, en tanto, acompaña esa versatilidad estirando los límites del rock & roll e incorporando elementos de músicas de igual raíz negra. A una canción funky como Juira, se agregaron unos vientos para transformarse en una big-band. También sonaron ajustados a la hora del blues, con el viejo hit Tan solo, en el que se sumó Micky Rodríguez con su indeleble línea de bajo. Otro invitado al show fue Juanchi Baleirón, líder de Pericos, quien aportó su guitarra a la melodía sinuosa y ganchera de Mírenla.

Pero para Ciro, ante todo, está la familia. En ese plan, se sumaron sus tres hijos al show. Primero, Katja y Manuela lo acompañaron en voz y guitarra -respectivamente- en Me gusta. A continuación, el pequeño Alejandro unió generaciones de música popular colando unos versos de She Don't Give a FO (Duki) en el clímax de Pistolas. Rock y trap en el mismo tiro.

Alejandro, hijo menor de Ciro,
Alejandro, hijo menor de Ciro, acompañó a su padre en una versión del clásico “Pistolas” cantando unos versos de Duki, ídolo del trap local.

"Me parece que hay cosas interesantes", arrancó Ciro ante la consulta de Infobae sobre el género urbano predilecto por los más jóvenes. "No es lo que más me gusta, pero me parece que hay cosas que están buenas. Y cuando hay un género que tiene muchos adeptos, seguidores y mucha gente trabajando, inevitablemente surgen cosas buenas por una cuestión de cantidad en competencia. Como concepto minimalista me parece interesante, porque es nada más que una base y una voz. Pero al mismo tiempo, me parece cansador a lo largo del tiempo. Cuando vamos en el auto, con mi hijo arreglamos hacer un tema cada uno: el pone un trap y después yo pongo She's So Cold (Rolling Stones) para adoctrinarlo un poco (se ríe), para que escuche guitarras, una banda tocando".

Me resulta llamativo que habiendo tanta tecnología, la propuesta artística sea volver al origen, a lo tribal. Pareciera que la música, en algún punto, va perdiendo terreno, se va acotando y quizás ya no tenga tanto sentido saber de armonías

De vuelta en su obra, este show fue parte de una larga gira que continúa llevando a Ciro y Los Persas a viajar por todo el país y buena parte del continente, presentando las canciones de Naranja Persa 2, álbum editado el año pasado. Es la segunda parte de un disco doble, algo que puede ser visto como un gesto de otra época y romántico, en tiempos de singles y obra fragmentada vía streaming.

"Yo compongo tratando de hacer una buena canción, que llegue, que toque y me represente. En general, no manejo esta cosa de sacar de a un tema: sigo pensando en un disco como una unidad, en el sentido de verme satisfecho por la obra, pero después uno también piensa en su público. En mi caso, sin repetir patrones o fórmulas", le explicó a Infobae.

Las últimas dos canciones del recital en el Movistar Fri Music, y antes del gesto patriótico con el Himno, fueron Astros y Cruel. El público agotó los últimos cartuchos de pogo, las banderas flamearon como nunca y la banda soltó su última descarga de rock sobre el aire marplatense. El saludo final, con una ruidosa ovación de fondo, confirmó lo que se sospechaba: todo el mundo quedó satisfecho.

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