La cámara la ama y su belleza trasciende la pantalla. Tan talentosa como comprometida con las causas que defiende, Dolores Fonzi (39) vuelve al cine con La Cordillera, nada menos que de la mano de su pareja en la dirección, Santiago Mitre (36), y junto a Ricardo Darín (60), con quien ya compartió la pantalla grande en El Aura, Truman y Nieve Negra.
En el thriller político, el primer mandatario argentino (interpretado magistralmente por Darín) emprende un viaje fundamental para su liderazgo político hacia una cumbre en Chile. Las cosas no serán fáciles: un escándalo de corrupción que involucra a su hija (Fonzi) muestra su costado más vulnerable. A partir del complicado vínculo que mantienen, queda expuesto un mundo de secretos que devela qué hay detrás del político, pero también del hombre.
"No la catalogaría como una persona que tiene una enfermedad mental. Es sensible a ciertas cosas y convive con la política desde que es chica. Andá a saber a qué se expuso", dice la actriz sobre los desequilibrios emocionales que sufre Marina Blanco, su personaje en La Cordillera.
—Hay algo vinculado a la oscuridad: no sabemos qué situaciones vivió.
—Exacto, a qué se la expuso, qué sabe realmente del padre, qué imagina. Uno, cuando habla de política, se puede imaginar cualquier cosa y casi nada te sorprende. Es un retrato de la época, la película que no viene a contar nada nuevo, no es que alguien va a decir: "¿En serio puede pasar esto en la política?". Uno dice "política" y todo el mundo puede pensar cualquier cosa. Lamentablemente, nada es muy sorprendente.
—Jugando con este personaje, ¿pensaste si te hubiera gustado ser hija de un presidente en la vida real?
—No, para nada. Los hijos del poder, los que heredan algo que no les pertenece, tienen que hacer algo con eso, porque está ahí pero no es por ellos. Debe ser dificilísimo. Por algo "Marina Blanco" se queda en su provincia tratando de mantener una vida normal como cualquier ciudadano. Por algo es tan frágil, tan vulnerable a las cuestiones que suceden. Ella explota, quiere decir algo que nadie sabe, está como en un borde emocional.
—¿Y vos? ¿Cuán frágil y vulnerable sos?
—Soy muy frágil y muy vulnerable, pero tengo herramientas como para protegerme o para replantearme las situaciones para que no se conviertan en un dramatismo total.
El feminismo
"Es más difícil ser mujer que ser hombre, siempre", manifiesta Dolores en concordancia con las opiniones que habitualmente comparte desde sus redes sociales.
—¿Por qué?
—Por todo. Salís a la calle y tenés que ir mirando para los costados. Si ves a alguien sospechoso, vas a la mitad de la calle y te puede pisar un auto. Hay cosas que, para nosotras, ya están naturalizadas y el hombre no se entera. De a poco se empiezan a decir mucho más las cosas y se ponen en evidencia otras. Hay más conciencia y los hombres están con más ganas de escuchar y de aprender, y están más permeables porque todas las mujeres estamos más comunicativas en ese sentido. No hay que naturalizar la situación de desventaja, hay que tratar de exponerla, porque así todos somos conscientes de que algo tiene que cambiar sí o sí.
—¿En la carrera también el recorrido fue más difícil?
—Siempre hay una cosa como: "Ay, qué linda que sos". Por mujer linda hay algo del escote y tener que aprovechar ciertos dotes que te da la naturaleza. Pero no sos sólo linda.
—Hay un prejuicio ahí.
—Como: "Ah, no sos sólo una cara bonita, sos un poco buena actriz", o "Te vas volviendo buena". Hay un prejuicio claramente.
—¿En algún momento te importó y quisiste demostrar que eso no era así o siempre entendiste que era un problema de los otros?
—Creo que está naturalizado en todos. Ahora, con esta edad y siendo madre de una mujer y de un varón (Libertad y Lázaro) y con esa responsabilidad de crianza, me doy cuenta de que era raro. En ese momento era lo natural. Era caer bien y que nadie te haga nada, de a poco ir ganando espacio y poder ir haciendo cosas para ser cada vez más libre. Me doy cuenta de que el entorno está mucho menos tolerante con ese tipo de desfasajes. Cada vez que se pone en evidencia este tipo de desigualdad hace mucho más ruido. Hasta los niños vienen con información más feminista, si querés.
—Te veo tuitear mucho vinculado a cuestiones feministas. ¿Te gusta el trabajo que viene haciendo el colectivo Ni una menos?
—Me parece fundamental. El camino que sea: hay grupos mucho menos tolerantes, grupos más tolerantes, hay un montón de mujeres trabajando en función de eso y hombres también. Me parece fundamental que empiece a cambiar. Me parece un logro bastante grande que se pueda hablar de esto en una entrevista, que podamos hablar acá quiere decir que se habla en las mesas, en las cenas familiares. Yo lo viví, con una familia bastante conservadora como es la mía, se puede hablar de aborto o de lo que sea. Temas que empiezan a salir a la luz de una manera mucho más natural, que antes era imposible. Eso va ocupando un espacio y va equiparando cierta cuestión.
—¿Qué mundo querés para tus hijos?
—Un mundo que abrace la diferencia. Que incluya a las personas, no que las expulse. Un mundo que les dé oportunidades a ella tanto como a él de la misma manera, que se ganen los trabajos y las cosas con esfuerzo por ser quienes son, no por lo que representan.
La familia
"Vamos de a poco. 'La Cordillera' es un hijo y vamos poniéndoles nombres raros a los hijos", dice Dolores, evadiendo entre risas la pregunta sobre si quiere tener un hijo con su pareja, Santiago Mitre. Fonzi es madre de Lázaro (ocho) y Libertad (seis), fruto de la relación de ocho años con el actor mexicano Gael García Bernal, con quien asegura mantener un vínculo fluido y civilizado en la crianza de sus hijos.
—¿Cómo es ser mamá de dos hijos con un papá en otro país?
—Tiene lo bueno y lo malo, las dos cosas. El padre está: ahora están con él, de vacaciones. Ellos tienen mundo gracias al padre, viajan mucho con él. Después, obviamente en el día a día, lo cotidiano, soy yo la que está presente. Hay una autonomía que disfruto mucho, por supuesto que lo converso todo con él. Las cuestiones importantes de la crianza son conjuntas, y todo eso es hablado y se discute como cualquier familia.
—¿No es muy cansador?
—Es cansador, pero en general es cansador, veo a mis amigas que tienen maridos en la casa e igual la pasan pésimo (risas). A veces me canso de más cuando pasó un tiempo que no viene o no van, pero está bastante controlado el asunto, y a mí me gusta que estén conmigo en mi casa y ocuparme de la crianza. Soy bastante controladora en ese sentido y me gusta ser una madre que sabe todo lo que pasa, decidir la comida que comen. Estoy muy en el día a día y me da mucha satisfacción. Más allá de que me agoto, por supuesto, como todas las mujeres.
—¿Se viene la Dolores Fonzi directora?
—Sí, se viene en poco, tengo ganas. 'Soy tu fan' me dejó ganas y Santiago es bastante promotor de la acción y está todo el tiempo: "Tenés esa idea, ¡hacela!". No es tan fácil, pero lo tengo a él, que es un gran apoyo. Trabajo hace un montón de tiempo y conozco a bastante gente talentosa amiga que me puede acompañar.
LA ENTREVISTA COMPLETA:
Agradecimiento: Paula Balmayor, producción de vestuario; Sofía Diez, maquillaje.
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