Lali Espósito: "Muchos usan las redes como desahogo de sus frustraciones"

Con madurez y de manera auténtica, la chica del momento habló con Teleshow de sus duros inicios pero también de este gran presente, con una nueva canción, "Una Na". Y con plenitud sentimental: está muy enamorada de su novio productor

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"El que se acostumbra, pierde", escribió hace unos meses en su cuenta de Instagram para casi cuatro millones de fans. Y quizás estas cinco palabras definan su actitud frente al éxito y la fama. "No quiero acostumbrarme, como si fuera algo normal, a que haya 40 chicas en la puerta de Infobae esperándome bajo la lluvia. Es algo increíble. Quiero tener conciencia y valorarlo", se emociona Lali Espósito (25).

Lleva tres cuartas partes de su vida en un set o un escenario.  Comenzó a los 10 años, cuando logró conquistar al público con su aparición en Rincón de luz de la mano de Cris Morena, que fue quien la consagró en la actuación. Luego, siguió sumando éxitos en tevé, cine y teatro: Floricienta, Chiquititas sin Fin, Casi Ángeles, Solamente vos, Esperanza mía, La pelea de mi vida, Teen Angels: el adiós,  Me casé con un boludo, Las brujas de Sálem, Permitidos…

Audaz, pasional, sin ganas de quedarse cómoda en un lugar seguro, Lali se animó a emprender su camino de solista. La joven de Parque Patricios, que no estudió ni actuación ni canto pero que mantuvo los ojos abiertos para aprender todo de los grandes con los que trabajó, no se equivocó al dar el gran salto.

En el 2014 sacó su primer disco solista, A bailar, que llegó a cada rincón del país y superó todas las expectativas en ventas. En 2016 fue el turno de Soy, y su consolidación como artista internacional.  Ahora la esperan -los próximos 3 y 10 de noviembre- dos presentaciones en el mítico Luna Park con un detalle único: la primera se agotó en sólo cuatro días.

"Felicidad es la nueva riqueza. Paz interior es el  nuevo éxito. Salud es el  nuevo tesoro. Y ser amable es el nuevo cool", volvió a escribir hace unos días en su red social. Y otra vez, como en su música, las palabras definen el camino de una chica que supo madurar en medio del huracán de su éxito.

—¿Cómo estás viviendo este presente tan increíble?

—Me estoy renovando y arrancando una etapa nueva; así lo siento. Si bien nunca cerré el "Soy tour" -de hecho vamos a seguir tocando mucho-, quise darle un aire nuevo con una canción que está fuera del disco: "Una na", que ya te da como un inicio, nuevas ideas, nuevas maneras de lo que quiero hacer y cuáles son mis planes en la música. Estoy en plena etapa de planeamiento y disfrutando lo que me está dando este single, que con solo días ya es impresionante lo que pasa.

—¿Cómo describirías esta nueva canción?

—Tiene mucha influencia de sonidos latinos que a lo mejor no estaban en ninguna canción mía hasta ahora, y eso le da aire: se siente un sonido nuevo. De hecho esta canción la trabajé en Miami con un compositor cubano y mis productores de siempre.

—"Una na", ¿por qué el nombre?

—Porque me gustaba mucho el juego de palabras que hace la melodía, "Una na otra vez". Ese "Una na" me parecía original. Cortito.

—¿Cuenta una historia de amor?

—Sí. En realidad habla de que una vez que te sucede algo con alguien, una vez que existe esa primera mirada, es muy difícil volver atrás, olvidarte de eso. Como que querés ir a fondo con esa historia.

—¿Sos muy romántica?

—Yo creo que soy romántica a mi manera, o sea no soy el cliché de la Susanita enamorada pero sí demuestro amor. Me gusta escribir sobre el amor. De hecho, muchas canciones están dirigidas hacia ese lugar.

—¿Te imaginás con hijos y casada?

—No tengo el sueño de casarme. Ese no es el sueño. El sueño es ser feliz con alguien y formar una casa; obviamente tener hijos. Me encantaría en algún momento de mi vida. El hecho del casamiento no es mi sueño total. Aparte tengo 15 años (risas). Falta mucho.

—¿Qué cosas tuviste que sacrificar de tu día a día?

—Creo que más que sacrificio o esfuerzos es entender que esta vida se trata de eso, son tiempos extraños para la gente que tiene otros laburos. Y además, sabés que te perdés cosas que normalmente nadie entendería. Cuando era chica me afectaba mucho faltar a los cumpleaños de mis compañeritos, por ejemplo, porque yo grababa todo el día. Salía del colegio y me iba a grabar directamente las series que hacíamos con Cris Morena. Ahí sufría un poco el hecho de: "no hago lo que hacen todos". Y cuando fui creciendo entendí que yo tenía una profesión, que sabía lo que quería hacer el resto de mi vida y que eso era una bendición. Y hasta hoy, trabajo duro para eso.

—¿Y con tu novio, Santiago Mocorrea, cómo hacés?

—¡Por eso me conseguí un novio que esté bien ocupado! Mi novio trabaja el triple que yo, te diría, así que está muy ocupado y nos bancamos en los tiempos.

—¿Cómo se conocieron?

—En un show de Ricky Martin hace como cuatro o cinco años. Yo estaba con mi primer disco y rubia. La gente que trajo a Ricky Martín a la Argentina confió en mí para ser la telonera de su show. Yo estaba empezando a trabajar con Sony y la discográfica me propuso, nada más ni nada menos, que para cantar ante 80 mil personas en Parque Roca. Fue una gran experiencia. Y ese día, como él era productor y trabajaba con la gente que trajo a Ricky, me lo presentaron. Como que él fue quién aprobó mi participación en el show. Yo estaba de novia, y creo que él también. Simplemente nos conocimos. Años después, el año pasado que yo ya estaba soltera…

—¿Qué pasó?

—Él me escribió un mensaje: "Me gustaría invitarte a salir, no sé si te acordás de mí". Y yo me acordaba perfecto. Le dije que sí y ahí empezamos a salir. Y me enamoré… Aunque, ¿viste cuando estás soltero que tenés esa idea que no te vas a enamorar de nadie y casi te ponés como objetivo: "No me voy a enamorar nunca más"? Bueno, estaba así. Nunca había estado soltera, siempre había estado de novia, así que el año pasado estaba en plan "tiempo para mí". Y la verdad que Santi me sorprendió.

—Los hombres se deben intimidar a la hora de hablarte…

—No soy tan difícil como parece. El hombre es como que tiene el prejuicio de que si sos más conocida, sos más jodida. ¡Mentira! ¡No! Si alguien me gusta, soy natural. No tienen que hacer nada especial más que ser ellos mismos.

—¿Sos de conquistar por las redes sociales?

—¿Antes de conocerlo a Santi?  Cuando yo digo que estaba soltera significa que sí, había tenido mis historias normales de estar soltera. Estás un tiempo con alguien, quizás no funciona o no pasó nada y seguís, un día conocés a otra persona. Soy muy tranquila, no es que me vas a ver como loca. Lo viví con naturalidad y estaba en un momento que quería aprovechar de tener un tiempo para mí, y llegó Santi y me arruinó todo el plan. Pero bueno, se lo agradecemos.

—¿Te molesta ir a un lugar público y que te pidan fotos?

—Es difícil. La gente en verdad es muy amorosa, muy cariñosa cada vez que me cruzan en algún shopping o en el supermercado de la vuelta de mi casa, en donde sea. No tengo un problema con eso. Aparte siempre me peleo un poco con el artista que tiene problemas con eso. No te digo problemas porque te pueden molestar determinadas situaciones que son violentas, que te avasallan, pero hay situaciones naturales de ser una persona pública o popular, como es mi caso que he trabajado mucho en televisión. Nunca entendí bien al artista que se queja de eso. Discutía con compañeros por eso: "Escuchame, ponete un cyber, trabaja de otra cosa". Cuando el artista se pone frente a una cámara hace su arte, pero también hay un lado B que es el reconocimiento de la gente, y es hermoso. Yo lo disfruto. La gente de verdad es cariñosa. Yo no sé si les doy esa cosa tan especial que hace que me puedan saludar como si fuese un familiar.

—¿Sos de responder mensajes en las redes?

—Sí. Cada tanto. No es que estoy leyendo todo el tiempo, pero cuando subo algo que me interesa saber qué opinan o qué les pasa, respondo. Yo hago música para eso, para que alguien la reciba, y entonces me interesa saber qué opinan.

—¿Cómo te llevás con las críticas?

—He aprendido a diferenciar casi de una manera automática, lo constructivo de lo no constructivo. Es difícil lo de las redes porque es la ventana al mundo y todos podemos estar conectados, es una genialidad; pero también es la ventana a la impunidad, desde el anonimato. Muchos usan las redes como medio de desahogo de sus frustraciones.

—¿Las redes permiten que cada uno se muestre tal cual es, o se muestra la fantasía de lo que deseamos ser?

—Estamos de acuerdo en que las redes no son la verdad de todo, porque puedo subir una foto espléndida riéndome con Photoshop y capaz no soy tan espléndida, ni estoy tan feliz. Tiene que ver con cómo se muestra cada una en las redes. Yo trato de ser lo más real posible, no solo en mi imagen sino también en lo que tengo para contar o para mostrar.

—Hay mucha agresividad, a veces, en los comentarios.

—Sí, creo que un montón de gente pone su frustración ahí porque quizás no tienen el trabajo que sueñan o quizás se rigen por si sos más lindo o más feo. Y esas cosas te vuelven más odioso, y en las redes tenés el lugar perfecto para mandar un: "sos espantosa". A mí me pasa que la música pop muchas veces está bastardeada y la imagen de la mujer joven también está bastardeada, porque es una imagen muy power en el mundo de la música, y eso genera todo tipo de reacciones. Hoy las mujeres son las reinas de las escenas, sin dudas.

—¿Tenés algún referente?

—Beyoncé para mí es la reina absoluta de la música contemporánea en general, y es mujer. En el mundo joven, Ariana Grande. Hay mujeres que la gente sigue y llenan estadios en todo el mundo y nos representan en la música. Lo que quería decir es que muchas veces a mí la gente me juzga por juzgar y no sabe la cantidad de trabajo que lleva hacer las cosas. O sea, me joden tipo: "Vos artista joven, dejá de hacer playback". Te invito a mis shows cuando quieras: son totalmente en vivo. Pero no podés ir aclarándole a cada uno. La verdad que uno hace lo que hace con buena fe, desde el lugar más amoroso que el arte permite.

—Esta seguridad y firmeza que demostrás, ¿la construiste a medida que ibas teniendo logros en tu carrera o siempre fuiste muy segura de vos misma?

—No tiene que ver con el logro, tiene que ver con la personalidad. Yo he trabajado mucho desde mis 10 años, tengo el ejemplo de dos padres a quienes nunca les han regalado nada, que han trabajado toda la vida, y creo que ese es mi motor.  Y saber que yo me gano las cosas por mi trabajo. Y que no me voy a dejar llevar por un comentario de alguien que no tiene idea de lo que me sale a mí todo este logro en cuestión espiritual y de laburo.

—¿Cómo fue que llegaste a tu primer casting?

—Me llevó mi hermana sin la autorización de mi mamá, con una amiga suya de cómplice. Con mi hermana nos bajamos mal, empezamos a caminar y de repente vimos una cola: entro, hago el casting, hago todo y resulta que no era el casting al que yo pensé que estaba yendo sino que ese estaba a dos cuadras, y yo hice el de Cris Morena. Ahí quedé para "Rincón de luz". Lo más gracioso es que con el tiempo me enteré de que el otro casting se había hecho, pero que el proyecto nunca se realizó.

—¿Creés que hay un destino o es la fuerza de desear?

—Creo que hay una fuerza de atracción. Creo que cuando uno se plantea un objetivo y trabaja desde el lugar más sano y consciente, obviamente sin pisarle la cabeza a nadie y con un camino lindo para llegar a ese objetivo, las cosas se logran. Es cuestión de visualizarlas.

—¿Estudiaste actuación?

—No. Hace unos años, ya trabajando, empecé a tomar clases. Siempre fui mucho de aprender del trabajo mismo, haciéndolo. Pero en mi música está todo lo que viví. Cuando compongo una canción como "Soy", en la que hablo de cómo llegué a poder tener un lugar en el mundo del espectáculo, que es muy grande y que hay mucha gente talentosa haciendo cola todos los días de su vida, están mis vivencias. Yo sé que hay muchas chicas y chicos en sus casas mirando, y que cantan el cuádruple mejor que yo, que bailan el quíntuple mejor que yo, y sin embargo, no encuentran aún ese lugar para ser reconocidos por lo que hacen. Y sé que ese es un lindo mensaje para ellos.

—¿Qué tenés vos que te diferencias del resto?

—Hay algo de perseverancia y de probar todo el tiempo proyectos nuevos. Si bien trabajé mucho con Cris Morena, nunca me estanqué. Y siempre estás propenso a hacerlo. Cuando te fue una vez bien con algo pareciera que hay que repetir eso. Y yo pienso todo lo contrario. Creo que el hecho de arriesgarme en los proyectos, sean de tele o de mi música, el público lo nota. Siente que sos una artista que está todo el tiempo tratando de entregarle algo nuevo, algo distinto. Y también hay algo de que me muestro como soy. Supongo que hay gente que se siente identificada y eso también te acerca.

-El mundo del espectáculo es un ambiente de mucha envidia y competencia, ¿cómo hiciste para no contaminarte con las críticas?

—Oídos sordos. No es fácil, porque de pronto te cruzás con un montón de gente que no tiene linda energía, que mira y envidia tu lugar en vez de disfrutar de lo que tiene.  Me ha pasado en muchos trabajos. Creo que la clave siempre estuvo en tener buena energía. Yo voy con buena energía. Si vos no tenés, no hay problema: miro para otro lado y trato con gente que sí es recíproca. Creo que esa diferencia, a lo mejor con educación, marca que yo no soy así, no voy a entrar en eso. Y entonces, podés ir mucho más liviano con las críticas.

—¿Tus amigas siguen siendo las mismas del colegio?

—Del colegio tengo pocas amigas. No quedé con grupos muy grandes porque en la etapa del colegio yo estaba muy focalizada en el trabajo. Iba al colegio para que mis padres no me reten, y porque sabía que está bien educarse. La educación es privilegio. Así que iba al colegio, cumplía, estudiaba, pero yo ya sabía de lo que quería trabajar. Entonces salía del cole y me iba a grabar. Por ahí lo que era extracurricular no lo viví tanto. Entonces no me quedaron esas amistades tan profundas. Tengo re lindos recuerdos. Me llevaba re bien con todos. Tengo más amigos de mi profesión, Cande Vetrano es amiga mía desde los 10 años, del primer trabajo, y somos amigas entrañables hasta hoy.

—¿Cómo era ser la chica de la tele y luego estar en el recreo?

—Era un poco extraño. Lo llevaba con mucha naturalidad y mis compañeros, por suerte, me trataban como una más, como debe ser. Pero sí pasaba que era raro: era la actriz de los programas de los que ellos eran fanáticos, y de pronto estaba sentada ahí, en el banco de al lado.

—¿Sufriste bullying en algún momento?

—No. Le tengo mucho respeto. Hay chicos que de verdad la pasan mal, así que decir que yo la pasé mal porque alguna vez tuve algún episodio, no da.

—¿Cómo eras de adolescente?

—Tenía un carácter bastante podrido y si me decías una, te la contestaba al toque siendo un gnomo. Creo que ya mi personalidad les daba a los otros esa cosa de "No le vamos a decir nada" (risas). O directamente, me reía y no les daba bola. Ya a la segunda, pasaba y no me decían nada más. La risa siempre salva.

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