Está recostada en el sillón del living de su casa de Barrio Parque. A cara lavada, espléndida, con una cómoda camisa negra y calzas. Lo único que podría marcar que es una estrella son sus maravillosos zapatos Prada.
Se tira al piso y busca debajo de los silloncitos Luis XV a su gato Pascual Enrique. "Le gusta estar donde hay gente, pero me araña todo", cuenta. Y agrega que a su nueva mascota la trajo desde Punta del Este: "Lo encontré el domingo de Pascuas y por eso le puse Pascual. Después lo miré con atención y le vi cara de Enrique… ahí le agregué el segundo nombre".
No es su único animalito. En Buenos Aires también tiene a su gata Beba. Y en Uruguay -entre La Mary, su casa de Rincón del Indio, y La Tertulia, su chacra en Garzón- tiene siete perros, algunas vacas, una familia de ñandúes salvajes, más gatos, patos y un lagarto. "La felicidad hoy es tirarme frente a la chimenea y dormir enrollada con alguno de mis perros", asegura.
Susana Giménez está muy relajada y divertida. Toma un té. No hay ningún plato con galletitas o vainillas -como suele haber- en la mesa de vidrio repleta de libros de arte y adornos comprados en Christie's: "Dejé los hidratos y los lácteos y bajé de peso como loca. Eso sí, cuando puedo me como diez metros de chocolate".
Este domingo a las diez de la noche vuelve por Telefe. Son sus treinta años en la tevé. Y ya siente la adrenalina del debut. "Elijo hacer lo de siempre: divertir. Después de meterme en la casa de la gente durante tanto tiempo, soy de la familia. Muchas veces me pregunto: '¿Qué habré hecho para que me quieran tanto?'. En la calle me piden: 'Necesitamos alegría'. Y me encanta darla. Además, habrá entrevistas, sketches y juegos. Los éxitos no se cambian…".
La parodia de la tira El Sultán con famosos -Marley, Lucía Galán, Sebastián Estevanez, Griselda Siciliani, entre otros-, el sketch de su personaje Susana Spadafucile -junto a Agustina Cherri, Carlitos Balá, Miguel Romano-, la abuela de Antonio Gasalla, la empleada pública con Jorge Lanata ("lo amo, cuando no puedo ver su programa lo grabo, él nos salvó de los K"), la presencias de los Midachi y de Fátima Florez, y el living con Claudia Villafañe -bozal legal de Diego Maradona incluido-, al primer programa no le va a faltar nada. Pero ella no piensa en el rating: "Me cansa que todos quieran que compita".
Susana está super informada aunque casi no mira tevé. Pero es fanática de las series españolas en Netflix ("me devoré Velvet, Las chicas del cable y Gran Hotel"). Habla de la actualidad y señala su tablet ("tengo ahí arriba Infobae, con su logo naranja, y siempre lo leo: está bárbaro"). Pasa de las candidaturas de las PASO a los chats calientes de los famosos. Todo sin filtro. Con esa frescura -y a veces inocencia- que la hizo única. En la intimidad, aunque cueste creerlo, tiene más carisma que en la televisión.
Ofrece algo para tomar. Se acomoda entre los mullidos almohadones. Tiene ganas de hablar, no de hacer una entrevista. Por eso esto será una larga charla -por momentos profunda, por momentos desopilante- que correrá sin apuros mientras anochece en Buenos Aires. Enciendo el grabador.
—Si te pido que te pares frente a un espejo, ¿a quién veías hace 30 años y a quién ves hoy?
—Soy la misma con otro peinado. Pero mi espíritu y lo que tengo adentro -que es lo que realmente atrae a la gente-, está igual, está intacto, no veo que haya cambiado. Lamentablemente digo "ay, pasaron 30 años, no lo puedo creer". Porque parece una cifra tan grande. Pero yo me siento igual… Si no, no lo haría. Eso sí, ahora tengo menos miedo: en el primer programa estaba cagada en las patas (risas).
—¿Nunca se te ocurrió dejar?
—Mucha gente me dice: "¿Pero por qué seguís laburando si podés largar todo? Ganaste tanta plata, ¡no labures más!". Y yo eso no lo comprendo ¿viste? Esa debe ser gente a la que no le gusta su trabajo. Y esta profesión es pura pasión.
Ya casi no voy a fiestas. Son siempre los mismos, tengo que maquillarme, peinarme y que todo el mundo te chupeteé y se saque fotos
—Y en la vida de la mujer que eras hace tres décadas y la de hoy, ¿qué cambió?
—Ahora estoy más solitaria, gozo mucho con el silencio del campo, con mis animales, leyendo y prendiendo la chimenea y estando con mis perros. Me gusta mucho eso. A veces me voy sola a La Mary, porque me hace feliz.
—¿Cuándo empezó a gustarte el silencio?
—Hace mucho… A mí ya no me gusta ir a las fiestas, voy a muy pocas. Voy a Fundaleu y a lo de Zaldívar, nada más. Son siempre los mismos, tengo que maquillarme, peinarme y que todo el mundo te chupeteé y se saque fotos. Me gusta más estar sola.
Los peores programas fueron el que hice con Gian María Volonté que fue pesadísimo, y con Anthony Delon que vino y vomitó… estaba drogado, una cosa impresionante
—¿Cuál fue el programa que vas a recordar siempre?
—Tuve muchísimos programas fabulosos. Pero me gustó mucho uno que le hicimos a René Favaloro, que yo lo amaba con locura. Nunca admiré tanto a nadie. Vinieron 40 tipos que él había trasplantado y cuyas vidas eran maravillosas, y se puso a llorar. Era muy sensible Favaloro. ¡Qué tipo! Ay Dios mío, le daba vergüenza pedir ¿te das cuenta? Necesitó matarse para que la clínica Favaloro resurgiera. Es increíble, creo que es una de las cosas más fuertes que recuerde.
—¿Y el programa que decís "no lo vuelvo a hacer ni aunque vengan con 3.200 millones de dólares"?
—Gian María Volonté -que murió, pobre-, que fue pesadísimo y no me respondía nada. Y Anthony Delon que vino y vomitó… estaba drogado, una cosa impresionante.
—Y los que hacías con el remisero que vivía con gemelas o el hombre de dos penes, ¿los repetirías?
—Eso era Luis Cella. Yo lo amaba a Luis, y me divertían esas ideas. El chiquito Nelson, tan tierno… Y los niños lobo, todos peludos y que tenían olor a lobo tremendo…
—El año pasado dijiste "no voy a irme a los 29 porque es feo", me voy a los 30…
—Te cuento que me hicieron firmar por 2 años. Pero me tengo que ir, porque también quiero disfrutar de la vida.
—Pero vos disfrutás.
—Sí, porque ahora no es un programa diario, entonces hago 6 meses de trabajo y 6 meses de vacaciones. Me "Tatoboricé". Así es mucho más agradable todo. Y puedo viajar. La vida es corta y hay que disfrutar. Hay que buscar lo que nos hace felices. Es imperdonable no disfrutar.
—¿Cuánto planificaste de tu carrera, cuánto fue suerte y cuánto trabajo?
—Nunca me di cuenta. Fue instintivo, nunca planeé nada de mi vida, yo soy así. Después, quizás con los años, me volví un poquito más profesional. Pero creo que la gente me quiere porque soy sincera y me ve tal cual soy.
MIRTHA: "LA CHIQUI ES MI FAMILIA Y UN SER IRREPETIBLE"
—Dentro del mundo artístico tenés como una familia: Ricardo Darín, Marley…
—…la Chiqui. Siempre nos decimos que somos familia. Yo la quiero y ella también. La respeto. Y a Marcela, su hija, a Goldi, a los chicos. Es como una familia. Y gente que yo amo.
—¿Nunca competiste con Mirtha?
—No, no, jamás, jamás.
La Chiqui tiene una cabeza increíble. Y estudia todo a la noche. Te juro… antes de ponerme a estudiar la vida del que viene al día siguiente, me mato
—Y la bendita pregunta que siempre se hace ¿Mirtha o Susana?
—A mí nadie me pregunta eso (risas). Y nunca sentí una competencia. Tenemos maneras totalmente diferentes de conducir un programa. La amo con locura, la admiro y la respeto como a nadie, es un ser irrepetible. Aparte tiene una energía que yo no tengo, porque yo no me cambio cuatro veces por día ni voy a cuatro cócteles aunque me garpen lo que me garpen. ¡Pero ni loca! Y la Chiqui sí: se cambia y va, se cambia el maquillaje y viene. Es una diosa.
—Una diosa. Y un cerebro…
—¡La cabeza! Yo lo único que le pido a Dios es vivir pero con la cabeza así. Si no, por favor, partir. Se acuerda de todo. Y estudia todo a la noche. Yo no sé cómo hace. Te juro… antes de ponerme a estudiar la vida del que viene al día siguiente, me mato.
MARCELO: "ESTUVIMOS PELEADOS Y TUVIMOS MOMENTOS DIVINOS"
—¿Cómo está hoy tu relación con Marcelo Tinelli?
—Con Marcelo no tenemos una relación muy estrecha, quizás porque es hombre, porque tiene su familia… no sé, es otra cosa. Hemos pasado momentos divinos y otros hemos estado peleados. Ahora estamos amigos.
—Pero si le pasa algo, como el otro día que se ahogó al aire, ¿lo llamás o no?
—No veo tele, pero vi en Twitter que se ahogó. Pero esto no es verdad… ¿Sabés por qué? Me ha pasado, he tenido que suspender teatro y también televisión, porque cuando vos no podes hablar no podés hablar. Él decía "me ahogo, me ahogo", pero con voz normal; "me duele acá, me arde", y hablaba normal. Y yo que soy experta en la garganta por nuestro trabajo, te digo esto no es así.
Vi en Twitter que se había ahogado. Y yo que soy experta en garganta por nuestro trabajo te digo que para mí fue algo distinto… Pudo ser un ataque de pánico
—¿Y qué creés que fue?
—Puede ser un ataque de pánico. Mecha también tuvo.
—¿Tuvo?
—Rivotril le dan. El primero le agarró en Las Vegas con Gustavo Yankelevich y Rosella. ¿Por qué viene esto? No sé, será estresazo.
—¿Nunca sufriste un estresazo?
—Jamás. Por eso yo no la entendí a Mercedes que tenía ataques de pánico: "Me voy, me muero", decía. El médico le dijo: "Nadie se muere de un ataque de pánico, vos sentís que te vas pero no te vas nada, respirá". Después yo la fui comprendiendo. Ahora por suerte está bien. Tenés que tener un calmante en la cartera, algo horrible… En mi generación no pasaban estas cosas.
—¿Alguna vez te analizaste?
—Algunas veces, pero no es para mí porque yo sé muy bien lo que tengo y lo que quiero. ¿Para qué contarle a otro?
LOS HOMBRES DE SU VIDA: "AMÉ MUCHO Y ME AMARON AÚN MÁS"
—Hablabas de que en tu vida mucho fue intuición. Para tu carrera es obvio que te sirvió, pero con los hombres funcionó más o menos.
—Yo me casé a los 17 (con Mario Sarrabayrouse) y me separé de mi primer marido a los 20. Era muy joven pero sabía que lo tenía que dejar porque eso no era ni la felicidad, ni el amor ni nada. Siempre me guié por mi instinto o lo que decía mi corazón. Me daba cuenta cuando algo no funcionaba. Y es feo, las separaciones te hacen mierda. Pero lo tenía que hacer para salvarme.
—O sea, padeciste estar casada…
—Si hay algo de lo que me arrepiento es de haberme casado las dos veces. ¡Yo necesito ser libre! Pero esta separación no me dolió tanto como otras porque yo sabía que a Marito no lo quería más. Es muy distinto cuando te separás queriendo a una persona.
A Jorge Rodríguez lo dejé, pero aún lo quería. Lo extrañé mucho tiempo. Es un tipo que trata a las mujeres de una manera muy especial: te hace sentir una reina
—¿Cuándo te separaste queriendo a un hombre?
—Con Jorge (Corcho Rodríguez) me pasó un poco eso. Nos separamos y yo lo quería, a pesar de que fui yo la que lo dejé. Pero lo extrañé mucho tiempo. Fue un tipo… es un tipo, muy especial. Es para extrañar. Trata a las mujeres de una manera impresionante, te hace sentir una reina, una diosa, qué sé yo.
—Con Huberto fue todo lo contrario.
—Separarme de Huberto tampoco me importó. Fue una gran desilusión porque él no era un tipo que la guita le importara, y que me haya sacado tanta plata me asqueó.
—La relación ya venía muy desgastada.
—Sí, yo estaba harta, no pasaba nada, eh. Por eso pasó este pibe (se refiere a JR), me dijo una poesía, me mandó rosas, me regaló un Mercedes y no pude creer ¿Entendés? Porque venía de vivir 10 años en los cuales yo me dediqué solo la televisión, no a mi vida privada.
—¿Era al menos un buen compañero?
—No, nunca fue ni siquiera un buen compañero. Mi madre siempre me decía "no te cases Susita, es muy egoísta Huberto". Y yo le decía "ay mamá, no te metas y no opines, nunca te gusta nadie". Pero las madres siempre tenemos razón. Era un tipo que lo único que le importaba era lo suyo, sus caballos, el polo y chau; se iba a las 8 de la mañana y volvía a las 9 de la noche.
Con Huberto tuve una relación espantosa. Yo era muy desdichada. Me sentía sola y por eso me compré un perro. Jazmín fue una compañía maravillosa
—Y vos que sos tan apasionada, ¿por qué aguantaste 10 años?
—Porque estaba entretenida con la televisión.
—¿No te sentías sola?
—Por eso me compré un perro. "Si no me compro un perro me muero", pensé. Y llegó Jazmín que fue una compañía fabulosa durante 17 años. La relación con Huberto era espantosa y yo me sentía muy desdichada.
—Antes, con Ricardo, te divertiste mucho…
—Con Ricardo sí ¡qué divertido, cómo nos hemos reído! Ricardo es mi hermano, es mi familia. Y Florencia también. Y los chicos. Los amo con locura. Me divierto mucho cuando van a casa. Yo siempre los invito a La Mary y como se quedan nos reímos desde la mañana hasta la noche.
Con Carlos fue un enamoramiento físico tremendo. Pero me di cuenta que me tenía que ir. El chupi lo ponía violento. Si no lo hacía iba a terminar como Alicia Muñiz
—Y Carlos Monzón fue la gran pasión.
—Fue un enamoramiento físico muy importante, una cosa tremenda, una gran pasión. Y te digo que ahí yo me di cuenta que me tenía que ir, porque si no iba a terminar como la pobre Alicia Muñiz. Estuvimos 4 años juntos y después lo dejé.
—¿Cuándo te diste cuenta que esa relación podía ser peligrosa?
—Me di cuenta porque el problema de Carlos era el chupi, era alcohólico. Carlos no era un tipo agresivo sin tomar alcohol. Al contrario, era tímido. Yo le hacía de todo: le puse una profesora para que aprenda un poco a hablar, tenía un cuaderno y hacíamos dictados. Ahí fui maestra, le dictaba para que aprendiera un poco a escribir… Fue muy lindo. Pero cuando él dejó de boxear, se fue a la mierda.
—Y la primera vez que tomó, supongo que bancaste. Pero después te diste cuenta que corrías peligro.
—Y sí, porque actuaba con violencia, se ponía agresivo con la gente ¿entendés? Y yo soy la antítesis de eso, soy lo diplomático, soy el cardenal Samoré. Entonces no podía aguantarlo más. Aparte sus celos. Era un tipo bravo. Pero mientras peleaba y se tenía que cuidar -a pesar de que era un privilegiado, porque ese lomo y esa salud eran algo increíble- no había problema, pero después sí.
—Hay mujeres que lamentablemente aguantan golpes, destrato…
—Yo no soy una mujer de aguantar mucho. Yo no dependía de él, no dependía económicamente de nadie… Pero fuimos muy felices esos 4 años, viajamos mucho, también nos peleamos mucho. Lo dejé queriéndolo mucho y fue muy difícil.
—En un punto parece que siempre elegías hombres que no eran para vos.
—Sí, siempre me busqué hombres que no eran exactamente como para mí. Debe haber sido una casualidad, o no me daba cuenta, o era una autodefensa para que ese amor no sea eterno.
—¿Y por qué no querías algo para toda la vida?
—No sé. En realidad yo soy muy libre, no me gustan las cosas para toda la vida. Además, no creo que exista el amor para toda la vida… para mucha gente sí, pero para la mayoría no.
CHATS CALIENTES: "LA FIDELIDAD NO EXISTE Y NADIE SE SALVA DE LOS CUERNOS"
—¿Viste que los temas de infidelidad hoy se conocen por los Whatsapp?
—Todas estas mujeres mostrándose en pelotas y después "ay, me robaron el celular". ¡Pero por favor! Y pasan a ser famosas… Esa que le mandó a Scioli "mirá lo que te perdés" con el traste al aire, una boca hecha toda de plástico, pintada toda… Digo, le cagó la vida a Scioli y a la pobre chica ésta que ahora no le atiende el teléfono.
Esa que le mandó a Scioli el Whatsapp “mirá lo que te perdés” con el traste al aire, una boca hecha toda de plástico… le cagó la vida
—Pero los hombres también tiene su responsabilidad. A esta altura al menos deberían saber que con una amante mediática el Whatsapp es peligroso.
—¡Pero por supuesto! Toda esta gente que muestra los Whatsapp después pasa a tener una fama efímera
—¿Te molesta que ocupen un lugar en la tele, donde vos trabajás desde hace treinta años?
—No, porque no puedo compararme. Y ocupan un espacio, pero es tan corto que después nadie se acuerda ¿Viste? Como alguna gente que se hace famosa con Marcelo en Bailando y todo el mundo habla, pero dejan de bailar y ya nunca más sabés dónde están.
Jamás me filmé haciendo el amor. Me apaga inmediatamente, me enfrío. Veo una cámara y ya me quedo congelada…
—Por lo menos intentan bailar, un Whatsapp es un recurso muy bajo para lograr cinco minutos de fama.
—Sí, sí, total, ellos intentan bailar. El Whatsapp es muy peligroso. También hoy hay muchas mujeres que sin necesidad se desnudan ¿Viste que ahora todo el mundo se pone en pelotas? ¿Para qué? Hay una necesidad tremenda de mostrar esos culos postizos, esas tetas… Algo espantoso.
—Vos mostraste tu cuerpo y te desnudaste…
—Yo lo mostré en el teatro de revista. Pero desnuda nunca salí. Nunca se me ocurriría sacar una foto desnuda frente a un espejo ni haciendo el amor, ni aunque estés con tu marido.
—¿Nunca te filmaste?
—Jamás. Me apaga inmediatamente, me enfrío. Veo una cámara y ya me quedo congelada… Aparte tampoco tuve un hombre al lado que me dijera "hagamos esto".
—¿Lo sacás corriendo?
—Sí, no me cabe en la cabeza. En ese momento estoy pensando en otra cosa, no en una cámara…. Ay, es horrible. Pero todas, todas lo hacen, ¡es una locura!
—¿Crees que la infidelidad está institucionalizada? ¿Es difícil ser fiel?
—Mirá, de los cuernos y de la muerte no se salva nadie.
—¿Te metieron los cuernos?
—¡Pero por supuesto! Como a todas las mujeres del mundo. Los hombres son bígamos por naturaleza, no son fieles. Y seguramente te aman con locura, pero para un hombre echarse un polvo e irse a la miércoles es una cosa natural. Para nosotras no. Yo me tengo que enamorar, me tiene que gustar, el perfume que usa, las cosas que dice…
—Pero vos cuando fuiste infiel ¿amabas a los dos?
—Sí. Y no sabía con cuál quedarme (risas). Y otras veces no amaba nada, pero ¿viste que jugás? Qué sé yo, te pasan esas cosas. Yo era bastante infiel, traviesa en el amor. Pero también me eran infieles a mí, no vayas a creer…
Cuando me eran infieles yo los dejaba. No hay vuelta atrás. Pero entiendo que pasen esas cosas: después de muchos años te aburrís, la convivencia mata todo
—¿Eso te desilusionaba?
—Sí, cuando yo me enteraba me desilusionaba al instante. ¿Si me lastimó que hayan sido infieles? La mayoría de las veces no, pero alguna sí. O a lo mejor cuando fui infiel fue una especie de venganza.
—¿Los encaraste para que te dijeran la verdad?
—Sí, sí. Por supuesto los hombres te niegan todo hasta último momento, hasta la muerte. Son muy mentirosos.
—¿Intentaste recomponer o los dejaste?
—Los dejé. No hay vuelta atrás en eso. Es bravo. Yo entiendo -no quiero dar nombres- que pasen esas cosas a veces ¿viste? Después de tantos años llega un momento que ya estás con las pelotas… yo creo que te aburrís, que la convivencia mata todo, es muy complicada.
EL AMOR: "A VECES EXTRAÑO LA COMPAÑÍA DE UN HOMBRE"
—¿Por qué te parece que la convivencia mata todo?
—Qué sé yo… Que se despierta, que se baña, tarda 14 horas en bañarse, deja la ropa tirada, te usa el televisor, te gasta la alfombra… Los hombres me encantan, me gustan más que nada en el mundo, pero no tanto como para volver a vivir con uno (risas).
No soy muy de touch and go, me divierten más o menos. Pero bueno, cada tanto… si alguien me gusta puedo tener una aventura
—¿No extrañás la compañía de un hombre?
—A veces sí. Me gustaría ir a un lugar o a una fiesta con un hombre que me dé el brazo y sentirme… Sí, algunas veces sí. Pero puedo vivir tranquilamente así. ¿Sabés que siento? Me cansa la idea del "me llama, no me llama", y el sexo sin amor es un plomo. A esta altura prefiero una buena charla intelectual que una buena cama.
A veces me gustaría ir a un lugar del brazo de un hombre. Pero puedo vivir tranquilamente así. Me cansa la idea de esperar una llamada y el sexo sin amor es un plomo
—¿Y cómo sería el hombre que hoy podría seducirte?
—Tendría que tener personalidad, ser atractivo, inteligente… No sé, hay hombres divinos por ahí, pero bueno, yo estoy tranquila en esta etapa de mi vida.
—No debe ser fácil para un hombre estar al lado tuyo…
—Si para alguno fue difícil, nunca lo sentí. Obvio que a los hombres los asusta que tengas libertad…. ¡y que tengas más guita! Yo me enamoré siempre de tipos pobres.
—¿Nunca te atrajeron los millonarios?
—¡Noooo! Soy cero interesada. Y ahora todas las chicas están casadas con super millonarios. Contame, por Dios, cómo hacen.
—¿Te divierten los touch and go?
—Más o menos, no soy muy de touch and go. Pero bueno, cada tanto… (risas)… si alguien me gusta me permito una aventura.
FACUNDO MOYANO: "ME FASCINA, ME PARECE INTELIGENTÍSIMO Y MUY CULTO"
—¿Cuándo empezó toda la historia con Facundo Moyano? Él está obviamente muy fascinado con vos.
—Pero yo también estoy fascinada con él. Lo que pasa es que yo no quiero hablar mucho de esa relación porque es especial y es difícil de explicar. No puedo llevarle cuarenta años a un tipo, es ridículo. Pero con veinte años menos ni te cuento (risas). Pero me fascina, me parece inteligentísimo, me parece cultísimo. Eso fue lo que me atrajo de él. Antes de conocerlo yo lo escuché hablar en televisión y dije: "Pero perdón, ¿este tipo es Moyano?". Porque tiene una retórica importante.
Hablamos mucho por chat y después nos vemos de vez en cuando. Es así y va a ser así siempre
—¿Pero qué hacés con la fascinación? "Es mi amigo y punto", suena difícil. ¿Son amigos con derechos?
—Si, bueno… Hablamos mucho por chat y después nos vemos de vez en cuando. Es así y va a ser así siempre.
—¿Pensás que si algún día dan un paso más la gente no va a entender? Yo creo que todos te van a aplaudir…
—¡La gente conmigo siempre es divina! Lo que te da bronca es que si un tipo sale con una pendeja de 20 todos dicen "che, que bárbaro", pero lo ponés al revés y no es lo mismo. Mirá en Francia el quilombo que se armó con Macron.
—Fantástica esa pareja.
—¡Amo esa pareja! Y que ella le besaba la mano mientras él hablaba. Es que el pendejo a los 16 le dijo: "Yo me voy a casar con vos". Y ella dejó al marido y a los tres hijos cuando él creció. Me encanta.
—Si Facundo Moyano te dice "me voy a casar con vos", ¿le decís que no?
—No, no podría porque su vida es la política, no hay nada que le importe más, nada, nada, nada, nada. ¡Y no hablemos más! ¡Somos amigos! (risas)
MACRI: "ESTOY HARTA QUE LO CRITIQUEN Y LE PONGAN PALOS EN LA RUEDA"
—Sigo con otro político, ¿estás desilusionada de Macri?
—¡¡¡¡No!!!! ¿Por qué? Está haciendo cosas maravillosas. Yo estoy harrrrrrrrrta que lo critiquen a Macri, harrrrrrrrta. Está haciendo cosas que durante años no hizo nadie. Escuchame, la falopa: todos los días descubren un cargamento… Los túneles que están haciendo para las cloacas, las obras, es impresionante.
Lo que necesitamos y hace Mauricio es una buena administración, cosa que nunca hicieron antes porque los K se llevaron todo y no administraron nada
—Pero fijate lo que pasó con las pensiones para los discapacitados.
—Si las sacan y las ponen… No sé, eso será falta de experiencia. Macri no es un político pero es un empresario y está haciendo las cosas bien para que el país funcione. Lo único que nosotros necesitamos es alguien que administre, porque en todos lados se llama "Trump administration" u "Obama administration"… Es una administración lo que tienen que hacer, cosa que nunca hicieron antes porque los K se llevaron todo y no administraron nada.
Me enoja mucho que los periodistas que toda la vida estaban contra el otro gobierno, ahora estén contra éste
—¿Le pedirías que cambie algo?
—Yo no le diría nada. Estoy harta que no lo dejen gobernar, que le pongan palos en la rueda. Hace un año que está y está haciendo cosas fabulosas. Además, está rodeado de gente honesta, proba, transparente ¿qué más quieren? Y me enoja mucho que los periodistas que toda la vida estaban contra el otro gobierno, ahora estén contra éste. No entiendo, te digo la verdad, yo veo que hacen cosas buenas… Tienen sentido estético, las plazas están arregladas, tienen flores, recuperó Retiro, Constitución…
—Pero crece el número de pobres…
—Pero los pobres vienen de antes, no son de ahora. Nuestras cuentas estaban en rojo, el país estaba quebrado, en terapia intensiva, se habían robado todo… Yo no sé, le echan la culpa de tantas cosas y es ridículo.
—Seguís creyendo en él.
—Sigo creyendo. Es honesto, está rodeado de gente buena, normal, que estudió, que sabe. No son de esos que llegan al poder para hacer plata, tener la gran casa y el super auto. Y todos necesitamos tener un gobierno honesto.
—¿Hablás seguido con Mauricio?
—Somos amigos de toda la vida, pero le escribo solo cuando tengo que comentarle algo.
—¿Y la grieta?
—Hay que dejarse de joder con esto de la grieta ¡Por favor! Mi ilusión es que se termine._ No podemos estar divididos.
Si gana Cristina, entonces tenemos el país que nos merecemos. Porque quiere decir que no te importa la corrupción, que no te importa que alguien sea chorro
—¿Y si ahora gana Cristina?
—¡Qué va a volver Cristina! No creo… Pero si gana, entonces tenemos el país que nos merecemos. Porque quiere decir que no te importan las pruebas que hay de la corrupción, que no te importa que alguien sea chorro… al contrario ¿entendés? Es demasiado duro sentir que a la gente no le importa que le roben.
—Alguna vez te ofrecieron cargos políticos, ¿nunca fantaseaste con ser presidenta de la Argentina?
—¡¡¡Jamás!!! A mí me gusta que la gente me quiera, no que me odie. Además, ni loca me metería en política y no estoy preparada para ser presidenta. Me interesa sí lo que le pasa a la gente, ayudar, devolver un poco de todo lo que Dios me dio (hace muchas obras benéficas pero no quiere contarlo: "Mi abuela, a quien adoré, me enseñó que hay que dar en silencio").
LA FAMILIA: "MECHA TIENE QUE TERMINAR SU DIVORCIO Y REHACER SU VIDA"
—Hablemos de tu familia hoy: Lucía Celasco, tu nieta.
—Es mi vida Lucía, mi pasión. La amo con locura y la veo tan linda. Y me gusta, tiene su personalidad, su carácter. La veo muy parecida a mí en los gestos, pero en otras cosas no, porque yo a la edad de ella tuve que salir a laburar y ella tiene todo servido. Aparte la guita que gana ahora… Yo para ganar eso tenía que estar ¿sabes qué? me deslomaba. Es distinto. Pero la veo muy parecida, a pesar de que tiene ojos claros.
—¿Y a Mecha la ves feliz?
—A Mecha más o menos. Quizás tiene que terminar este divorcio que la tiene tan harta (de Eduardo Celasco). Y después tiene que rehacer su vida. Ha pasado momentos feos con este tema, muy feos.
—¿Vos la acompañás?
—Obvio, estamos pegadas todo el día. Soy mamá-amiga y trato de ayudarla en todo. Para mí, Mecha es mi compañera. Cuando decido irme a Punta del Este, ella no quiere que vaya sola y viene conmigo. Y la pasamos bárbaro, jugamos a las cartas y vemos películas. Eso sí, nunca se le va a ocurrir ir a caminar hasta el lago ni darle de comer a algún perro, porque no le interesa nada y en ese sentido es opposite conmigo. Pero lo pasamos genial juntas.
EL CUERPO: "LA COLA SE MANTIENE EN SU LUGAR PERO LA CELULITIS MATA"
—El otro día la vi a Araceli, que cumplió 50 años, y me decía que en algún momento de su vida se miraba al espejo y lloraba: "Este cuerpo no soy yo, ¿quién es esta señora que está en el espejo?". ¿Te pasó alguna vez?
—Sí, claro, eso sí que pasa: "¿Quién es esta señora?" (risas). Yo no soy consciente de la edad porque tengo 20 o 30 años en mi cabeza, pero físicamente el tiempo pasa. Yo no tengo más ganas de ir a la playa, porque antes todos se daban vuelta para mirarme y para que ahora que me digan "ay, ¿te acordás lo que eras?"… ¡Me mato! ¡Por favor, no!
—¿Dejaste de usar bikini, por ejemplo?
—En mi casa sí uso, tomo sol en bolas. Pero no voy a lugares… El físico es algo que pesa muchísimo, aunque sé que no aparento mi edad.
Ya no me desnudo como antes que tiraba el vestido al piso y me quedaba en bolas. Ahora apagás la luz o le ponés un pañuelo a la lámpara
—¿Te pesa más porque toda la vida fuiste (y sos) una mujer super deseada?
—No sé. No sabés qué hacer porque hay cosas que no tienen remedio. La celulitis no tiene remedio en ningún lado y el que te diga lo contrario miente. Sacando eso tengo bien el cuerpo, me cuido: evito los hidratos, como sano pero no puedo dejar el vinito y los chocolates (risas). Y la cola está bien porque hago mucha cinta -35 minutos todos los días-, siempre tuve un buen culo y por suerte se mantiene en su lugar. Pero la celu mata y yo no quiero que nadie me la vea.
—Pero, por ejemplo, cuando te llega el momento de desnudarse frente a un hombre ¿te da pudor?
—Yo no me desnudo como antes que hacía así (hace un gesto de sacarse toda la ropa), tiraba el vestido al piso y me quedaba en bolas porque sabía que el tipo se iba a morir. Ahora no: apagás la luz, le ponés un pañuelo a la lámpara, buscás todos los trucos, qué sé yo hay que ser ingeniosa (risas).
—Qué raro que vos sientas esa inseguridad, siempre estás tan espléndida…
—No es raro. Los años no pasan en vano. Yo no los siento, pero están ¿entendés? Y el cuerpo es una de las cosas que primero se te deterioran. Igual, prefiero que primero se me caiga el cuerpo y no la cabeza.
Me cuido, hago 35 minutos de cinta por día, evito los hidratos, pero no puedo dejar el vinito y los chocolates
—En una época no confesabas tu edad y te molestaba que te llamaran abuela, ¿ya no?
—Llega un momento en que te acostumbrás. A los cuarenta y pico, dije "no puede ser". Mi madre fue abuela a los 38, pero no le importaba un carajo. Papá, que también tenía esa edad, casi se muere. Por eso te digo que los hombres también son muy coquetos. Pero a mí me agarró como una cosa de ¡qué horror la edad! Pero ya está, ahora no me importa nada. Al contrario, es un gozo cuando voy a comer con los chicos y sus novios o cuando vienen a Punta del Este. Ahora todo es placer.
DESEOS: "TENGO TODO EN LA VIDA, PERO EL AMOR NO ESTÁ"
—Y hace 30 años cuando vos te imaginabas a esta edad ¿cómo pensabas que ibas a ser?
—Nunca pensé, como no pienso ahora cómo voy a ser a los 80. Vivo el presente. Soy un poco budista. Yo amo al Dalai Lama. La primera vez que lo vi, cuando me recibió en El Cairo, lloré todo el tiempo sin parar. Y yo no lloro ni aunque me pise el 60.
—¿Cuándo fue entonces la última vez que lloraste?
—Ay, no me acuerdo. No soy muy de llorar, no me sale… Por ahí lloro cuando hay una injusticia, cuando veo que pasa algo con un chico, o cuando veo alguna tragedia. Pero yo tengo una genética positiva.
Gracias a Dios puedo decir que no me falta nada en la vida. Tengo mucho más de lo que pude soñar
—Decís que sos un poco budista, por lo tanto crees en la reencarnación.
—Sí, tiene que haber algo después ¿no crees? La vida no puede ser tan corta. Y creo que reencarnás de acuerdo a lo que hiciste en esta Tierra. Si fuiste bueno, en tu próxima vida serás una buena persona; si fuiste malo, podés tener un castigo.
—¿Te queda algún deseo en la vida o tenés todo lo que soñaste?
—No me queda ningún deseo. Yo más vale agradezco lo que tengo. Si todavía quisiera más no sería justa con todo lo que la vida me ha dado. Por ahí me hubiera gustado hacer una película en Estados Unidos o en Hollywood, cuando yo jugaba a ser Marilyn Monroe o Rita Hayworth, y eso no lo logré. Pero bueno, las veces que me ofrecieron llevar el programa a Estados Unidos primero no lo hice porque mi hija estaba en el colegio y después porque ganaba mucho más acá que allá, así que me quedé.
—¿Podés decir "no me falta nada"?
—Gracias a Dios, sí. Tengo mucho más de lo que pude soñar.
—¿Y el amor?
—El amor por ahora no está.
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