Florencia Prada: "Con mi papá somos muy pasionales y parecidos, a veces chocamos"

Florencia Prada Duhagon (32) siempre tuvo una fuerte vocación por actuar. Desde pequeña, comenzó a formarse para ejercer esta profesión y no paró hasta graduarse en la Licenciatura en Actuación en el UNA (Universidad Nacional de las Artes). Durante algunos años, fue bailarina de Este es el show, el programa que produce su padre, Pablo Chato Prada. Decidió dejar la televisión porque extrañaba subirse a los escenarios para ponerse en la piel de otros personajes. Hoy enfoca todas sus energías en su carrera actoral.

La relación con su padre:

Cuando comenzó a trabajar en los medios era inevitable que la reconocieran por ser la hija de uno de los productores estrella de Marcelo Tinelli. En una entrevista con Teleshow, contó que nunca "le pesó" llevar ese apellido, aunque al principio no le fue fácil lidiar con la popularidad: "Cuando era más chica, tenía hasta un cierto prejuicio hacia mí misma o hacia la fama. Yo instauré el prejuicio que quizás otro tenía de mí y le daba bola a eso. Después entendí que si yo me sentía segura y sabía lo que quería, esa carga no existía". Además, explicó cómo fue mutando la relación entre ellos con el correr de los años: "Yo conviví muchos años con mi papá, desde los 14 a los 24, porque mis padres se separaron cuando era muy chiquita. Si bien él laburaba muchísimo, salíamos mucho a pasear, a caminar el fin de semana. Compartíamos más el día a día. Después me fui y empezamos a compartir más los huequitos, el fin de semana, desde otro lugar".

"Divina y genial" fueron los adjetivos que utilizó para definir su vínculo actual con el Chato. Sin embargo, reconoció que muchas veces tiene roces: "Tenemos nuestras cosas como todo padre e hija. Los dos somos muy pasionales y parecidos. Eso también hace que choquemos, pero lo amo con mi alma y él también a mí. Nos llevamos muy bien". En octubre de 2016, la familia se agrandó con la llegada de su hermanito Valentín, fruto de la relación entre Lourdes Sánchez y el productor ejecutivo de ShowMatch. "Lo veo un padrazo, porque aparte él está a full trabajando y sin embargo lo veo presente y canchero. En Carlos Paz, estuve conviviendo en la temporada y estaba con el teléfono trabajando, dándole la mamadera a Valentín, muy canchero. Lo veo muy feliz", dijo.

Su carrera actoral, los desafíos y el amor:

Luego de estar alejada de las tablas, Florencia decidió retomar las riendas de su carrera con una producción independiente que le representara un desafío: Tristán e Isolda, una historia sobre el vínculo entre dos amantes. Con Matías Pisera Fuster está presentando esta obra (que ya va por su tercera temporada) en el teatro Piccolino. En la trama, interpreta a Isolda, una ejecutiva exitosa que vive una historia de amor prohibida con Tristán. Ambos tienen sus respectivos matrimonios e intentan llevar una vida perfecta, pero no pueden evitar tener encuentros, arrastrados por una fuerte pasión. En la obra, su personaje es muy sensual e incluso se queda en ropa interior sobre el escenario. "Siempre estar mostrándose genera pudor, pero en escena no me genera eso, porque es todo en función del personaje, del material de la obra. Si bien el texto tiene una carga muy erótica, no es chabacano en ningún momento. Me gusta poder mostrarme desde ese lugar", manifestó.

La historia toca un tema delicado que genera gran controversia en las parejas: la infidelidad. "Al amor hay que reinventarlo. Después de tantos años, hay que seguir manteniendo viva la llama", aconseja la actriz, que está de novia con Gustavo Vanadia. "Yo estoy muy distante de Isolda porque estoy en pareja, convivo y estoy súper enamorada. Tenemos proyectos de vida, proyectos a futuro, deseamos tener una familia y tener hijos. Tenemos el sueño de vivir juntos hasta que la muerte nos separe", señaló la intérprete y reconoció que no perdonaría un engaño. Además su pareja se encarga de la producción ejecutiva de Tristán e Isolda y también trabaja para Abracadabra, la comedia que realiza DABOPE, la empresa del Chato Prada, Fede Hoppe y Ezequiel Corbo. "Con mi papá se llevan bárbaro. Ni mi hermano ni mi papá son celosos. Las primeras veces capaz que lo miraba de reojo, hasta poder conocerlo un poco más, pero no por celos, sino más por ser cuidadoso", aseguró.

Las dificultades de su profesión y sus sueños para el futuro:

La semana pasada, presentó en el Konex con la compañía de teatro infantil Desenchufados el espectáculo Wi Fi Fest, la fiesta desenchufada. También, comenzó con los ensayos de Beatnix, una obra con dirección de Osvaldo Laport que se reestrenará en agosto con un elenco renovado. A pesar de tener varios compromisos laborales, admitió que tiene inestabilidad económica como muchos de sus colegas: "A no ser que hagas teatro comercial, no se vive. Por lo general, los actores tienen uno o dos trabajos paralelamente. Yo tengo la suerte de estar conviviendo con mi novio que tiene trabajo (estable) y nos vamos acomodando. Hay momentos y momentos. Uno tiene que aprender también a poder administrarse. Pero también tengo mi propia casa y eso es un alivio, como una seguridad, una tranquilidad".

Su padre le enseñó que los sacrificios son necesarios cuando uno desea y ama lo que hace. Por este motivo, no deja de soñar con un futuro prometedor, más allá de todas las dificultades. "Me encantaría viajar trabajando, filmando, es el sueño de toda actriz. Mi fantasía es ser una chica Almodóvar. Me encantaría probar la experiencia de vivir una temporada en otro país. Poder trabajar de la actuación, poder vivir de la actuación, eso es uno de lo sueños máximos. Formar mi familia, tener hijos, ese es el primero de todos, pero sé que va a pasar porque lo veo muy concreto", finalizó Florencia.

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