El actor Roger Moore murió a los 89 años, tras una corta batalla contra el cáncer. En 1998, el británico, famoso por haber interpretado a James Bond en siete películas, visitó Buenos Aires y participó en el programa de Susana Giménez.
Durante la charla, contó que la primera vez que estuvo en la Argentina fue a finales de los 70 durante la filmación de Moonraker, el cuarto filme en el que interpretó al agente secreto del MI6. "Yo caía de las Cataratas del Iguazú", recordó.
Además, reveló que su carrera actoral empezó de manera casual: "No quería ser una estrella, quería ser arquitecto. Después fui a la escuela de arte y decidí que quería ser pintor. Alguien vio mi trabajo y me contrataron para hacer dibujos animados. Me echaron porque no era muy bueno. Fue lo mejor que me pasó porque después salí con unos amigos como extra en una película. Me contrataron y nació una estrella".
Tras el éxito de la serie de televisión El Santo, le propusieron protagonizar el filme Vivir y dejar morir: "Eso surgió porque yo apostaba con Cubby Broccoli y Harry Saltzman, dos productores de Bond. Nos hicimos amigos y cuando Sean (Connery) empezó a pedir mucho más dinero, me ofrecieron hacerlo".
Las películas de James Bond le dieron un enorme reconocimiento a nivel mundial. En 1991, se retiró del espectáculo y se dedicó a viajar por el mundo trabajando para UNICEF.
"¿Crees en el amor?", le preguntó Susana. "Amor es una palabra de cuatro letras. Es la atracción que sientes por otra persona, pero también es más que eso. Es lo que recibes por lo que das. Eso es el amor. El amor puede asumir muchas formas. Religión es amor. Ayudar a tu prójimo es amor", le contestó Moore. Por último confesó: "Sos muy feliz. Tuve mucha suerte en la vida".
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