Matías Alé: "Últimamente los arrepentimientos me están carcomiendo la cabeza"

Luego de su crisis, de “los estallidos” como le dice su psicólogo, el actor busca estar bien en todos los planos: personal, amoroso, familiar, laboral. Y en diálogo con Teleshow, da detalles sobre su recuperación, ese “renacer” según lo define

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Luego de haber transitado un delicado estado de salud y encontrándose hoy en pleno tratamiento, Matías Ale vuelve felizmente a tomar las riendas de su vida laboral y personal. Y en una entrevista exclusiva para Teleshow, habla de todo lo aprendió tras su enfermedad. "Estoy transitando el duelo de un montón de cosas que hice mal", reconoce.

Lejos del deseo de ser padre, Matías renace -palabra que él mismo utiliza-con ganas de volver por todo. Y de vivir en un país en el que las personas recuperen la alegría y la seguridad.

—¿Cómo estás hoy?

—Feliz. Estoy atravesando un momento de mucha turbulencia, porque estoy terminando de salir de los problemas que tuve el año pasado. Y ahora estoy empezando a sentirme mejor. Estoy muy confiado con los médicos que me están tratando y muy seguro de las ganas que tengo de renacer y de aprender de la crisis que tuve.

—Si tuvieras que contarle a la gente que no sabe bien qué fue lo que te pasó, ¿qué le dirías?

—Tuve una crisis. El psicólogo lo llama "unos estallidos". ¿Cómo decir…?. Un brote. Todo lo que pasó ya lo vieron en los medios, ya lo conté. Ahora estoy en tratamiento y estoy muy bien, me siento mucho mejor.

Estoy transitando el duelo de un montón de cosas que hice mal

—Si tuvieras que hacer una línea de tiempo de tus casi 40 años, ¿qué hechos serían los que marcarían tu vida?

—Cuando me regalaron mi primera bicicleta… Tendría nueve o diez años. Cuando mi viejo me festejaba los cumpleaños, a los 12, los 15. Son hechos que me cambiaron, que me hicieron crecer como persona. Cuando tuve mi primera vez en el amor: a los 18. Después… un cambio grande en mi vida sucedió cuando la conocí a Graciela (Alfano), a los 22: aprendí, recorrí, viajé, hicimos muchas cosas juntos, muchos cursos, estudiamos mucho teatro. Cuando me separé fue un quiebre abrupto también, porque me encontré con el hecho de que no sabía cómo iba a seguir mi vida. Y siguió muy bien. Soy muy constante en los cambios: al principio me desacomodan pero después no me asustan.

—Después de la crisis, ¿en quiénes te apoyás?

—Mi vieja (Elena) es una gran contención. Su pareja, Juan José. Mi hermano (Elías Alé), a su manera. Mis amigos son un gran pilar. Mi equipo de trabajo. Nico Di Raimondo, que es mi representante y me acompaña en las buenas y en las malas. Gabriel García: es el último productor con el que estuve trabajando. Tengo mucha gente.

—¿Actualmente estás muy pendiente de la mirada de la gente y de las redes sociales?

—No me preocupa: me ocupa. El tiempo que le dedico es antes de dormir, me acuesto y me pongo a ver un poco las redes sociales. Pero estoy menos participativo que antes.

Un cambio grande en mi vida sucedió cuando la conocí a Graciela (Alfano), a los 22. Cuando me separé fue un quiebre abrupto también

—¿Y cómo manejás las críticas negativas en general?

—No tengo, no las encuentro, o las paso por alto. No me focalizo en eso.

—Tenías fama de mujeriego, al menos… ¿Cómo estás ahora en ese aspecto?

—Bien, tranquilo.

—¿Qué significa ese "tranquilo"?

—Tranquilo. Estoy dedicado mucho a volver a insertarme en el laburo. Antes era como una prioridad para mí: le dedicaba mucho tiempo a la conquista del sexo femenino. Pero hoy es como que esa energía la pongo en otro lado. Es como que muchas de las cosas que quería hacer ya las hice, entonces, hoy, tal vez necesito encontrarme con otras cosas que no eran las de antes.

Hoy no estoy listo para ‘ShowMatch’: no tengo más ganas de exponerme, mi salud, cómo estoy, si estoy flaco, si estoy gordo, si tengo ganas, si no bailo, si bailo

—¿Y qué necesitás hoy?

—Primero, lo que más necesito es salud, que la tengo y estoy bien. Y después, en el plano del amor, necesito a una persona que sepa acompañarme y transitar conmigo este momento de mi vida. No estoy buscando relaciones esporádicas u ocasionales. Estoy bien contenido a nivel familiar y laboral, me falta esa pata. Pero no la estoy buscando hoy, no tengo necesidad.

—¿Cómo sigue el año laboralmente?

—Este sábado cerramos en el la temporada de "Mr. Amor" en el teatro Niní Marshall, en Tigre, con todo el elenco con el que trabajé en el verano. Y después estamos esperando que Gabriel García nos haga una propuesta, que dijo que tenía ganas de tener algún proyecto para salir de gira este año. Y tenemos que reunirnos con Marcelo Cosentino y Javier Faroni: hay algunas ideas para seguir, hacer teatro. Además estoy participando con una escenas en una película muy breve que se llama "Días contados", con Gastón Pauls, Georgina Barbarossa, "Caro" Papaleo y elenco.

—Te llamaron de "Showmatch" y dijiste que no. ¿Por qué?

—Estoy muy agradecido porque siempre me tienen en cuenta y me llaman. Pero no es el momento, no estoy preparado. Porque para estar en el programa de Marcelo tenés que tener resto de energía. Y yo hoy no estoy listo: no tengo más ganas de exponerme, de exponer mi salud, cómo estoy, si estoy flaco, si estoy gordo, si tengo ganas, si no bailo, si bailo.

Con tanto trabajo, tanto viaje, tantas horas sin dormir, subir a un auto y manejar sin estar descansado…. Riesgos que tomé sin tomar consciencia

—¿Qué te desilusionó y qué te emocionó durante el brote que tuviste?

—Me desilusioné mucho. Pero no tiene sentido. Y aprendí a elegir cómo compartir mis tiempos, mi voluntad, mis ganas. A saber decir que "no". A elegir. Y a valorizar lo humano de las personas que tengo cerca.

—¿Te sentiste solo?

—Sí, siempre te sentís solo. Cuando te encontrás en un proceso así, te vas a acostar a la noche y te sentís solo. Obviamente hay muchas personas que te ayudan, que te acompañan, pero en el momento de acostarte, estás solo. Y es cuando te planteas un montón de cosas y pensás.

—¿Cómo te manejás con la economía en la actualidad?

—Me manejo como puedo. Antes gastaba mucho más, no le daba tanto valor a los recursos que generaba trabajando. Ahora le doy más importancia.

—Recuerdo que vivías viajando y trabajando sin parar, ¿cómo ves eso ahora, a la distancia?

—Lo veo como que no sabía decir "no". Y ahora pienso "Menos mal que no me pasó nada", porque con tanto viaje, con tantas horas sin dormir, por subir a un auto y manejar sin estar descansado…. Riesgos que tomé sin tomar consciencia. Hoy me planteo todo mucho más tranquilo.

—¿Cómo ves al país?

—La situación del país está difícil. Lo veo en mi grupo, en mi entorno, con mis amigos, conmigo mismo. Nos merecemos un cambio. Y darle tiempo, como dice que se le da a Cambiemos y a las personas que están manejando los intereses del país. Pero veo que falta alegría. Y falta seguridad en la gente para gastar, para salir, para consumir, para viajar. Me gustaría una Argentina más alegre, más feliz.

—Te propongo ping pong. ¿Amor?

—Y… el amor maternal de mi vieja.

—¿Miedo?

—Miedo a todo. El miedo es constante.

—¿Hoy a qué le tenemos miedo?

—A los riesgos…

Veo que falta alegría. Y falta seguridad en la gente para gastar, salir, consumir, viajar. Me gustaría una Argentina más alegre, más feliz

—¿Felicidad?

—Felicidad es algo que hay que saber capitalizar; transitarla para poder tenerla siempre.

—Si tuvieras que definir el día más feliz de tu vida, ¿cuál sería?

—Hoy. Hoy di un gran paso, di una entrevista. Fue en "Intrusos" y me sentí muy contenido, me sentí muy cuidado. Pude responder lo que yo quería. Me animé a enfrentarme a ocho, nueve, periodistas y a Jorge (Rial), que siempre es muy bueno haciendo las entrevistas, y me sentí muy bien. Así que hoy es un día muy feliz por lo que conseguí. Y ahora esta nota, acá con vos.

—¿Arrepentimientos?

—Sí, últimamente me están carcomiendo la cabeza. Lo estoy trabajando en terapia, porque estoy tomando consciencia y estoy haciendo el duelo de un montón de cosas que hice mal, aunque en ese momento fue lo mejor que pude hacer. Con el tiempo me doy cuenta de que digo "¿Para qué?". Tomé decisiones que no tendría que haber tomado.

—¿Por ejemplo?

—Me compré un departamento, terminé una relación que no estaba para terminar. Uno se arrepiente después.

Quiero agradecer a todas las personas que rezan o tiran buena onda para que yo vuelva a estar bien

—¿Traición?

—No me siento traicionado: me siento usado a veces. Con todo lo que pasó respecto del embarazo (de la vedette Florencia Raggi), que me quisieron hacer cargo de algo que yo no tenía nada que ver.

—¿Familia?

—Yo tengo familia muy chica: mi vieja, mi hermano y un tío que veo poco, que vive en La Pampa. La familia es muy importante. Yo no podría estar transitando las cosas como las estoy viviendo si no estuviera contenido por mi familia.

—¿Paternidad?

—Lejos.

—¿Hay alguien a quien quieras agradecer en especial?

—A Luis Novaresio. Lo quiero mucho. Luis estuvo en mi segunda internación, mi hermano lo llamó a él para que los médicos me vengan a ayudar. Y en especial, quiero agradecer a todas las personas que están mirando y que rezan o que tiran buena onda para que yo vuelva a estar bien.

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