Muchos lo conocen como el líder de Calle 13, que trascendió por su estilo musical que mezcla rap, rock, ska, merengue, bossa nova y reggaetón alternativo con folclore latinoamericano y cumbias varias. Una verdadera revolución en la música. Sin embargo, René Pérez decidió dar el gran paso como solista, bajo su alias Residente, y ya recorrió distintos países para dar vida a su documental en el que no sólo narra historias con sus canciones, sino que muestra una interesante reproducción de sonidos y coros.
Ahora el artista promete llevar este material a un gran show en vivo que tendrá lugar en el mes de septiembre en Argentina, su segunda patria, como él mismo lo define ya que su esposa, Soledad Fandiño, es de aquí. Y eso lo lleva a tener un vínculo cercano con el país.
—¿Cómo te encuentras viviendo este momento después de esos dos años intensos de tu viaje?
—Bien. Fue un proceso largo pero creativo en el que aprendí mucho. Estuve viajando por 11 países haciendo música, escribiendo también. Es un documental que se estuvo presentando de hecho en Argentina y en algunos otros lugares. Me siento súper contento con la repercusión que ha tenido el disco, no solo en la industria de la música sino con la repercusión de la gente, de cómo lo ha recibido este material. Les ha gustado mucho en forma general, y es algo difícil de hacerlo. De venir de una propuesta con mucho éxito, como fue Calle 13, y salir con algo nuevo y que repercuta de esta manera me hace sentir contento.
—El disco es muy pensado. ¿Se logra disfrutar de hacer un trabajo así?
—Sí, mucho. Yo lo disfruto más, hay veces que uno tiene que relajarse también, porque había veces que yo pensaba demasiado en alguna letra. Me pasó más en el disco pasado, con Calle 13, como que quise pensar mucho las cosas. En este estaba un poco más relajado, empecé un poco tenso y luego me relajé, me dije de estar tranquilo y disfrutar todo el proceso. Es bueno tener un balance, pensar todo el concepto, empezar a escribir y fluir mecánicamente también es importante.
—La tapa del cd muestra la cara de un chico, no sé si sorprendido, con miedo, ¿qué vendría a demostrar la expresión?
—Es eso mismo. De hecho está chévere porque es una chica, no un chico y la idea es eso, que pudiera ser un chico o una chica y que pudiese estar sorprendido, con miedo. Está pariendo, está acabando de nacer, está muriendo, está en un trance, de alguna religión. Como que podría ser de todo. Me gustó mucho más que las fotos que teníamos mirando para el frente, como que parecía que estaba en medio de una acción y por eso me pareció interesante.
—Una de las cosas que hablas en el documental es que uno "tiene que tener una paciencia de ciervo". Recuerdo esa frase. ¿Qué significa?
—De cazador más bien. De cazador de ciervo. Yo no soy cazador ni cazo tampoco pero esto es algo que me habló de hecho Rubén Rada, un amigo de hace tiempo, y para colmo, cuando me mandó ese mail, estaba en la Argentina, hablando de uno de los discos. Le digo que estoy medio bloqueado y él me habla de eso de que "la inspiración es como cuando alguien caza un ciervo, tiene que estar pendiente hasta cuando aparezca. Si de momento apareció e hiciste otra cosa, ya se fue. Tienes que estar ahí". Es eso. Yo estaba ahí todo el tiempo para que apareciera, tenía mi libreta, mi computadora, cuando aparecía escribía. No dejar pasar ese momento. Si estás comiendo en un restaurante, escribís en el momento porque se te va a olvidar. Tú piensas que te vas acordar de la idea pero al final del día se te olvida. Entonces a eso me refiero, de tener esa paciencia, porque si no la tienes, sacas lo primero que vino y ya. No hay que conformarte con esas primeras cosas que escribes, sino dedicarle tiempo.
—De hecho terminas diciendo: "El camino escribió las canciones a lo largo del viaje…"
—En mi caso siempre ha pasado, del camino recorrido escribe la música y la letra por mí. Eso siempre me pasó con Calle 13 y ahora también me sigue pasando.
—Al final del documental también hablas de que los de Puerto Rico son como gallos que pelean…
—Sí. Hay tipos de gallos, están los que pelean y los que no. En Puerto Rico es igual, están los que pelean y otros que no. Entonces hablo un poco de la historia de ambos, pero más de los que han peleado y luchado, una historia que no conocen en el resto de Latinoamérica y el mundo en general, lamentablemente. Pero son historias bonitas de heroísmo. Me sale que somos colonia y que hemos tenido esa lucha constante de parte de puertorriqueños que han dado su vida para que tengamos cosas mínimas como una bandera, que no teníamos. Y cuando la tuvimos era ilegal usarla ya que te daban cinco años de cárcel en los años 50. Esta gente luchó contra ellos y de eso hablo un poco.
—¿Te gustaría que Puerto Rico fuese un país independiente?
—Sí, también. Creo que es lo mejor para el país. A la independencia a veces la confunden con estar en contra de los Estados Unidos. No tiene que ver con eso. Tiene que ver con ser socios de ellos y con cualquier otro país. Tiene que ver con ser dueños de la toma de decisiones, está chévere ser dueños y no tener límites.
—¿Qué te pasa cuando escuchas historias como las de Oscar López?
—Me siento súper contento. La historia inicial me hace sentir triste y desilusionado con el gobierno de los Estados Unidos, no con su gente, pero sí con el gobierno, de cómo apresaron a alguien que era inocente y estuvo 35 años metido en la cárcel por sus ideales políticos. Me pone contento que haya salido y que haya un prócer como él vivo. Tenemos ese lujo de tener, así como ustedes en la Argentina tienen sus próceres, nosotros tenemos a uno de los nuestros que todavía está vivo y que puedes hablar con él porque es accesible. Es un tipo bien brillante y bien sano mental y físicamente. Entonces me pone contento ese hecho de que está libre y que representa la idea de independencia con orgullo todavía.
—Me imagino que esa emoción se traspasó cuando tuviste que decir la petición frente a la casa presidencial de Washington…
—Sí. Yo hice mi aporte al igual que mucha gente que llevaban años en esta lucha, apoyando la excarcelación. Está libre y ahora va a salir completamente en mayo, en dos semanas o tres. Tuve la oportunidad de verlo, de saludarlo y de hablar un rato con él en Puerto Rico con mi familia. Súper bien. Tremendo tipo.
—¿Vas seguido a Puerto Rico?
—Sí. Voy todo el tiempo, en las navidades y en Argentina también estoy, que es mi segunda patria. Me paso en Argentina con mis suegros, con Sol, con los amigos de Sol que son mis amigos también, los amigos que tengo allá. Me siento muy contento en la Argentina. También estoy en Nueva York a veces por el trabajo y, dependiendo del viaje que tengo, la pasamos muy bien.
—¿Cuáles son las cosas que más aprendiste después de vivir como cronista, como nómade por el mundo?
—Aprendí muchas cosas, otras las confirmé, cosas como que los países grandes siempre abusaron de países pequeños. Eso es algo que confirmé cuando fui a África y vi como el gobierno francés se chupa lo que puede de África y así lo mismo con Rusia así mismo con Estados Unidos e Inglaterra. Entonces eso se confirmó, siempre respeté la lingüística pero ahora mucho más.
—De hecho cuando vas a China hablas de que hacen lo que ellos quieren y no lo que la historia les impuso…
—Sí. En ese momento estaba usando un poco el ejemplo, porque imagínate hablar sobre China, hay tanta y tanta historia, entonces estaba tratando de resumir un poco a nivel conceptual lo que representa la cultura de ellos para alguien que viene de afuera y para alguien de adentro. Lo que yo veía desde afuera, una opinión bien personal, es eso, que tiene una cultura bastante intacta y sólida pero al mismo tiempo se va moviendo lentamente por esos intentos y esas ganas de la gente de conectar con otras situaciones del mundo y con otras realidades que ya no viven.
—Antes de finalizar la charla, ¿vas a estar en Argentina haciendo distintos shows?
—Sí, uno de los conciertos es el 15 de septiembre en el Luna Park y luego el 16 en Rosario y el 17 en Córdoba. Va a estar súper bueno. Yo no sé si se llena el Luna Park rápido, si voy a poder hacer otro, porque tengo muchas fechas corridas, pero quizás pueda hacer una antes. Ahí veremos.
—Algo que nos intriga a todos, ¿cómo vas a hacer para reproducir los sonidos del viaje o del mismo cd en el escenario?
—Tengo una banda bien ecléctica: guitarrista de Alemania, un pianista argentino que toca bajo también, un baterista de los Estados Unidos, un percusionista de Marruecos y Puerto Rico y otra guitarra de los Estados Unidos. Entre todos vamos a hacer eso y sonidos que están siempre en la secuencia. Lo más difícil no es reproducir la música sino más bien los idiomas y los coros, eso veré cómo lo resuelvo, entre lo audiovisual y algunos que podemos cantar. Todo lo que se está planificando para el show en vivo es espectacular, obviamente tiene temas de Calle 13, no solo los que a mí me gustan sino a los que les gusta también a la gente. Está bastante balanceado, pero yo quiero tocar todo el disco nuevo.