David Lebón: "Si hubiera pasado más tiempo con mi familia, la hubiera destruido"

El reconocido artista dialogó sobre su relación con la familia, lo aprendido estos años y su nuevo material discográfico

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Lleva más de 40 años dedicado a la música, construyó una carrera sólida y se ganó un lugar en la historia del rock nacional gracias al éxito que logró en cada proyecto que participó, como Pescado Rabioso, Polifemo y Serú Girán. Y ahora, David Lebón sacó Encuentro Supremo, un disco en el que rinde homenaje a su amigo Luis Alberto Spinetta: cuenta con 11 canciones inéditas de su propia autoría.

"Encuentro Supremo" habla mucho de la unión, del amor, y también un poco del desamor…

—Yo sentí toda mi vida que siempre busqué lo que nunca perdí.

—¿Cómo sería eso?

—Claro, porque busqué todo afuera: nunca busqué adentro mío. O sea, cerrar los ojos y respirar nada más, por ejemplo, y sentir que estoy vivo. Y con eso me basta, te juro, porque abro los ojos y estoy feliz. Vivo y no veo lo que ven los demás. Veo belleza, yo veo. Día de lluvia a mí me encanta, día de sol me encanta, un día que es horrible a mí me encanta. Son todas experiencias que yo mismo voy tomando para mí mismo.

—¿Cuánto tiempo llevó el proceso de maduración o reflexión sobre esto que dice?

—La música me ayudó muchísimo, y la gente me ayudó muchísimo. Mis hijos y mis nietos me ayudaron. Yo tengo un nieto que me dice: "Abuelo, si estuvieses en venta serías carísimo". Y algunos de mis nietos ya tocan la guitarra. Tengo una familia maravillosa realmente. Algunos hijos por ahí se enojan, no te quieren ver por un tiempo, esas cosas típicas. Me gusta porque tengo la vida de una persona "normal", en el sentido que lo que yo llamo normal, es medio anormal para otra gente.

—¿Qué sería lo normal?

—Ser feliz. Es anormal en este planeta ser feliz. Hemos probado tanto de la copa del dolor que te dan la copa del amor y decís: "No me gusta mucho esto". Hemos tomado tanto amargo que cuando nos dan algo dulce decimos que no nos gusta.

—¿Lo dice por la situación del país?

—En general, en todo. Yo no creo que nadie nos vaya a salvar salvo nosotros mismos. A medida que nosotros vayamos cambiando como personas, va a cambiar todo también. Yo veo mucha ignorancia, que no es una mala palabra, simplemente significa ignorar algo. Y que cuesta sentarse a escuchar. Estar dispuestos a aprender para mejorar. Ya que amás tanto tu país y que decís tanto de Argentina, sentate un segundo y pensá realmente lo que podes hacer por vos.

—Recién decía que le dan vergüenza algunas cosas: ¿cuáles serían?

—A veces me olvido por donde pasé. A veces me olvido y eso es bueno también porque puedo estar con la gente en la calle. De hecho me saco fotos con todos, no tengo problemas porque sé que es mi trabajo y debo hacerlo porque ellos son los que me quieren. Y yo sé que los quiero a ellos. Es un amor sin justificaciones el público.

—¿Qué cosas le dicen en la calle? ¿Qué percibe de ellos?

—Me dicen maestro, que medio no me cae muy bien pero bueno… Me dicen maestro, me dicen genio, me dicen "te vamos a poner un monolito", como decía Minguito. Muy linda onda. Yo no me la veo porque soy como un nudo de corbata, al nudo de corbata se la hace uno para los demás, vos no la ves. Te mirás en el espejo pero no es para vos, es para los demás.

—¿Siente que con su trabajo siempre fue para ser mirado, para ser observado por el otro, y no para usted mismo?

—No. Yo no sé porque lo hago. Yo lo hago porque me gusta. Después me entero la contestación, por ejemplo, cómo estás vos resumiendo. Yo agarro la guitarra y toco porque hay un show, vamos y lo hacemos.

Antes de desviarnos quería preguntarle del homenaje a Spinetta. ¿Qué es lo que le dejó y qué es lo que más extraña de él?

—De él extraño todo. Absolutamente todo. De hecho el día que le hicimos el homenaje, hace dos o tres semanas en la Universidad de Belgrano, lo hicimos con cuerdas, como va, con violines, con todo. Cuando vino el final, que la letra dice "el sol la cubre de besos y él también", quien sabe quién es él… me subieron las lágrimas. No es que yo me puse a llorar de triste, al contrario, cuando me agaché a saludar no pude parar, me quebré, y mucha gente quedó con lágrimas también porque sé llegar muy bien, no me disfrazo de lo que pretendería ser sino que soy eso.

Lo sintió…

Lo sentí totalmente. Lo siento todo el tiempo. Es como un ángel.

—¿Y lo que le dejó? ¿Lo que pudo aprender de él?

—Él me enseñó a componer. Me enseñó a ser un gran amigo, pero en serio: un gran amigo. Inclusive por ahí en los momentos en los que estábamos peleados, si necesitábamos algo él siempre estaba presente.

—Hoy por hoy, ¿cómo es un día cotidiano suyo?

Toco muy poco porque ya son más de 50 años que toco. Toco poco no porque me aburrí, sino porque ya está bien, me parece que no hace falta que practique todo el tiempo, eso ya pasó un poco. Lo que sí hago es tratar de componer lo máximo posible y juntarme con la banda a ensayar, eso me encanta.

—¿Cómo es como abuelo?

—Creo que soy un buen abuelo. El problema mío es que no los puedo ver seguido, pero gracias a Dios mis ex mujeres les han explicado a los nietos por qué no tengo tiempo, por qué no tuve tiempo tampoco cuando nacieron mis hijos: estaba todo el tiempo de gira. Ellos entienden perfectamente porque en la familia muchos han salido músicos, mi hija por ejemplo es cantante lírica. Me encanta. La escuché cantar y me volví loco.

Esto del tiempo… ¿se arrepiente de no haber pasado más tiempo con su familia?

—No. Para nada. Creo que haber pasado más tiempo con mi familia hubiera sido la destrucción de la familia.

—¿Por qué lo dice?

—Porque lo vi en la vida, lo vi en mi mamá y mi papá, lo vi en mis familias enteras.

Si tuvieras que rescatar a alguien de la Historia, algún prócer, algún presidente…

—San Martín. Cuando fui a Venezuela escuché que anduvo por ahí y que tuvo reuniones con Bolívar, y después fue y se murió en Francia. No se quedó acá como yo… Como el otro, con el tema de las Malvinas. Era otra cosa.

—Yendo un poco más en detalle, el tema "Juntos" tiene una frase: "Me siento solo, ciego, busco amor". ¿En qué momento de la vida se sintió así?

—Me siento cada cinco minutos así, por ahí. Por ahí estoy caminando por la calle y veo algo que no me gusta. Una vez estaba una señora que le quería dar una inyección al perro en la calle gratis, entonces el perro no quería poner la cola y la señora le entró a dar, a dar y dar. Yo frené el auto y le dije: "¿Por qué no se la da usted señora?". Me saca.

El próximo show de David Lebón será el 8 de abril en el Hipódromo de San Isidro, abriendo el concierto de Elton John y James Taylor.

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