"Soy un tipo un poco raro, te darás cuenta", dirá Silvio Soldán en un tramo del reportaje con Teleshow. Y más que raro, quizás la definición sería especial. Porque no todos alcanzaremos los 82 años, como el ex conductor de Feliz Domingo y Grandes valores del tango, entre muchos envíos emblemáticos, está cumpliendo este 26 de marzo.
Además Soldán mantiene una vigencia digna de ser destacada. Además de conducir Volver pregunta, que en unos meses regresará a la pantalla chica, se pone al frente de eventos privados donde recrea aquellos programas que lo hicieron famoso. ¡Y hay más! Sigue apostando al amor -que no tiene edad, claro-, aunque en esta oportunidad sin convivencia.
Por todo eso tan particular, ¿se considera "raro"? No, más bien por la manera en la cual aborda esta fecha. "Ya dejé de lado el cumpleaños -confía Silvio-. Hace unos años decidí no festejarlo más por cosas que pasaron en mi vida: la muerte de mi padre, la internación de mi madre… Todo eso produce que uno deje de tener ganas de festejar determinadas cosas. Y el cumpleaños no es ningún privilegio: no es algo que se ha ganado uno. Años cumplimos todos…".
—¿Pero este domingo no habrá nada especial?
—No, en absoluto. En una época sí lo festejaba, y con mucha alegría por cierto. Pero después, cuando la vida te va dando algunos golpes, uno deja ciertas cosas… La muerte de mi padre fue fundamental. Y mi madre, que tiene 102 años y está en un geriátrico. Está bien, gracias a Dios, y va perfectamente para los 103, pero de cualquier manera está privada de estar con todos. Así que no… He decidido no festejarlo. Mucha gente me va a llamar, como ocurre todos los años, cosa que lo voy a agradecer. Y nada más.
El cumpleaños no es ningún privilegio: no es algo que se ha ganado uno. Años cumplimos todos…
—Pero recibirá regalos…
—Soy muy poco afecto a los regalos. Es más, cuando hacía alguna fiesta prohibía terminantemente que me hicieran regalos. Soy un tipo un poco raro, te darás cuenta (ríe). No, ¡qué sé yo! No me gustan esas cosas.
—Pero más allá de que no quiera celebrarlo, no es un día más. Por ejemplo, ¿no le provoca hacer un balance?
—El balance lo hago permanentemente. Y es absolutamente positivo en lo que se refiere a mi vida laboral. Mi vida personal… bueno, la cosa no esta positiva, por supuesto.
—Respecto al trabajo, sigue vigente.
—Gracias a Dios, sí. Hoy tengo un evento. ¡El día de mi cumpleaños! Siempre trato de trabajar ese día para evitar que traten de convencerme de festejarlo. A veces, cuando voy a trabajar, saben que es mi cumpleaños y me lo festejan.
—En esos eventos privados, ¿sigue recreando las emisiones de "Feliz Domingo"?
—Sí, hago eso, también espectáculos de tango.
—¿Y hay saltito, con el "Cofre de la felicidad"?
—¡Absolutamente!
—Hay que saltar como hace treinta años, teniendo ahora 82…
—Pero nadie se da cuenta. Saben que los tengo, ¡pero los disimulo bien!
—¿Y cuál es su secreto?
—No hay secretos. Trato de mirar la vida de una manera optimista, aunque no se festejen los cumpleaños. Soy un tipo muy optimista. Voy siempre para adelante.
—Seguir trabajando es clave.
—El día que dejás de trabajar empezás a morir un poco. O del todo… Nunca se me cruzó por la cabeza dejar de trabajar. Lo haré hasta que me muera. Si un día veo que no estoy en condiciones, no voy a hacer papelones y me retiraré. Pero mientras esté bien, como ahora, voy a seguir para adelante.
—¿Cómo se cuida? ¿Sale a caminar?
—No. Nunca he sido demasiado atleta. Pero me mantengo bien: puedo ponerme un traje que usaba en la televisión hace cuarenta años, y me queda perfecto. ¡Ni siquiera he engordado! A veces la panza sale un poco, pero dejando de comer o de tomar… A mí me gusta mucho la cerveza, y dejando de tomarla, la panza baja enseguida. Además como muy discretamente: durante el día no como prácticamente nada; un sanguchito. A la noche como bien, y siempre con amigos y familiares. Llevo una vida social no demasiada intensa, pero muy linda.
Un día probé y no me dio ningún resultado: respondí exactamente igual que sin el Viagra
—¿Y la vida personal?
—Estoy en pareja de casas separadas con una muchacha, hace ya varios años. Nos llevamos muy bien, somos muy felices. Nos entendemos muy bien.
—¿Es más joven?
—Sí, hay una diferencia, pero no tanta como en otras épocas. Lo que pasa es que yo tengo muchos años… ¡y la diferencia de edad se nota enseguida! Tiene… 50 años. Pero con un cuerpito de muchacha mucho más joven… Y lo único que te puedo decir es que jamás tomé Viagra. Gracias a Dios funciono muy bien. Un día probé y no me dio ningún resultado, respondí exactamente igual que sin el Viagra. Así que de verdad: no me hace falta. Y mi pareja dice que no me hace falta…
—¿Qué le falta a los 82 años?
—No me falta absolutamente nada. Estoy feliz con todo lo que tengo, con todo lo que hice. ¿Alguna materia que quedó pendiente por ahí? Hacer más teatro. Pero ya se pasó.
Mirtha Legrand es así: si vas con ella, sabés que te puede pegar adonde más te duele
—Hay otra figura de la televisión, con algunos años más, que también cuenta con plena vigencia: Mirtha Legrand.
—¡Lo de Mirtha es una maravilla! Tiene una lucidez mental impresionante. Con sus pro y sus contra, se hace notar siempre. La admiro mucho. Y la quiero mucho.
—¿Cómo vio la polémica entrevista que le realizó a Mauricio Macri?
—No me gustó mucho lo que hizo: más que preguntar, acusaba. De todos modos creo que Macri no lo ha pasado tan mal. Hizo mucho ruido la cosa, pero no creo que lo vaya a hundir como dicen algunos. Mirtha es así: si vas con ella, sabés que te puede pegar adonde más te duele, estás sujeto a lo que te haga. Entonces, vas, o no vas. Yo fui un montón de veces, y en dos ocasiones, a solas con ella. Y siempre me trató muy bien.
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