Moria Casán, contra Georgina Barbarossa: "Para mí la muerta en vida es ella, no el marido"

La diva volvió a hablar sobre la actriz, quien perdió a su esposo, Miguel “El Vasco” Lecuna, en nomviembre de 2011 a raíz de un violento asalto que terminó con su vida. Acusaciones cruzadas y desmarque total. “Piensa que yo soy culpable de la muerte de su marido”, comentó

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Una pelea que lleva varios años es la de Moria Casán y Georgina Barbarossa que volvió a reavivarse días atrás. Sofía Gala, hija de "La One", compartió el piso en el programa de juegos Pasapalabra con la actriz y hubo un cariño evidente. Frente a esto, Moria tuiteó con buena onda, pero Georgina en Los ángeles a la mañana frenó la posible reconciliación: "No la voy a perdonar jamás porque habló muy mal de mi marido. Habló mal estando vivo y después cuando murió".

Cabe recordar que su esposo, Miguel "El Vasco" Lecuna, murió en noviembre de 2011 a raíz de un violento asalto. Sobre esta encrucijada, Moria habló en Polino Auténtico por Radio Mitre y volvió a mostrar su lengua karateka. Dijo que Georgina "tiene el toc, transtorno obsesivo casanesco conmigo y que dice que yo hablé mal del marido muerto, antes y después de muerto. Yo alguna vez habré dicho que tenía que tener compasión si su marido sufría de adicciones, nada más. Después nunca hablé del marido ni vivo ni muerto porque no sabía que existía."

"Para mí la muerta en vida es ella, no el marido", disparó después, para luego agregar: "O no ha elaborado su duelo y se la agarra conmigo, o piensa que yo soy culpable de la muerte de su marido, ¡Qué se yo lo que tiene la gente en la cabeza! Yo dije en twitter que me parecía que tuvo un lindo gesto, y después ella estaba sentada en los programas diciendo que nunca me iba a perdonar. ¿Quién es ella que tiene el don del perdón? ¿Dios? ¿el Papa? ¿a quién le ganó?".

"Para mí no es una pelea. Todos se meten a cartonear, ¡cómo se me cuelgan! ¡son de cuarta!", concluyó "La One" en referencia a Atilio Veronelli y Pepe Cibrián que hicieron comentarios en favor de Georgina. Así que, finalmente, si alguien creía que las dos estrellas podían amigarse… ¡ni de casualidad sucederá!

 
 
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