La historia de Elba Rodríguez es un ejemplo de superación, muestra de que nunca hay que bajar los brazos y que todos los sueños son posibles de cumplir: desde ganar la primera temporada de MasterChef hasta armar su propia casa, vivir de la cocina, superar problemas de salud y un embarazo de riesgo. La primera ganadora de la edición argentina del reality culinario habló con Teleshow sobre cómo la televisión primero, y luego la llegada de su hija Agustina, hace un año, le cambiaron la vida.
Me veía haciendo un curso de gastronomía para mejorar la cocina para mi familia, pero no vivir de eso
"Nunca me imaginé esto", dijo sorprendida por el cambio de vida que le significó su paso por el reality de Telefe. "Me veía haciendo un curso de gastronomía para mejorar la cocina para mi familia, pero no vivir de eso. Hoy la cocina es todo, aparte de mi gorda, mi preciosita (su hija Agustina)", aseguró con una sonrisa, apenas comenzó la charla.
Un regreso a sus raíces, para mirar hacia adelante
Elba se presentará este fin de semana en la feria gastronómica Recreo, en el Patio Gastronómico de las Colecividades (Donato Álavarez 196) en el barrio de Caballito. Allí cocinará aquellos platos que la conectan con sus raíces: sopa de maní, "le gustó al jurado y no hay evento en que la gente no me pregunte por la famosa sopa", recordó; sandwich de chola (pernil, con escabeche) y hamburguesas de quinoa.
Esta vez, la propuesta de Recreo es "Sabores y ritmos latinos". La feria gastronómica se realizará el sábado y el domingo de 12.00 a 23.00 y a 21.00 con entrada libre y gratuita. Además de la comida andina que propone la ganadora, se podrá disfrutar de cocina peruana, mexicana y venezolana, entre otras propuestas.
Cuando en la escuela me preguntaban a qué famoso me gustaría parecerme, y yo decía a Narda Lepes
La pasión de Elba por la cocina viene desde su infancia, incluso recordó que, sin ser muy consciente de lo que quería para su futuro, soñaba con lo que vive hoy: "Cuando en la escuela me preguntaban a qué famoso me gustaría parecerme, yo decía a Narda Lepes. Es increíble que tuve la posibilidad de conocerla y es un referente muy importante".
A pesar de que hoy la cocina es su actividad principal, la joven no deja de lado la enfermería e intenta cada fin de semana que puede regresar a UPA (Unión de Pronta Atención), donde trabajaba: "Voy para mantener las amistades, el compromiso con la gente y con lo que tiene que ver con la salud pública".
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— TeleShow (@TeleShowcom) October 29, 2016
Para el futuro tiene varios proyectos gastronómicos, todos relacionados con sus raíces. ¿Le gustaría tener su propio programa de televisión? "Me encantaría, pero tengo que seguir trabajando y formándome. Se vienen proyectos donde necesito crecer y en tele quiero empezar, pero a lo grande. Antes me gustaría hacer mi libro, que ver con mi identidad, mi historia, basado en productos andinos"".
MasterChef: la fuerza para salir adelante
Cuando me llamaron para MasterChef estaba pasando por una depresión, el reality fue una luz de esperanza
Su historia está llena de lucha, y su mensaje, también: "Es importante no dejar escapar las oportunidades. A la gente le digo que traten de sacar las cosas negativas, la vida tienen un montón de aspectos que nos tiran atrás, pero hay que agarrarse de la cosas positivas. Siempre hay una luz mínima. Cuando me anoté al programa pasaba por una situación difícil, tenía una depresión, porque me habían diagnosticado un tumor en la cabeza, se me había acabado el mundo. Mi depresión habrá durado tres días porque justo recibí el correo de que había quedado en el reality, tiré a un costado la depresión y esa luz para mí fue el reality, me sujeté de eso, siempre hay motivos para salir adelante".
La tele me cambió la vida, pero Agus es la que se ganó todos los trofeos en transformación de vida
Si bien MasterChef fue clave en su historia, asegura que el gran quiebre fue la llegada de su hija, a quien nombra en cada oportunidad: "La tele me cambió la vida, pero Agus es la que se ganó todos los trofeos en transformación de vida", bromeó.
Durante su embarazo, no todo fue color de rosa. Primero se separó de su pareja y creyó que sería madre soltera y luego los médicos le aseguraron que se trataba de un embarazo de riesgo y que tendría que tomar cuidados especiales. Hoy, la relación con su ex está más que bien y "es un papá 30 puntos".
"Del reality me quedó me quedó la exigencia y la auto superación. La creatividad y el amor son fundamentales a la hora de cocinar", recordó.
La creatividad y el amor son fundamentales a la hora de cocinar
Además, mantiene una buena relación con los jurados, Germán Martitegui, Donato de Santis y especialmente con Christophe Krywornis: "Es muy humano, muchos dicen que es terrible, hay cosas que él no muestra en la pantalla, como es como persona, un grande".
El premio de la competencia era la suma de 250 mil pesos, los cuales invirtió en armar su casa y en cumplir el sueño a su mamá: viajar a Bolivia para reencontarse con su hermano.